Caricias en Llamas 3 (+18)

1. Mamita, sálvanos

Quiero dedicarle este capítulo a la hermosa de chiosmar que siempre está apoyándome recomendando mi libro, de verdad que aprecio tanto eso porque es un apoyo muy bonito hacia mí que más personas lean mis libros. Este capítulo es para ti mi hermosa, mil gracias por todo tu apoyo.

Y por ahí me enteré que varios lectores están cumpliendo años en estos días de octubre así que a ustedes también se los dedico, les deseo muchas bendiciones y sepan que así como ustedes me muestran su apoyo yo quiero pagarles adelantando el libro para este sábado 13 <3 disfruten el primer capítulo de esta nueva tortura, digo, aventura XD.

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CORINNE

El niño me mira y corre hacia mí alzando sus manitas para que yo lo coja en mis brazos.

-¡Mamita! ¡Mamita! -me dice entre risitas, sus cabellos son negros y sus ojos negros, tiene la apariencia de su padre y la mía combinadas.

-¡Hola mi amor! -Lo cojo en mis brazos y lo aprieto a mi pecho besándole sus mejillas gordas.

-¡Calgame a mí! -Escucho una voz, y me giro para mirarle. Este bebito tiene los cabellos rubios, rizados, pero ojos grises, es más serio que el niño en mis brazos, tiene la misma actitud que la de su padre, pero conmigo no puede evitar ser dulce y me agacho a él para abrazarlo a mí.

-¿Cómo están, mis pequeños bolillitos? -les sonrío, llenándolos de besos y tirandolos a la cama suavemente para jugar con ellos.

Les hago cosquillas a sus pancitas y se ríen tratando de escapar, pero no los dejo.

-¡Mamita! ¡Mamita! -gritan emocionados-. Lele... lele pancha.

-¿Cuando volvelá papaíto? -cuestiona mi mini pequeños de elote.

-¿Volver? -pregunto confundida, dejando de hacerles cosquillas.

-Ya lo extlañamos -susurra mi otro bebé y en el momento en que voy a preguntarles a que se refieren, entra corriendo una pequeña bolita con cabellos negros y lacios.

Los tres nenes parecen tres años de edad. 

-¡Edes mala! -me dice llorando la pequeña niña que se parece a Chad, yo me levanto de la cama tratando de cogerla, pero entonces los tres bebitos me rodean, mis trillizos me rodean y me miran con ojos llorosos, haciendo pucheros y cuando vuelvo a parpadear tienen sangre en sus mejillas.

Eso me horroriza.

-Mamita, nosotos te necesitábamos y no nos dejaste nacel...

-¡¿QUÉ? ¡Yo los amo! ¡Ustedes están aquí! ¡Están bien! -grito y trato de abrazarlos a mí, pero retroceden. Estaban ahí conmigo, a mi lado ¿cómo podían decir que no los había dejado nacer?

-Nosotlos ansiabamos nacel, mamita, papito se fue ¿pol qué no etá aquí? 

-¡Él no los abandonó! -grito asustada porque no puedo tocarlos, algo me lo impide.

-Mamita, ¿pol qué tío Elliot nos hizo daño? -me pregunta mi bebita, y niego tratando de abrazarla.

-¡Ustedes están bien! ¡Están aquí, conmigo! -gritó sofocada, pero ellos niegan-. ¡Basta!