Febrero, 1989, Río de Janeiro
Juan Pablo se sentía vivo.
A pesar de que la vida se escapara cada día más de su cuerpo, se sentía como si la música alta y el movimiento de sus caderas le infundieran nueva fuerza. Después de una noche experimentando el Carnaval brasileño en su mejor expresión, Villa de verdad percibió una satisfacción en su ser, a causa de haber vivido algo que había deseado por mucho tiempo. Tal vez si lograba cumplir su lista, con cada punto cumplido, el sentimiento de no haber aprovechado de esta única vida que tenía, disminuiría. Tal vez puedo morir en paz.
Con este pensamiento en su cabeza, estaba ordenando las lentejuelas pequeñitas de Giovanna, clasificándolas por su color; y sí, naranja, rosado y salmón eran colores completamente diferentes según la dueña de la casa. Juan Pablo tenía que aprender esta lección de la manera más rápida.
"No vamos a volver," soltó de repente.
"¿Qué?" interrogó Simón, quien estaba ocupado planchando los disfraces elegantes de seda de la noche pasada.
"Dijiste que no vamos a volver. En la playa," explicó con ojos grandes.
El pelinegro pensó en las palabras de su amigo y después de acordarse de la situación a que se refería, sabía exactamente qué quería decir. "Juan, ya te dije que te acompañaré si quieres extender este viaje." Una sonrisa increíblemente amable se acomodó en sus labios cuando pronunció las palabras. Solamente espero que mi comportamiento no sea demasiado obvio.
"Okay." Con una sonrisa ancha y satisfecha en su boca – y con las mejillas un poquito sonrojadas – Villamil bajó su cabeza otra vez para seguir con su trabajo. El tiempo en Río lo había disfrutado más que cualquier otra cosa antes en su vida, pero después de tantas semanas aquí, deseaba ver otros lugares con su mejor amigo. En tanto que Simón estuviera con él, todo estaría genial.
Volvió a alzar su vista con una sonrisa traviesa en su cara antes de pronunciar su siguiente frase, "¿Y a qué ciudad quieres ir después de Río?"
"Yo... ehm..." tartamudeó el chico con gafas. ¿De verdad los dos podían permitirse hacer un viaje largo a donde quisieran, tal vez alrededor de todo el planeta? No, no, no... ¿o sí?
"Mira, Villito, no creo que–" empezó, pero un hombre abrió la puerta principal de un tirón, respirando agitadamente.
"¡Giovanna!" gritó, limpiando su frente del sudor que corría sobre su piel en gotas gruesas. Su expresión facial demostraba todo aparte de tranquilidad: desesperación, estrés y ansiedad. Era más viejo que Giovanna como parecía, y llevaba un blanco y abundante bigote sobre su labio superior con un orgullo evidente. Tal vez para subsanar la falta de cabello en su cabeza.
Un ruido ensordecedor sonó desde detrás de la cortina a lado de la caja y unos segundos después Giovanna apareció con su cara ensuciada de harina, pasando sus manos grandes sobre aquella para limpiarse lo mejor que pudo – que, de verdad, no era el acto de limpiar, sino de dispersar la mezcla de harina y sudor sobre su piel. Muy probablemente había dejado caer algún utensilio en la cocina por el susto cuando estaba preparando el pastel que quería hacer.
"¿Qué pasa, Ricardo?" suspiró con la respiración entrecortada.
"Giovanna, perdona por aparecer tan repentinamente, pero se trata un asunto urgente," empezó el hombre, teniendo problemas de encontrar su aliento. "Te acuerdas del hijo de Thiago, ¿no?"
"Sí, claro, él se mudó a los Estados Unidos si no me equivoco."
"Exacto, y allá trabaja en un teatro muy conocido donde quieren representar una obra que trata del Carnaval en Brasil. Y por eso me ha preguntado si conozco a alguien que podría proveerles a los actores de sus vestuarios. Giovanna, ¡él quiere comprar un montón de disfraces de ti y quiere que se los lleve lo más rápido posible hasta San Francisco!"
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Antes De Los Veinte
Fanfictionleucemia [lew'θemja]: s. f. MEDICINA Enfermedad que se caracteriza por un exceso de glóbulos blancos en la sangre cuyos síntomas son anemia, hemorragias o postración. s. f. AMOR Enfermedad que impide que Simón Vargas pueda confesarle su amor al chic...