23. One and Only

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| SIN EDITAR |

CORINNE

-¿Qué haces, Corinne?

Al escuchar aquella voz rápidamente metí la fotografía dentro de mi blusa y me volteé exaltada hacia Támara que había interrumpido mi visita a la habitación de Angelo. La miré demasiado nerviosa, aunque hice le intento de verme segura, sé que ella notaba mis nervios a flote y dio un paso más hacia mí queriendo averiguar que ocurría.

-¿Por qué estás aquí? -volvió a preguntar y sus ojos estaban completamente firmes en mí.

-Yo... -comencé nerviosamente, fingí rascarme la cabeza para ayudarme con mi codo a esconder la fotografía de Angelo en mis senos-. Yo necesitaba silencio para hacer una llamada, ¿algún problema? -dije sorprendida.

-Es que esta es la habitación de Angelo y no le gusta que nadie entre aquí -susurró contemplando curiosa a su alrededor, por su mirada noté que ella jamás había entrado por aquí.

-Oh, ¿en serio? -me hice la sorprendida-. Que mal, no lo sabía, perdón -me lamenté.

-Está bien, solo salgamos rápido que no le gustará vernos dentro -sonrió y se puso en la puerta para darme la salida, yo caminé a la puerta sin tener la oportunidad de dejar la fotografía donde la tomé. Al salir Támara estrelló la puerta en nuestras espaldas y me miró fijamente-. ¿Estás bien? Te noto nerviosa -alzó una ceja con advertencia.

-Si -mentí sonriendo con falsedad-. Solo que Chad me llamó y quiere arreglar las cosas.

-Entonces te vas -concluyó alzando sus cejas-. Ya veo venir sexo de reconciliación -hizo una mirada pícara.

-No se lo dejaré tan fácil a ese idiota -sonreí siguiéndole el chiste.

-Unas cuantas palabras llenas de amor y verás que tu ropa interior estará hecha pedazos en el suelo en un dos por tres -rió.

-Más le vale tener buenas excusas para contentarme porque ya me calenté de solo imaginar la escena -bromeé riendo y la abracé para despedirme de ella-. Prometo visitarte más seguido -le prometí feliz acariciando su vientre medio abultado y ella sonrió colocando su mano encima de la mía.

-Será niña, lo presiento -sonrió dulce.

-Venus estará feliz de tener una compañerita con quién jugar -la animé y después de despedirnos, caminé hacia las escaleras de su casa para salir lo más deprisa de ahí.

Una vez que monté mi coche pude soltar toda la respiración contenida y me saqué la fotografía de los senos admirando una vez más y sin miedo la imagen de Angelo cargando a un bebé con una mujer a su lado, ¿Quién era? ¿quién fue Angelo en su pasado? ¿Acaso escondía algo?

"Pequeña familia" podía leerse al reverso de la imagen y me daba ansiedad, ¿Qué daba a entender eso? Sin duda nada bueno.

El problema no era averiguar que significaba la fotografía en mis manos, el problema era como le haría para regresar la imagen a su sitio y que Angelo nunca se diera cuenta que la tomé. Angelo no me era fiable y no quisiera tenerlo como enemigo cuando se enterase que yo tenía algo suyo.

Maldije en lo bajo queriendo regresar a casa de Támara, pero iba a verse muy sospechoso y Angelo podía leer el miedo en mi mirada por lo cual si me encontraba con él notaría que algo no iba bien.

Volví a esconder la fotografía en mi escote con la promesa que la regresaría un día que Támara ni Angelo estuviesen en casa.

Me cuestioné las posibilidades y llegué a la conclusión de que podía regresársela a Angelo personalmente, pero no quería echármelo de enemigo ni mucho menos tener la certeza de que había descubierto algo que él trataba de ocultar y que se encargaría de que lo olvide. Sacudí la cabeza y preferí ir a casa para analizar la situación en que me había metido por idiota. 

Caricias en Llamas 3 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora