Capítulo 29 Ella me quiere

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Un año después..

Me despierto, mis ojos me duelen tanto y es que tengo sueño, mucho sueño en realidad no sé que hora es, sólo me siento en la cama, miro en la mesita que se encuentra al costado de mi cama un vaso con agua y mi pequeña caja de pastillas, muchas de estas son para dormir, para la ansiedad, para mis insoportables dolores de cabeza. Después de haber tomado mis pastillas, débilmente me levanto de la cama, salgo de la habitación, voy a la cocina por más agua, veo a la empleada, paso por su lado.

—¿Cuánto llevo durmiendo?.

—Diane ¿dijiste algo?.

¿Es sorda o qué?.

Odio repetir lo que ya dije, la miré con una pequeña, incómoda y breve sonrisa mientras negaba con la cabeza. Bebí del vaso con agua.

—Diane llevas casi todo el día durmiendo, pero me pidió que no te molestara ¿te preparo algo de comida?.

—No— mi voz salió ronca por lo que aclaré mi garganta, la voz apenas me sale aveces es irritante.

—Niña tomas muchas pastillas y fumas en los minutos que llevas despierta luego te duermes y esa es toda tu rutina.

—Es que no tengo...— maldición no tuve fuerzas para terminar de hablar.

—Diane ¿estás bien?— aclaro mi garganta.

—No, me he resfriado, así que eso lo explica todo, necesito medicamentos para curarlo...—

—No creo que sea bueno para tu salud consumir más medicamentos nada que una comida caliente y saludable no cure.

Iba a escaparme de ella, realmente me molesta. Pero Will apareció. Se acercó a mí puso sus manos en mis mejillas, me sonríe.

—No esperaba que estuvieras despierta ¿estás bien? Te ves tan débil...—

—Seguirá de esa manera mientras no entienda que necesita alimentarse no quiere comer— estornude un par de veces y le digo.

—Estoy resfriada, me raspa la garganta no puedo comer así...—

—Y la señorita quiere más medicamentos como si no consumiera lo suficiente.

—Oye no hables así de ella, no es su culpa ¿bien? No estás aquí para tratarla de tal manera... vamos Diane.

Con Will fuimos a la habitación, no le voy a mencionar lo mareada y cansada que estoy, siento que todo va mal conmigo hasta náuseas me dan.

—Diane hablaré con ella.

—Me ve como si fuera una enferma, no lo soy ¿verdad?.

—Tú no tienes la culpa de nada Diane, sabes que fue ese maldito accidente, no la escuches, no puedo imaginarme tus deseos de dejar esos medicamentos... pero resiste un poco más en unos días quizás no los necesitarás.

¿Y si realmente no quiero dejarlos?.

Bueno me ayudan a dormir, con el dolor... con todo. No creo que deje de necesitarlos.

—Gracias.

(William)

Cree que no me he dado cuenta lo dependiente que se ha vuelto a esos ansiolíticos, que no he notado nada... pues cada unos cuantos días los consume en más cantidad. Diane perdió la memoria por completo después del accidente y algunos otros motivos posteriores ella tuvo que aprender a hacer todo de vuelta por ejemplo algo tan básico como hablar tuvo que aprender a hacerlo, perdió el conocimiento de una manera grave, la herida que tenía en la cabeza tuvo que recibir suturas.

—¿Tienes sueño?.

—Sí, pero sólo un poco ¿qué pasará con mi resfriado?.

—¿Quieres algún jarabe?.

—Sí, siento como si mi garganta estuviera lastimada me duele.

—Bien.

La abracé ella también lo hace. Perdió todos sus recuerdos, aún sigue olvidando nombres o ciertas cosas que hizo hace poco, pero a ella no le importa ya, eso es mejor para mí, mí yo de ahora es todo lo que recuerda, soy el único en su vida y ella la única en la mía finalmente es así, finalmente he dejado de estar solo y lo más importante ella me quiere por fin... se puede decir que es la segunda persona que me quiere en la vida; la primera fue mi madre.

—¿No tienes hambre? Debes comer Diane.

—Bueno está bien.

Diane sólo me pidió un yogurt, al acabarlo ella sólo se acostó en su cama. Le doy un beso en la mejilla, Diane rodeó mi cuello con sus brazos casi le caigo encima nos reímos y le digo.

—No me tientes.

—Quería abrazarte Will.

—¿Sólo eso?.

Ella me acercó más, la besé, su boca sabe mejor cuando sus besos son realmente correspondidos y no forzados. Mierda obtengo un sólo beso de su parte y ya quiero ir por más debo controlarme aunque quiera no puedo. Me alejo, le sonreí, pero Diane me ve fijamente se ve confundida.

—¿Diane?.

—Es que siento que no es la primera vez que nos besamos.

—Que curioso y yo aquí sintiendo que es nuestro primer beso— le dije con una sonrisa.

—Recuerda que yo al igual que tú olvidé cosas, pero a mí me fue peor.

—Fueron los medicamentos Diane y todavía siguen siendo los medicamentos los que quizás alivian tu dolor, pero te deterioran más y más la memoria entre otras cosas y no quieres dejarlos...—

—¿Qué hay de malo en eso? No moriré.

—Lo malo aquí es tu adicción tienes serios problemas y... en éste tiempo juntos debo confesarte que te has vuelto todo para mí y no quiero perderte porque si morirás tarde o temprano si no dejas esa basura.

—William, nada malo va a pasarme, estoy bien, tú me diste esos medicamentos ¿por qué me darías algo que podría matarme?.

—No lo hice con ese fin Samantha...—

Hola ¿cómo están?

Voten y comenten y perdonen a su escritora por el capítulo tan cortito

Hasta luego.

Eres Mía [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora