19. Libertad enjaulada (Tercera parte)

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Can You feel my heart de Bring Me The Horizon define perfectamente a Elliot, es una canción que queda completamente con nuestro pelos de elote en este punto de la trama, escuchenla y lean la letra :3

Quiero dedicarle este capítulo a una de mis lectoras favoritas quién me ha demostrado mucho de su apoyo a lo largo de este tiempo y no sabe que tan feliz me hace sentir, eres increíble nena, muchas gracias por todo, te quiero y pásatela increíble en tu día, feliz cumpleaños Esmeraldahuesca quién además es la admin de nuestro bello pelos de elote así que te mereces este capítulo narrado por nuestro rubio fav<3

...

ELLIOT

Vivía entre las sombras, rodeado de dolor. Mi primer amor había muerto y yo había muerto con ella. Para mí ya todo se había jodido, no tenía ninguna razón para vivir y sonaba egoísta de mi parte decirlo pues mi hermana menor estaba dando todo por mí y yo no lo valoraba al refugiarme en mi sufrimiento por la pérdida de mi primer amor. Me iba a emborrachar, me inyectaba toda clase de drogas, inhalaba, fumaba, probé toda clases de drogas, desde la piedra hasta la metanfetamina, eran drogas que me ponían en el hilo de la muerte y era exactamente lo que yo buscaba para estar junto al amor de mi vida porque cuando pierdes la mitad de tu alma ¿de qué sirve vivir sin esa mitad?

Pero todo cambió cuando en una noche ella llegó. Recuerdo que era un lunes y el mes de septiembre se acercaba. Habían pasado casi nueve meses desde que Natalia me había sido  arrebatada de mi lado, en todo ese tiempo lo único que sabía era de drogas, mujeres y alcohol. Muchas mujeres, aunque sonara idiota, se aprovechaban de mi dolor para acercarse a mí y yo envuelto en querer olvidar el sufrimiento me metía con ellas, cada día eran diferentes rostros, ningún nombre se me quedaba grabado por más de una hora. Definitivamente estaba muerto en vida.

La chica que pretendía decir que era Natalia estaba frente de mí y sus ojos no planeaban alejarse de los míos.

-¡Tú estabas muerta! -le aullé con voz temblorosa y ella me miraba con firmeza. Sus ojos grises escondían malignidad. Me recordaba a la mirada de Chad.

-Estoy aquí, amor. Volví por ti para ser felices, pero ellos no me dejan estar contigo. -susurró acercándose a mí, a nuestro alrededor la música sonaba, yo me encontraba dentro de un club y mientras todos bailaban alrededor, los dos nos mirábamos con detención.

-¿Quienes ellos? -susurré y a pesar de la música ella pudo escucharme. Estaba oscuro así que no podía distinguirla, pero su cabello estaba oscuro y no rubio.

-Chad y Corinne -susurró acercándose más a mí-. Ellos son malvados, ¡nos separaron! Si no fuera por ellos, nosotros seríamos felices. ¡Viviríamos en paz! -aulló.

-¡Estas loca! -le grité y quise alejarme porque creía que era un sueño o una alucinación de las tantas drogas que me metía porque yo tenía claro que ella había muerto. Y cuando quise alejarme de esa tipa que decía ser Natalia, me cogió del brazo y me volteó el rostro de un golpe violento que me hizo apretar el gesto por el impacto-. Ahh -me quejé pasmado.

-Tú me amas Elliot -susurró con más firmeza y se acercó a mí cogiéndome del rostro como si lo que acabase de hacer no lo hubiera hecho-, bueno quiero que me demuestres de que eres capaz por mí. Estoy en Havane Simes, ven conmigo y podremos ser felices como siempre quisimos.

-¡Yo no voy hacer nada por ti! ¡Tú estás muerta Natalia! ¡Muerta! -aullé y salí corriendo como un loco, esa escena para mí había sido una alucinación porque creía haberme vuelto loco por tanto que me metía, pero sin duda había sido real. Natalia nunca murió, ¡oh, esa desgraciada asquerosa!

Caricias en Llamas 3 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora