Marzo, 1989, Algún Lugar en California
Si existiera un clima perfecto, sería exactamente el clima de este momento. El sol besaba delicadamente las cabezas de los dos chicos que andaban en un coche por la carretera entre la naturaleza floreciente. El viento pasó por sus pieles, sin ser demasiado fresco. Por suerte unas cuantas nubes hicieron su trabajo y no había razón por taparse los ojos por la iluminación del sol.
Villa no había olvidado la conversación sobre su valiosa lista con Simón. Siguió pensando orgullosamente en todo lo que habían logrado ya, y en que podían lograr muchos puntos más. Se le ocurrió un punto en específico porque ahora y aquí le pareció el momento y lugar adecuado.
"¿Simón?" dijo, apoyándose relajadamente en el asiento de piel blanca. "Pienso que aquí está el lugar perfecto para practicar mis habilidades de conducir."
"Juan Pablo, estás loco." Simón sonrió. "Mejor lo hacemos en un aparcamiento vacío, no en una carretera al lado del océano," agregó mientras su cara relajada se reflejaba en el volante abrillantado.
Villamil quería contestar algo típico para él, un comentario juguetón, una respuesta traviesa junto con su sonrisa encantadora. Pero su cerebro se retrasó. Ni una palabra salió de sus labios como lo hacía automáticamente en todas ocasiones, aparte de ahora. En este instante estaba ocupado exclusivamente con interpretar las palabras de Simón en una manera que le hizo dudar de su inocencia. Mejor lo hacemos en un aparcamiento vacío que en esta carretera... ¿Mejor hacemos qué en un aparcamiento vacío? En un coche, los dos solos... Qué pensamiento más ridículo, Juan Pablo. Mientras intentaba callar sus pensamientos indecentes, su expresión facial seguramente se veía como si Juan Pablo poseía exactamente dos neuronas, ni una más. Contempló el asfalto en frente de él sin parpadear, confundiéndose con sus propios pensamientos.
"¿No dirás nada?" preguntó Simón. Regaló una corta risita al viento antes de exhalar largamente y echar una mirada en el espejo retrovisor. La carretera estaba completamente vacía. "No te pongas mosqueado," dijo y estacionó el coche en el arcén y otra vez suspiró. Miró a su amigo, quien había podido convencerle sin siquiera hablar. "¿Estás seguro?"
"Claro." Villa ya se dispuso del cinturón de seguridad. "Observo como conduces el coche desde el principio de nuestro viaje. Veo que no es tan difícil," dijo, abriendo la puerta del carro. Saltó al asfalto al lado de la banda de guía y pasó su mano por su cabello castaño. Estaba listo para aprender a conducir un coche. Enséñame cómo, papi.
¿Qué? ¿Qué carajos...?
"Bueno," empezó Simón y sacó a Villa de sus pensamientos. También había abierto su puerta y señaló a su amigo que viniera a su lado del carro. "Ven."
Villamil hizo lo que su amigo le pidió y terminó parado enfrente del asiento de conductor. Miró al material costoso de aquel y tragó saliva.
"Tienes que sentarte, Villito," le recordó Simón con cierta diversión en su voz.
"Lo sé," lamentó el menor porque en lugar de anticipación, un miedo pesado le invadió. Repentinamente se volteó hacia Simón y le miró con su cara más adorable. Estaban ellos dos y los grandes ojos de cachorro de Juan Pablo en aquella carretera. "¿Puedes hacerlo conmigo?"
Simón sólo rió.
"¡Por favor!" se quejó Villamil. Simón debe dejar de reír sobre mí y en su lugar darme toda su atención, como siempre.
"Perdón," el chico inteligente se calmó, pero siguió sonriendo, su mirada divertida diciendo algo como 'te había preguntado antes si estás seguro de hacerlo.' "Pero dime Villa, ¿cómo puedo conducir el coche contigo? Solamente puedo sentarme en el asiento de copiloto y procurar que no nos matas a ambos."
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Antes De Los Veinte
Fanfictionleucemia [lew'θemja]: s. f. MEDICINA Enfermedad que se caracteriza por un exceso de glóbulos blancos en la sangre cuyos síntomas son anemia, hemorragias o postración. s. f. AMOR Enfermedad que impide que Simón Vargas pueda confesarle su amor al chic...