29. Traiciones y un tatuaje

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CHAD

Pateé la puerta con fuerza mientras aguantaba la ira dentro de mí, gracias a Dios no estaba Deyna en el departamento pues había salido de estúpidas compras, así no podía ser testigo de la maldita bestia que estaba hecha.

Tocaron la puerta y fui rápido a abrir.

-¿Para que me llamaste? -preguntó Susan detrás de la puerta, ni siquiera la invité a pasar, ella solita lo hizo.

Jalé los cabellos de mi cabeza y la miré mientras mi respiración era incontrolable. 

-Corinne hurtó mi celular -susurré furioso. 

Susan abrió la boca sorprendida.

-Entonces ella fue quién me escribió ese mensaje, te lo dije -masculló molesta-. Esa muchachita no es una santa y te lo dije, y no me hiciste caso, preferiste...

-No he acabado -la interrumpí furioso-. Fue a Texas.

Sus ojos se abrieron de par y noté como se ponía nerviosa.

-Lo sospechaba, no se iba quedar cruzada de brazos tan fácil -masculló caminando nerviosa por toda la sala, tratando de buscar solución.

-La muy desgraciada vino al departamento mientras yo estaba con Deyna en una cena y se llevó también mi maldito anillo de cuervo -mascullé encabronado.

Susan regresó a verme y me miró rabiosa.

-Pero ¿que mierda Chad Benjamín Parker? -alzó la voz-. ¡Ya estoy harta! ¡¿Hasta cuando?! -Estaba hecha una furia.

-¡Hasta cuando sea suficiente! -levanté la voz golpeando con mi puño la pared y ella brincó en su lugar ante el sonido, no me tenía miedo, tenía miedo de lo que pasara.

-Ay tu no se lo confiesas, yo se lo voy a decir -masculló harta y la tomé del brazo, amenazándola con la mirada.

-No arruines esto, Susan -la miré fijamente con precisión.

Joaquín no sabía nada de esto, solo Susan. A él no podía contactarlo para que me ayudara, así que definitivamente Corinne me había vencido, no obstante, la guerra no había terminado. Había hurgado en terreno ajeno, eso no se lo iba a permitir.

-Esa mujer no saldrá de Texas -advertí mientras le quitaba su celular y me comunicaba con mis hombres, los iba mandar a capturarla. Estaba completamente decidido.

-¿A quién te refieres? -susurró ella asustada.

-Corinne.

-Le harán daño...

-Prefiero eso a que logre escapar -susurré mirando a la nada.

-Esto no estuviera pasando si la hubieras asesinado -masculló negando con su mirada. juzgándome.

-Muerta hubiera dificultado más las cosas -susurré y salí del departamento para ir por aquella demonia antes que fuera demasiado tarde.

CORINNE

Todo el cuerpo me temblaba, no podía creer de lo que era testigo, en un momento me sentí desconcertada, no sabía como actuar o que hacer porque el dolor en mi pecho era más grande que la impresión que había sentido al ver a Natalia frente a mí. Viva. El dolor de la traición me recorría. Me sentía engañaba y utilizada, engañada por el hombre que me había jurado que una de las asesinas de mis hijos había muerto en sus manos y utilizada porque le creí, porque confiaba en él y me mintió de la manera más asquerosa. Instintivamente, tomé mi arma y quise dispararle a Natalia, pero Mónica y Mitch me agarraron deteniéndome, yo traté de agitarme pues la rabia me invadía. En ese momento no era consciente de mis movimientos, los sentimientos me controlaban. Y quería matar a Natalia.

Caricias en Llamas 3 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora