Ojos Pardos

15

Pasaste una vez más tus dedos por el cabello de Genji, notando lo áspero que se había vuelto por consecuencia del desteñido. Sintiéndote mal el por el hecho de que su cabello hubiera sido cortado; para todos los clanes guerreros, sobre como los Shimada, el cabello largo era esencial. Símbolo de estatus entre otros, cortarlo solo significaba deshonor en el caso de Genji y volver negro nuevamente solo reafirmaba el retiro de sus privilegios como miembro superior.

En tu caso el cabello largo te representaba como líder de tu clan y te sentías orgulloso de él. No podías imaginar cómo debió haberse sentido ese día.

Sonreíste débilmente al escucharlo suspirar al pasar tu mano por el contorno de su rostro, notando la cicatriz bajo tu tacto y provocándote un cosquilleo en el estómago como los antiguos junto a su presencia. Todavía no podías explicar cómo es que lograbas sentirte así a su lado. Notaste como Genji abrió su ojo derecho, mirándote directamente con una sonrisa pícara.

– Lo sé, soy tan hermoso que paso horas frente al espejo mirando mi reflejo. – Manoteaste ligeramente tu pecho con la mano que reposaba ahí, negando con la cabeza.

Abrió ambos ojos y quito su sonrisa arrogante para dejar una tranquila, moviendo su cabeza y acomodándose mejor sobre tus muslos. No lo habías detallado bien hasta ahora pero los ojos de Genji eran un tono pardo, destellando con un brillo divertido y vivaz. Bufaste cuando te tomo desprevenida por estar detallando su rostro retiro la cinta que sujetaba tu cabello. Terminaste riendo cuando por la misma acción tu cabello abofeteo su rostro y empezó a apartarlos lejos.

– Oh Dios, sálvenme o moriré asfixiado.

– ¿Acaso yo te dije que lo hicieras? – Negó a tu pregunta termino levantándose tomando un grueso mecho de cabello entre su mano.

– Hace muchísimo que no lo tocaba, me molesta ver que ahora lo llevas todo el tiempo sujeto. – Hizo una mueca con sus labios y se desplazó sobre sus rodillas hasta quedar a tu costado. Empezando a trenzarlo con cuidado. – ¿Cómo será la final de tus entrenamiento?

– ¿Intentando sacar ventaja? – Pensaste una vez más como seria, habiendo ya armando un plan para verificar que los discípulos estuvieran completamente capacitados. – Se dividirán en parejas, como un duelo normal, el último que quede en pie se enfrentará a mí.

– Bien. – Escuchaste una risa fanfarrona antes de notar su respiración cerca de tu oreja, descolocándote y causándote escalofríos.

Escuchaste como volvía a levantarse e inclinaba su rostro para poder dejar un beso en la comisura de tus labios, siguiendo de largo hacia la puerta y dejándote embobada. La abrió lo suficiente y te observo nuevamente.

– Te veré mañana a la final. Buenas noches, (Tn). – Te giño un ojo antes de salir de tu habitación.

Suspiraste de manera tonta antes de tocar tu cabello y notar como Genji lo había hecho una sola trenza gruesa.

(...)

Te levantaste del suelo y caminaste hasta el pequeño closet que estaba junto a la pared, abriendo ambas puertas para dejar ver la armadura con la que había llegado, aunque tuviste que dejárselo a uno de os criados para que reparar las correas de la parte superior. Pasaste una rápida mirada por el centro, distinguiendo el kamon gravado en el pecho. Por supuesto que era notablemente pesada pero también necesaria para hoy.

Llamaste a uno de los criados para que te ayudaran puesto que no era fácil colocarla sola, terminando por recoger tu cabello en una coleta firme dejaste reposar el pañuelo blanco sobre tu cuello, esto último no era realmente necesario de usar. Tomaste la katana y la espada compañera guardadas de igual forma en sus respectivos estuches y saliste caminando por el pasillo siendo escoltada por el mismo criado al que habías llamado hasta la zona de practica; donde ya se encontraban todos, incluso el consejo posicionados a los lados de Hanzo. Una vez pasado todas las formalidades te arrodillaste sobre el zafu, dejando a un lado tus armas dando inicio a los enfrentamientos.