54. Freedom

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Penúltimo

Freedom (Libertad)

CORINNE

Todo mi cuerpo temblaba por el anterior orgasmo, permanecí en silencio, tratando de recuperarme del agotamiento.

Se quitó de mí soltando un gruñido y yo jadeé cerrando mis ojos con cansancio, no podía dejar de temblar como idiota y el cuerpo me ardía.

La puerta de la habitación se abrió de un jalón violento y me encontré con los ojos azules de Wegziehen.

—¡Mierda! —grité asustada y me cubrí mi cuerpo desnudo con las sábanas. ¿Qué rayos le ocurría?

Wegziehen miraba directamente al pelinegro. Y después todo lo que pasó fue tan rápido que apenas me dio tiempo de procesar.

El alemán sin siquiera regresar a verme, aunque ya había visto lo suficiente, se tiró contra Chad que no había tenido el tiempo de vestirse y le dejó caer un golpe directo a su rostro de porcelana.

—¡Wegziehen! —le grité y traté de pararme de la cama para apartarlo y averiguar qué diablos le pasaba.

—Joder colega, al menos déjame vestirme, tengo la polla al aire —cuchicheó Chad corriendo su mano al golpe en su pómulo.

—¡MANTENTE ALEJADO DE MI HIJA, ASESINO DE MIERDA! —le gritó y volvió a arrojarse contra el pelinegro desnudo en el suelo.

Chad no lo trataba de detener, más bien lo miraba con una ceja arqueada sin comprender que rayos le sucedía.

—¡Para, despertarás a la niña! —le grité al alemán y con mis piernas doliéndome como nunca, me alejé de la cama y quise alejarlo de Chad, pero estaba demasiado furioso. No sabía qué demonios le pasaba.

—¿Despertarla? ¡¿ME LO DICES A MÍ?! ¡NO HE SIDO YO QUIÉN ESTABA FOLLANDO A LADO DE ELLA! —gritó furioso y volvió asentarle otro golpe a la cara de Chad, lo esquivó y sus nudillos fueron a parar al suelo que crujió ante el golpe, probablemente por sus huesos lastimándose.

Joder, joder, ¿qué pasaba? Nunca lo había visto actuar así...

—¡CHAD TIENES QUE LARGARTE! —le grité y con una mano sosteniendo la sabana para cubrirme mi cuerpo, quise tomar del brazo a Wegziehen para alejarlo del pelinegro con las bolas al aire, pero era tan pesado y se movía demasiado rápido.

Cogió a Chad del cuello y quiso asentarle otro golpe a su cara, pero Chad le atrapó el puño y rápidamente enredó sus manos y aprovechándose de eso, se levantó del suelo y presionó sus brazos tras su espalda con suma rapidez.

Wegziehen se removió violento del agarre.

—Está borracho —susurró en voz baja Chad.

—¡Lárgate! —le pedí.

Frunció sus cejas, su pómulo se había puesto rojo, pero nada que no pudiera curar. Su cabello negro estaba desordenado y tenía su respiración un poco agitada, regresé a ver su hombría que todavía no había sido cubierta y me di cuenta que la tenía dura.

—¡Joder, largo ya! —recriminé y me arrodillé ante Wegziehen cogiendo sus manos para evitar que siguiera haciendo un desastre.

Chad ladeó una sonrisa perversa y cogió rápidamente su ropa para vestirse.

—Me la pones dura, es tu culpa.

Lo ignoré poniendo los ojos en blanco y él se vistió en un abrir y cerrar de ojos, y finalmente salió de la habitación sin decir nada más.

Caricias en Llamas 3 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora