El resto de la mañana te la pasaste limpiando la hoja de tu arma luego de haberte duchado y cambiado, notando como a pesar de que no la hubieras utilizado contra nadie jamás esta estaba manchada de sangre al igual que toda la vaina; lo atribuiste al hecho de que fuera tu propia sangre la que se impregno de tal forma.
Para cuando se hizo poco antes del mediodía saliste de la habitación rumbo a la de Genji esperando que ya estuviera despierto, pero gran fue tu sorpresa de que al tocar la puerta una voz automatizada te dijera que él estaba fuera de base en una misión. Seguramente habría salido luego de ti, después de todo, aquellos números ascendentes que viste en la pantalla junto a su cama estaban casi por terminar la cuenta. Terminaste pasando el resto del día hasta el atardecer vagando por las instalaciones. Te sentías un tanto frustrada; puesto que se suponía que aprovecharías este día para hablar y estar con Genji todo lo posible antes de tu partida.
Para cuando anocheció finalmente Genji apareció junto con varios otros miembros, te enfocaste más en el hecho de que Gabriel llevara el cuerpo inconsciente de una chica en brazos pero terminaste dejándolo pasar por la idea de que fuera algún otro funcionario que salió mal parado de dicha misión. Aunque esa chica no tenía un uniforme como ellos, solo una ropa curtida y sucia que en algún momento fue blanca. Genji termino tomando tu mano y llevándote hasta su habitación, donde no medió palabra hasta que te sentaste a sus espaldas. No seria sorpresa asumir que Ángela, Ana o Gabriel ya le hubieran avisado sobre tu partida.
Pasaste tu mano por las imperfecciones de la piel de Genji, teniendo una expresión de melancólica en tu rostro. Pusiste tu frente contra su hombro y rodeaste su cuerpo con tus brazos desde su espalda notando las diferencia de texturas debido al metal y los tubos en su torso; no duro mucho cuando su mano fría sujeto la tuya haciendo círculos con su pulgar en tu dorso. Suspiraste antes de hablar:
- Podrías venir. No habría ningún problema en que vivieras conmigo.
- No sería lo correcto irme – Dijo –. Nos han salvado la vida a ambos pero a diferencia de ti, yo quede en deuda con ellos. Me iré cuando les haya pagado tal favor enorme, (Tn).
Hiciste una pequeña mueca sintiéndote un poco decepcionada por su respuesta. Realmente esperabas que Genji aceptara volver contigo a Kanto, te habías fantaseado de manera rápida ese tipo de vida junto a él cuando volvieras mañana a tu hogar; hasta tenías pensado que hacer una vez que ambos estuvieran allá. Pero, también lo conocías suficiente para ser consiente de lo mucho que le importaba su palabra y cerrar cuentas. Tomo tu mano y dejo besos ásperos sobre tus nudillos, subiendo poco a poco por tu muñeca.
No paso mucho más para que girara su cuerpo dando cara a la tuya, mostrándote una expresión apacible mientras tomaba tus piernas y las movía para hacer que rodearas su cintura con ellas acortando la distancia entre sus cuerpos; dejándote con la espalda contra la pared y unos centímetros más arriba. Acerco su rostro manteniendo sus ojos cerrados.
- Jamás volveré a perderte de nuevo. – Aseguro en un aliento cálido contra tu piel. Dejando un beso húmedo contra tu mandíbula.
- Yo fui la que te perdió – Respondiste de inmediato. Apoyaste tu frente por encima de su cabello azabache. –. Te deje atrás pensando que sería por sobre todo lo mejor para ti, creía que sin mi presencia te enfocarías más en tu camino. Te convertirías en alguien que enorgulleciera a toda su familia. Pero solo cause un desastre a mi paso, e incluso me doy cuenta que realmente hasta llegue a ser una cobarde. Me fui por el camino fácil, fui egoísta. No estuve junto a ti...
- Hey, hey. – La voz de Genji interrumpió tus palabras, sujetando de manera firme tu rostro entre una de sus manos. – Deja de echarte toda la culpa que no te corresponde al hombro. Creía que ya habíamos dejado este tema en claro (Tn); ambo fuimos responsables de nuestros actos y pagamos de diferente forma. Ya deja de mortificarte por ello.
- Lo lamento Genji. Pero no puedo resignarme a eso tan pronto.
- Entonces te diré cuantas veces sea necesario hasta que lo aceptes. – Dejo un beso en tus labios y se parto con rapidez, mostrándote una sonrisa tranquila. – No te culpes por todo. Deja de hacerlo.
Repitió su acción varias veces más que finalmente logro sacarte una sonrisa parcialmente apagada, escuchando poco después una risa corta por el rose de sus labios contra tu piel, causándote un cosquilleo.
No deseaba verte nuevamente sumida en la tristeza y melancolía que vio con sus propios ojos cuando toda tu familia falleció; detestaba eso y haría lo que estuviera a su alcance para evitarlo. Después de todo era mucho más culpable que tú en todo esto; desde el comienzo le habías comentado que no querías crear ningún problema en su familia, le habías intentando imponer horarios de visita y de encuentros por ello. ¿Y qué fue lo que hizo? Los rechazo y te mintió en cara justificando que no pasaría nada. Por supuesto que pasaban pleitos relacionados por sus encuentros en su hogar; y Hanzo lo dijo, siempre, dijo que eso le causaría problemas en adelante; señalándote como la raíz del problema. Pero realmente siempre había sido su culpa, por su terquedad e insolencia desmesurada frente a toda advertencia.
No merecías sentir un sentimiento tan agobiante y mal trecho como lo era la culpa cuando desde un principio quisiste hacer las cosas bien. No lo merecías siendo la persona que eras. No merecías haber pasado por todo esto, ni siquiera podías llamarte egoísta. ¿Qué clase de persona egoísta y cobarde expondría su vida la misma manera estoica en la que lo hiciste la noche del harakiri en Hanamura? Literalmente estaba tan avergonzado de sí mismo esa noche que ni siquiera pudo mirarte a los ojos hasta que saliste herida, en ese momento entro en pánico temiendo que fallecieras por salvar su pellejo sin gracia. Y aunque prácticamente estuviste al borde de la muerte le era imposible verte como una cobarde egoísta. Ni antes ni ahora, aun cuando te tuviera a su lado o al otro continente.
Rodeo tu cuerpo con sus brazos por debajo de tu camisa, acariciando con las yemas de su mano izquierda los costados de tu cuerpo hasta terminar en tu espalda baja; donde detallo la cicatriz larga provocada por la espada de Hanzo. Hizo le provoco más rabia contenida. Sabiendo que solo debería esperar hasta que Gabriel cumpliera su palabra y le permitiera cobrar venganza de su clan; de aquel que era su líder, de quien había marcado tu cuerpo y el suyo con la misma hoja, y quien por vuelca del destino también era su hermano.
Suspiro sujetando con firmeza tu cuerpo entre sus brazos, besando con lentitud tu hombro ahora descubierto como el resto de la parte superior de tu cuerpo.
- Mereces mucho más que angustia u dolor, y me encargare de que así sea.
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Ojos Pardos
FanfictionSus ojos te atraparon de inmediato mientras, al mantener sus miradas conectadas, ambos caían al vacío; perdidos en los ojos del otro mientras el mundo parecía querer derrumbarse en cada ocasión sobre ustedes para aplastarlos. Genji x Reader.