Quiero Sobrevivir

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Enero, 1989, Bogotá

¿Por qué?

Esa era la única cosa que Juan Pablo Villamil pudo pensar.

"¡¿POR QUÉ?!" gritó furioso, golpeando el colchón y pisoteando la cama fuertemente, causando sonidos ensordecedores en la habitación del hospital. "¡¿POR QUÉ YO?!"

"Tranquilízate, cariño," dijo su madre en voz baja, acariciando su brazo. "Está bien."

"¡Nada está bien, mamá! ¡Tengo leucemia! ¡Tengo una puta leucemia!" Villamil se desató del agarre de su madre bruscamente y quiso seguir desfogando su ira, pero de repente se sintió débil. Infinitamente agotado.

"Te vas a recuperar, mi amor. Te lo prometo," susurró su madre y aún más lágrimas fluyeron de sus ojos hinchados mientras pasó su mano sobre la espalda de su hijo en una manera cariñosa.

"No me voy a recuperar, mamá. ¡Me voy a morir!" El joven echó un sollozo desgarrador, cayendo en los brazos de su madre y abrazándola desesperadamente, mojando su blusa con sus lágrimas saladas.

"No digas eso, Juan Pablo, no lo hagas," le advirtió llorando, sujetando el cuerpo delgado de su hijo entre sus brazos temblantes.

"No me quiero morir, mamá," murmuró en el hombro empapado de su madre.

"No te vas a morir." Su madre intentó ser fuerte y darle a su hijo el apoyo que necesitaba, aunque algo dentro de ella también se hubiera roto y nunca pudiera ser reparado otra vez. "Te amo, Juan. Lograremos curarte."

"Mamá..." Villa se pegó a su madre y siguió llorando como un niño. No percibió nada más que una tristeza enorme que le abrumaba por completo. Se sintió como si hubiera sido otra persona antes de haber oído el diagnóstico del médico; un chico atlético y feliz, con notas buenas en la escuela y el sueño de ser un futbolista en el futuro. Ahora sólo el deseo de que todo fuera como antes persistió en su mente y el hecho de que nunca pasará, sino que será peor cada día, le hizo llorar. Ninguna esperanza de que se mejorará en el futuro brotó raíces en su corazón. Lo único que se estableció era el robusto tronco del árbol de la tristeza, la angustia y el dolor permanente.

"Mamá..." repitió resollando y se alejó de su madre, parando el abrazo apretado.

"¿Sí, cariño?" Ella intentó forzar una sonrisa, pero falló completamente. Su hijo la devolvió una mirada afligida.

"Creo que voy a morir." Su voz temblaba y otra vez un sollozo le agobió.

"No, Villa, no vas a morir. Estoy aquí para ti," susurró llorando y volvió a abrazarle. De repente alguien abrió la puerta, haciéndola golpear contra la pared.

"¿Juan Pablo?" preguntó el padre de Villamil sin aliento y corrió hacia la cama. "¡Mi hijo!"

"¡Papá!" exclamó Villamil antes de que los brazos fuertes de su padre les envolvieran a su madre y a él en un abrazo desesperado.

"Villa, no te rindas. Sé fuerte," dijo su padre y mantuvo su cabeza entre ambas manos. "Lucha contra esta enfermedad. No la dejes vencerte." Como su esposa y su hijo, derramó lágrimas sin darse cuenta. "Estamos aquí para ti, cariño," declaró y tomó la mano de su mujer, usando la otra para quitarse las lágrimas que resbalaban sobre sus mejillas.

"Papá, no sé qué hacer," lloró Villamil, pero la mayoría de su frase se convirtió en un lloriqueo doloroso. ¿Qué debo hacer? Mi vida ya cambió por completo. Ya terminó.

"Tranquilízate, Villito, tranquilízate," cuchicheó reconfortante, abrazándole firmemente. "Tu madre y yo tenemos que hablar con el doctor, pero vamos a volver muy pronto, ¿okay?"

"Okay," respondió resoplando y siguió sus padres con su mirada cuando abandonaron la habitación. Se quedó en la cama, a solas con su enfermedad. Su mirada erró sobre el cuarto estéril y notó que todo se quedaba como estaba cuando llegó. Nada había cambiado. Sólo Villa.

Las cortinas seguían rozando el alféizar a causa del viento débil que entraba a la habitación a través de la ventana un poco abierta. Los ruidos de las enfermeras seguían sonando desde el pasillo. La mosca seguía estando muerta en la lámpara sobre su cabeza.

Muerto como él lo iba a estar en poco tiempo.

Villa cubrió su cara en sus manos tambaleantes.

Y gritó.

Antes De Los VeinteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora