Febrero, 1989, Bogotá
"No surte efecto alguno," dijo Villa en un tono de voz molesto. "Simplemente no funciona."
"Villa, va a funcionar. Estoy seguro," respondió Simón. Era una mentira, Villa lo sabía. Ni la quimioterapia ni la radioterapia tenían algún efecto positivo. Cada persona que le decía que se iba a recuperar estaba mintiendo. Voy a morir, y lo más triste es que ya lo haya aceptado.
"Simón por favor, deja de hacerme esperanzas. Si me hago muchísima ilusión, al final, cuando esté seguro que me voy a morir, voy a estar decepcionado al doble."
"¿Y si no vas a morir?"
Villamil suspiró. "El médico me dijo que..." Hizo una pausa. Va a ser difícil decírselo. Villa inhaló profundamente. "Me dijo que no voy a experimentar mi vigésimo cumpleaños," le informó sin emociones en su voz. Juan Pablo ya se sentía sin vida, aunque todavía estuviera viviendo.
Simón no podía creer lo que acabó de escuchar. Un sollozo subió en su garganta y lágrimas se formaron en sus ojos. Si estuviera en su cuarto, se echaría a llorar debajo su colcha de inmediato, pero no se encontraba en su dormitorio. Acá estaba Villa, sufriendo aún más que él. Sabiendo que su vida terminaría pronto. Careciendo de lo que toda gente daba por hecho: su vida.
"Yo..." murmuró el chico con lentes, pero no se le ocurrieron palabras reconfortantes para su amigo. Ahora, cuando había logrado ganar la confianza y amistad del chico que amaba en las semanas pasadas, se enteró de que ese chico morirá. No me queda mucho tiempo con él. Voy a vivir en un mundo sin él.
"Está bien, Simón."
Nada está bien. La persona más hermosa del mundo va a morir en poco tiempo. ¿Por qué él? ¿Por qué?
Juan Pablo era tan fuerte, aguantó tanto. Pero no debía. Simón debía estar para él, tranquilizarlo, hacer el resto de su vida merecer ser vivida.
"Villa, todavía hay esperanza. Quizá encuentren a un donador..." Simón se acordó de cuando estaba sentado en la misma silla que ahora al lado de la cama de Juan Pablo, comunicándole que él no era un donador apto. Cuánto haría para darte toda la médula ósea que tengo en mi puto cuerpo.
"Tú sabes tan bien como yo que la probabilidad de que eso pase es casi inexistente," contestó Villamil. "Por eso, escribí esto..." Se inclinó hacia la mesita de noche y sacó un papel doblado de la gaveta. Lo abrió y empezó a leer: "Lo que quiero hacer antes de los veinte."
Simón tragó saliva. Cuánto podía aguantar este chico, qué robusto era.
"Es decir, lo que quiero hacer antes de morirm... mm... me." Súbitamente, Juan Pablo comenzó a llorar. Pero no sólo lloró, sino soltó sollozos desgarradores que se clavaban en tu corazón y allí destrozaban las fibras de los músculos lentamente. Era una tortura escucharle.
Lo que Simón hizo en el siguiente momento era un instinto, un reflejo que practicó sin pensar. Saltó de la silla y abrazó a Villamil fuertemente. Se acurrucó a él, sentado en la cama, intentando envolver todo su cuerpo en sus brazos.
"Shh, Villa, está bien. Estoy aquí para ti," susurró tranquilizante. El otro chico tembló en sus brazos, derramando lágrimas desesperadas. Ni siquiera correspondió el abrazo, sino se quedó como estaba. Estaba demasiado agotado y débil, aunque no pareciera así. Sus padres y su hermana le apoyaban, pero pensaban que de verdad tenía suficiente fuerza para sobrevivir. No puedo. No puedo sobrevivir.
Y siempre que se los decía se ponían tristes, no entendían que eso en efecto lo deprimía aún más a él. Lo que Villa necesitaba no eran personas que sufrieran con él, sino alguien que le confortara y animara. Alguien como Simón.
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Antes De Los Veinte
Fanfictionleucemia [lew'θemja]: s. f. MEDICINA Enfermedad que se caracteriza por un exceso de glóbulos blancos en la sangre cuyos síntomas son anemia, hemorragias o postración. s. f. AMOR Enfermedad que impide que Simón Vargas pueda confesarle su amor al chic...