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CORINNE
-¿Qué haces, Corinne?
Al escuchar aquella voz rápidamente metí la fotografía dentro de mi blusa y me volteé exaltada hacia Támara que había interrumpido mi visita a la habitación de Angelo. La miré demasiado nerviosa, aunque hice le intento de verme segura, sé que ella notaba mis nervios a flote y dio un paso más hacia mí queriendo averiguar que ocurría.
-¿Por qué estás aquí? -volvió a preguntar y sus ojos estaban completamente firmes en mí.
-Yo... -comencé nerviosamente, fingí rascarme la cabeza para ayudarme con mi codo a esconder la fotografía de Angelo en mis senos-. Yo necesitaba silencio para hacer una llamada, ¿algún problema? -dije sorprendida.
-Es que esta es la habitación de Angelo y no le gusta que nadie entre aquí -susurró contemplando curiosa a su alrededor, por su mirada noté que ella jamás había entrado por aquí.
-Oh, ¿en serio? -me hice la sorprendida-. Que mal, no lo sabía, perdón -me lamenté.
-Está bien, solo salgamos rápido que no le gustará vernos dentro -sonrió y se puso en la puerta para darme la salida, yo caminé a la puerta sin tener la oportunidad de dejar la fotografía donde la tomé. Al salir Támara estrelló la puerta en nuestras espaldas y me miró fijamente-. ¿Estás bien? Te noto nerviosa -alzó una ceja con advertencia.
-Si -mentí sonriendo con falsedad-. Solo que Chad me llamó y quiere arreglar las cosas.
-Entonces te vas -concluyó alzando sus cejas-. Ya veo venir sexo de reconciliación -hizo una mirada pícara.
-No se lo dejaré tan fácil a ese idiota -sonreí siguiéndole el chiste.
-Unas cuantas palabras llenas de amor y verás que tu ropa interior estará hecha pedazos en el suelo en un dos por tres -rió.
-Más le vale tener buenas excusas para contentarme porque ya me calenté de solo imaginar la escena -bromeé riendo y la abracé para despedirme de ella-. Prometo visitarte más seguido -le prometí feliz acariciando su vientre medio abultado y ella sonrió colocando su mano encima de la mía.
-Será niña, lo presiento -sonrió dulce.
-Venus estará feliz de tener una compañerita con quién jugar -la animé y después de despedirnos, caminé hacia las escaleras de su casa para salir lo más deprisa de ahí.
Una vez que monté mi coche pude soltar toda la respiración contenida y me saqué la fotografía de los senos admirando una vez más y sin miedo la imagen de Angelo cargando a un bebé con una mujer a su lado, ¿Quién era? ¿quién fue Angelo en su pasado? ¿Acaso escondía algo?
"Pequeña familia" podía leerse al reverso de la imagen y me daba ansiedad, ¿Qué daba a entender eso? Sin duda nada bueno.
El problema no era averiguar que significaba la fotografía en mis manos, el problema era como le haría para regresar la imagen a su sitio y que Angelo nunca se diera cuenta que la tomé. Angelo no me era fiable y no quisiera tenerlo como enemigo cuando se enterase que yo tenía algo suyo.
Maldije en lo bajo queriendo regresar a casa de Támara, pero iba a verse muy sospechoso y Angelo podía leer el miedo en mi mirada por lo cual si me encontraba con él notaría que algo no iba bien.
Volví a esconder la fotografía en mi escote con la promesa que la regresaría un día que Támara ni Angelo estuviesen en casa.
Me cuestioné las posibilidades y llegué a la conclusión de que podía regresársela a Angelo personalmente, pero no quería echármelo de enemigo ni mucho menos tener la certeza de que había descubierto algo que él trataba de ocultar y que se encargaría de que lo olvide. Sacudí la cabeza y preferí ir a casa para analizar la situación en que me había metido por idiota.
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Caricias en Llamas 3 (+18)
Teen FictionLIBRO 3. TRILOGÍA CARICIAS. ¿Qué pasa cuando te enteras que tu mejor amiga fingió su muerte con el propósito de querer asesinarte usando la identidad de alguien que jamás imaginaste? ¿Qué pasa cuando descubres que tu propio hermano terminó uniéndo...