Dedicado a guadalupevelyn muchas gracias por leerme, te adoro millones
...
CORINNE
Me sentía asfixiada, sin poder respirar. Era como sentir una soga en mi cuello, ahorcándome.
Lo vi irse.
Lo vi gritarme en su mirada que todo estaría bien cuando claramente lloraba en silencio.
Quería quedarse por mí, pero también quería irse precisamente por mí.
Lo vi marcharse.
Lo vi abandonarme para siempre.
Agitaba mi cabeza sin dejar de jadear pidiendo en mi cabeza una y otra vez: "Por favor vuelve".
Grité, patalee y me zarandeé con fuerza en busca de ir por mi hermano, pero era demasiado tarde. Ya nada se podía hacer.
Los brazos de Angelo se envolvían alrededor de mis caderas, prohibiéndome ir tras Elliot.
—Él no volverá —susurró y fue ahí cuando vi todo oscuro y perdí el conocimiento.
No sé cuanto tiempo pasó, no sé que había pasado a mi alrededor, los latidos de mi corazón sofocaban mis orejas, mi cabeza me dolía como si hubiera recibido un balazo. Apreté fuerte el ceño y quise abrir mis parpados, pero un dolor me azotó con brutalidad y arrugué el gesto, llevando mis manos a mi cabeza.
Escuché una risita y entonces abrí lentamente mis ojos, me di cuenta que estaba en un bosque. Hacía frío y me abracé a mí misma dando pasos torpes por las hojas húmedas.
¿Qué lugar era este?
—¿Lobita?
Escuché aquella voz detrás de mí y me giré perpleja encontrándome con los ojos oscuros de Abel, aquellos ojos que tanto me encantaban. Toda mi piel se erizó al verlo detrás de mí.
—¡Abel! —grité llena de lágrimas y felicidad, mi corazón latió de fuerza al verlo y di un paso hacia adelante queriendo acercarme a él. Quería abrazarlo.
—Espera —me dijo en lo bajo y me quedé congelada en mi lugar—. Estás tan divina, Lobita. —Sus ojos recorrieron mi rostro, mis labios, mi cuerpo y me sentí llena de emociones. Había extrañado tanto su intensas mirada oscura.
Sonreí con dolor y quise abrazarlo, pero al dar un paso mi cuerpo no reaccionó.
—¿Qué pasa? ¿Por qué no puedo abrazarte? —dije asustada mirando al suelo donde mis pies se conectaban con el suelo.
—No puedes abrazar a lo que es parte de tu imaginación, Lobita —murmuró y mi corazón se rompió.
—¿Estoy soñando... contigo? —susurré débilmente y toda mi emoción se marchitó. Por un momento creí que... él estaba vivo.
—Cariño, no te desanimes. Eso significa que aún no me olvidas.
—¡Por supuesto que no lo haría nunca! ¡Eres mi alma gemela! —dije débilmente.
Lucía tan maravilloso, con aquel cuerpo musculoso, su tatuaje de calavera en el cuello, el exquisito olor a granos de café que emanaba, todo en él era tan hermoso como cuando lo había conocido después de defenderme de Gayle en aquel bosque.
Entonces el foco se encendió en mí y lo miré más ansiosa.
—¿Este lugar es...? —dije sin aire y mi corazón palpitando con potencia.
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Caricias en Llamas 3 (+18)
Ficção AdolescenteLIBRO 3. TRILOGÍA CARICIAS. ¿Qué pasa cuando te enteras que tu mejor amiga fingió su muerte con el propósito de querer asesinarte usando la identidad de alguien que jamás imaginaste? ¿Qué pasa cuando descubres que tu propio hermano terminó uniéndo...