Capítulo 20 Está aquí

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(Ryan)

Al despertar veo a Samantha sentada en la cama abrazandose a sí misma mirando hacía la puerta, pero eso no es un problema.. el problema es ver como sus lágrimas por su mejilla bajan una tras otra. Nunca la he visto tan mal, estoy tan desesperado por que me diga que le pasa, la habitación se volvía oscura a medida que se hacía de noche. Me senté a su lado, la abracé.

—Samantha ¿por qué lloras? ¿extrañas a tus padres? Si es por eso llamaron, olvidé mencionarlo con toda la situación, pero volverían en dos días me dijeron.. por favor dime que es lo que te tiene así.

Beso su mejilla empapada de lágrimas ¿qué le pasa a mi pequeña Sam? Me está destrozando verla así que estoy apunto de llorar, Samantha no me habla, no la he escuchado hablar desde que la encontré afuera que sólo pidió permiso para irse.

Le doy un beso en su frente, me levanto voy a lavarme la cara.. si algunas lágrimas derramé, me seco la cara con la toalla, no me quito de la cabeza a Samantha... su cara, su comportamiento, su manera de llorar.

Regreso con ella, están golpeando la puerta de mi habitación, Samantha al verme se acostó rápidamente dándole la espalda a la puerta, me pregunto ¿por qué no ha atendido? Lo hago yo, es Austin, otro que actúa raro, dio unos pasos más cerca de mi para mirar por mi habitación por un momento y se hizo hacía atrás, claro no vería nada está muy oscuro ya y sólo puedo observarlo.

—¿Samantha está contigo?.

¿Por que pregunta por Samantha? Y Samantha no abría la puerta.. lo está evitando, no lo sé.

—Si está.

—Llamala.

—No, no puedo, está durmiendo Austin se veía muy cansada.

—Entonces cuando despierte dile que la llamo— sólo se fue.

Está muy raro pero, está raro desde que tuvo esa conversación con papá debe ser por eso está triste. Regreso a la habitación, cierro la puerta, voy a la cama con Samantha, me acuesto del otro lado, ambos nos miramos, tomé su mano.

—¿Por qué no abrias la puerta?— sorbio por la nariz —. Era Austin quiere hablar contigo.

Samantha no me responde, me acerco más a ella, beso su boca, me corresponde, puso su pierna sobre la mía, tomé el cierre de su chaqueta lo bajé, pero Samantha tomó mi mano.

—No— sólo eso me dijo.

—¿Qué?.

—No puedo hacerlo.

—¿Por qué no?.

—Porque no me siento bien.

—No entiendo Samantha ¿me dirás que te a estado pasando?.

—Nada Ryan.

(...)

Me encuentro subiendo el desayuno para Samantha, estuve evitando a Austin porque me preguntaría por ella. No sé que quiere, Samantha también lo evita, no a querido salir de mi habitación y no me quejo, siempre quise estar así junto a ella todo el tiempo, pero no es del todo como quería pues ella está triste. En cualquier momento nuestros padres estarán de regreso y Samantha se irá con ellos. Llego a la habitación le doy una taza de café.

—¿Estás bien?— asintió.

Samantha le da unos sorbos a su café, pero la veo hecharle unas gotas a su café, las gotas provienen de un pequeño envase rojo. Samantha no me dice nada no sé para que le preguntaría. También he notado que es demasiado cuidadosa a la hora de moverse es como si todo el cuerpo le doliera.

Eres Mía [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora