- ¿Cuándo despertara? – Pregunto algo impaciente un hombre de piel oscura a una mujer rubia, manteniendo su mirada sobre tu cuerpo sobre la camilla.
- No podría decírtelo Reyes, depende de ella misma hacerlo. – Su voz se acorto de a poco, observándote con una expresión penosa y lastimera la forma en la que tu rostro se hallaba apacible. Sin perturbación alguna. – Los pacientes en estado vegetativo persistente son muy extraños, incluso a este punto de la tecnología. Solo queda seguir con los estímulos.
- Una pena. – Susurro Gabriel, poniendo sus manos dentro de los bolsillos en su pantalón. Escuchando como poco después la puerta de la habitación era abierta, revelando la imagen de Ana, junto a una pequeña niña que saludo a ambos con sus manos y una sonrisa radiante. Gabriel revolvió en cabello de la niña con una sonrisa pequeña mientras Ángela se retiraba de la habitación para hacer otra cosa.
- ¿Hoy tampoco hubo respuesta? – Pregunto ahora Ana.
- Nada. Ángela seguirá estimulando su cuerpo para hacerla despertar – Se cruzó de brazos tomando asiento en un mueble junto a la camilla, entrelazando sus dedos, observando de igual manera que Ana como la niña se acercaba a ti.
- Ella tiene un muy lindo y largo cabello – Comento Pharah, sonriendo inocente hacia ambos. – ¿Puedo trenzarlo?
- No creo que le moleste a (Tn) – Ana asintió con tranquilidad, haciendo una mueca igual a la de Gabriel.
Ambos habían interactuado contigo un año, los habías tratado con respeto y mucha amabilidad. Por supuesto que le agradabas y estaban después de todo en deuda contigo puesto que los había ayudado a dar con muchos sospechosos, integrantes de la banda criminal que asesino a tu familia en un arreglo de cuentas. Había sido una sorpresa para ambos cuando los llamaron a la sala de juntas porque uno de sus comunicadores había emitido señal de emergencia, dando como ubicación la misma villa aislada a la que habían ido hace tres años en tu búsqueda.
Enviaron de inmediato al equipo más cercano a la zona y observaron horrorizados las imágenes que aquel equipo les mandaba en vivo, presenciando como tu cuerpo desangrado se aferraba estando al filo de la muerte de otro joven el que cual Reyes reconoció. Estuvieron más que agradecidos por el hecho de que en aquel mismo grupo se encontrara Ángela, una doctora experimentada y capacitada que habían logrado salvar ambas vidas. Pero ambos tomaron un precio, tú habías caído en un coma de un año por un golpe en tu cabeza y el joven... Era difícil explicarlo.
Ambos observaron en silencio como la pequeña niña era la única en soltar pequeñas risas al estar trenzado el largo cabello lacio que caía a los lados de tu cabeza, terminando por hacer multitud de ellas en un lado y frenando cuando se movió al lado contrario y noto como tus labios se movían emitiendo ruido de manera casi inaudible.
- ¿Qué dijiste? – Pregunto de manera calmada, acercándose un poco para escuchar, siendo observada con confusión por ambos adultos. Repitió la misma palabra que tú. – ¿Geni? ¿Es una comida acaso?
- Pharah – La llamo Ana, haciendo que la viera. – ¿Con quién hablas cariño?
- Con (Tn), mamá. Ella está hablando – Ana y Gabriel compartieron miradas ante las palabras alegres de la niña, acercándose a la camilla con rapidez para ver como tu ojos ahora estaban abiertos e humedecidos y movías los labios una y otra vez repitiendo la misma palabra . Ana fue la primera en salir corriendo de la habitación.
- ¿(Tn)? – Pregunto Gabriel cerca de ti, tomando ambas manos y sujetándolas con firmeza, viendo tus ojos vagar por toda la habitación y poco después empezando a derramar lágrimas. – Por favor cálmate, debes conservar la calma.
- ¿Cómo fue que despertó? – Pregunto de inmediato Ángela apenas cruzo la puerta siendo seguida por Ana y un grupo de enfermeros de dos personas, quienes apartaron a Gabriel y Pharah para empezar las revisiones. Ángela paso una linterna por tus ojos llorosos. – ¿Puedes recordar tu nombre? ¿Tu nombre es (Tn) Uesugi?
Asentiste a sus preguntas, moviendo tus labios y siendo incapaz de pronunciar palabra en voz alta; estabas afónica. Tu pecho comenzó a hiperventilarse cuando lo notaste y empezaste a forzar tu voz, intentando a levantarte contra la voluntad de los médicos. Gabriel fue quien se acercó a un costado libre intentando tranquilizarte.
- Por favor, mantén la calma (Tn) mientras hacen su trabajo. Te recuperaras. – Paso su mano repetidas veces sobre tu antebrazo, notando como de a poco empezabas a dejar de removerte, tranquilizándote. – Eso es.
Gabriel y Ana se mantuvieron apartados de la camilla mientras el equipo de Ángela hacia todo lo necesario. Toqueteando tus extremidades y haciéndote preguntas a las que solo podías asentir o negar con la cabeza, mostrando un rostro completamente impotente. No era sorpresa que quisieras decir muchas cosas recién despertada en un lugar tan diferente y llena de caras nuevas. Estabas agobiada por todo ello, teniendo el recuerdo vivo de lo ocurrido en Hanamura aun.
Ángela coloco una mano en tu nuca e incito a que te incorporaras sobre la camilla, pidiendo a ambos morenos que abandonaran la habitación por unos minutos mientras retiraba todos los tubos puestos en tu cuerpo, haciendo que al terminar movieras tus manos, estudiando el estado de tus habilidades motoras y dejando ver que te costaba coordinar un poco, efecto del coma. Finalmente termino acercando un vaso a tu boca con un líquido que ingeriste de inmediato, sintiendo el alivio ante la sensación fría que recorrió tu garganta.
- Iré a buscar a los demás – Comento la rubia, alejándose de a poco hasta salir. Simplemente bajaste la mirada.
Llevaste una mano hacia la ropa pálida que traías encima y torpemente tomaste en dobles de la camisa, levantándola y ver como ahora había un parcho ahí, hiciste el esfuerzo por retirarlo dejándote ver como ahora había una cicatriz larga en el lado derecho de tu abdomen; eso solo avivo la llama que crecía en tu pecho. Derramaste lágrimas por el recuerdo del cuerpo inerte de Genji hasta que la puerta volvió a abrirse, dejándote ver el rostro de Gabriel junto con Ana, ella inmediatamente se acercó a ti. Pasando una mano con delicadeza sobre tu rostro y dándote una mirada comprensiva como aquella vez que dejaste Hanamura en su compañía.
- Esta muerto... – Sollozaste, cubriendo tu rostro con ambas manos, notando tu propia voz apagada. – Ha muerto por mi culpa. He provocado su muerte.
- No debes culparte por ello querida, nosotros... – La voz de Ana se detuvo por un momento, mirando a Gabriel para saber si decirte o no la noticia. Termino negando con la cabeza. – Lo mejor ahora será que te recuperes, (Tn).
Los brazos de Ana recubrieron tu cuerpo, seguido por una mano de Gabriel que reposo de manera delicada sobre tu cabeza; dejando descubierta tu alma perturbada.
ESTÁS LEYENDO
Ojos Pardos
FanfictionSus ojos te atraparon de inmediato mientras, al mantener sus miradas conectadas, ambos caían al vacío; perdidos en los ojos del otro mientras el mundo parecía querer derrumbarse en cada ocasión sobre ustedes para aplastarlos. Genji x Reader.