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Inhalaste hondo haciendo el menor movimiento posible en tu cuerpo, cerrando los ojos, intentando calmar tu mente y alejar aquellos pensamientos que rondaban en tu cabeza desde hace más de dos horas desde que habías salido del cuarto de baño. No podías conciliar el sueño y esta no sería la primera vez que sucedía. Llevabas un irregular ciclo de sueño desde que te fuiste, sabiendo que el responsable seria tu conciencia corrompida por la culpa.

Por ello te encontrabas en medio del patio de entrenamiento a mitad de la noche estando sentada al final del suelo de madera sin importarte mucho la brisa helada que pasaba cada tanto tiempo. Abriste ambos ojos al escuchar como la madera crujía ante el peso de alguien más a tu costado, miraste a un lado y encontraste la imagen del cuerpo de Genji sentado junto a ti, recargando su barbilla en su propia mano mientras la apoyaba sobre su pierna. Teniendo su mirada dispersa al frente. Moviste tu boca para hablar pero la cerraste nuevamente, sabiendo que no tendrías nada bueno para decirle o que al menos le interesara. Por lo que guardaste silencio mirando al frente y cerrando tus ojos al cabo de unos segundos, intentando calmar tu pulso alterado por su presencia tan cercana. ¿Qué quería? ¿Reprocharte otra cosa acaso?

Cuando estabas a punto de lograr volver a la burbuja pacifica que hace momentos perdiste notaste que algo pasaba suavemente sobre el dorso de tu mano. Te sobre saltaste e inmediatamente miraste al responsable, notando como su dedo índice hacia círculos pausados ahí.

- ¿Genji?

- No hables, por favor – Pidió de inmediato, cortándote la palabra y manteniendo aun su rostro al frente, descolocándote completamente por el tono de su voz, ahogada.

Tomo tu mano entre la suya y la estiro para que quedara sobre su pierna, acomodando su cuerpo y seguir trazando círculos ahora con sus dos manos. No pudiste evitar tensar tu mano ante su actitud, no comprendías sus actos ahora y querías saber por qué su cambio tan drástico. Literalmente esta mañana estaba queriendo lanzarte los palillos a la frente. Tragaste saliva retrayendo tu mano hacia ti, mirándolo de manera atenta.

- ¿Qué sucede contigo, Genji? – Inclinaste ligeramente tu cabeza para poder observar su rostro. Pero tuviste que estirar tu mano y mover su rostro al no poder verlo a primeras vistas; solo ahí notaste sus ojos cristalizados y enrojecido rostro. Su expresión oprimió tu pecho.

- No podía dormir. – Frunciste el ceño, reconociendo de inmediato el olor a sake en su boca mientras hablaba. Eso te causo un poco de molestia, puesto que asumías que su actitud pacífica hacia ti se debía nada más por el alcohol en su sangre. No porque realmente hubiera querido hacerlo a voluntad.

- Entiendo. – Dijiste, apartando unos centímetros tu mano pero volvió a tocar su rostro cuando la tomo entre la suya, frotando ligeramente su rostro contra tu palma. La cual intentaste apartar pero no dejo ir. – Genji, has tomado.

- No es cierto – Respondió de inmediato, haciendo una mueca en su rostro por tu acusación.

- Hueles a sake, no mientas.

- No miento – Señalo –, puedo jurarte que solo dio un sorbo porque quería ver si así podía dormir pero no pude. Por eso estoy aquí.

- ¿Entonces por qué te comportas así? – Libero tu mano y pudiste juntarla con la otra, notando como el tacto de la piel de Genji de causaba cierto cosquilleo; como los de antes cuando tomaba su mano o pasaba su mano por la piel de tu brazo.

Apretó sus manos sobre la tela de su ropa y te observo en silencio por varios segundos. Ahí notaste como más allá de los ojos cristalizados estaban sus pupilas llenas de un brillo que diste por perdido desde que llegaste. Su pecho se llenó de aire antes de que hablara cerrando sus ojos por un momento, dándote una imagen completamente opuesta al Genji de actitud antipática.

- Sé que no he tenido el mejor comportamiento desde tu llegada, ni antes de eso. – Comenzó a hablar, mostrando un tono de voz apacible y vulnerable. – Pero sé que comprendes que estaba herido, realmente me afecto mucho tu partida (Tn). Yo estaba dispuesto a incluso llevar una doble vida con el clan y contigo, pero tú solo te fuiste. Me resigne a odiarte por mucho tiempo, intentando llenar el vacío que dejaste en mí.

- Pero ahora que has vuelto..., solo me causaste conflicto interno. He pasado todo este tiempo desvelándome durante las noches para intentar calmar mis pensamientos. Ahora, esta noche, he llegado a la conclusión de que todavía sigo amándote.

Te echaste para atrás cómo pudiste cuando Genji inclino su cuerpo hacia adelante, haciendo que su frente tocara el piso de madera. Estabas atónita por sus palabras y su acción.

- Le pido que perdone mi comportamiento (Tn)-sama.

- ¡Genji! – Lo tomaste de los brazos cuando reaccionaste, forzándolo a que volviera a levantar su cuerpo. Notando los nervios subir por tu cuerpo. – No lo hagas. ¡No me llames así y tampoco me pidas perdón! Yo soy la que debe pedirte perdón a ti.

Hablaste de manera apresurada, toqueteando su rostro con apuro mientras los ojos de ambos se humedecían.

- Fui yo quien se marchó sin escucharte, solo me fui para que estuvieras bien. No lo pensé con claridad, no pensé en como eso te haría sentir realmente. No quería causarte problemas con tu familia y evitar que mi presencia te distrajera pero solo cause el doble de daño. Realmente me siento muy culpable por lo que te he provocado, lo lamento, lamento haber sido tan estúpida, Genji.

Cerraste los ojos y esta vez tu turno de inclinarte, dejando que tu cabello se esparciera a los lados, pegándose un poco a tu rostro debido a las lágrimas. Notaste como Genji levantaba tu cuerpo de igual manera que tú lo habías hecho y te presionaba contra sí sujetando tu nuca, dejándote oír los sollozos que hacían su pecho rebotar por el hipo.

Correspondiste el abrazo sin pensártelo, cerrando tus ojos ante la sensación de euforia que recorrió todo tu cuerpo.



Ojos PardosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora