━ 🍥;; Introducción.
10 de Diciembre del 2018
—Entonces...Llegas, me sacas de la cafetería en la que trabajo hace menos de cuatro meses desde que salí de la universidad, le gritas a mi jefe que no necesito más de su mierda y que esa era mi renuncia. Me arrastras a tu auto diciéndome que has conseguido un trabajo que haga valer la carrera que estudie…¿Dejé ir algo?
JiMin sonrió con autosuficiencia al escuchar el resumen del lunes que apenas acaba de empezar siendo las once de la mañana. En un semáforo en rojo, sonrió de lado volteando hacia aquel pequeño y precioso castaño que apretaba sus rosados labios formando una línea con su boquita, una expresión de preocupación pasándose por su rostro.
JiMin posó una de sus pequeñas palmas en el hombro de su acompañante dándole apoyo y aún con esa sonrisa en sus labios diciendo implícitamente que todo saldría bien que se reflejaba en sus ojos.
—Cuando me pones esa rara sonrisa de “todo estará bien” nada está bien, JiMin — el castaño habló frunciendo sus labios, juntando sus cejas — Nada estará bien ¿Verdad? —cuestionó.
JiMin se mostró ofendido más los vehículos detrás de él no dejaron que terminara su dramática escena. Posó su vista en el camino a la empresa y su deslumbrante sonrisa no desaparecía.
—Mira que te consigo un empleo acorde a tu carrera y ve nada más cómo me pagas, dudando de mi, de mis habilidades de persuasión —se mostró indignado y su tono permanecía lleno de drama que hizo al menor resoplar.
—Ya, ya, te lo agradezco hyung pero ¿No fue mucho mandar a la mierda a mi jefe y de paso exigir una renuncia cuando ni siquiera se sabe si terminarán por contratarme? —se cruzó de brazos, la mueca no desaparecía de su rostro. Perdió su fuente de ingresos y cruzaba los dedos para que lo aceptaran en el nuevo empleo que el de cabellera rosada le había asegurado mil veces en el camino que tendría —Me quedaré en la calle, viviré bajo un puente y ni un mísero gato que me acompañe tendré.
—Déjate de dramas, sé lo que hago —JiMin rodó los ojos y cuando giró la esquina, los ojos del castaño se abrieron en sorpresa al ver el logo de la empresa Kim, una de las más grandes en Corea, Japón por no decir que es mundialmente conocida.
—Oh no.
—Oh sí.
🍥🍥🍥
Tras haber estacionado el auto, JiMin tomó de la mano a su acompañante. La recepcionista al verles entrar al elevador, dejando de lado su presencia miró un poco sorprendida, el menor de los dos captó su mirada y saludo con una reverencia que fue cortada por las puertas del ascensor cerrándose.
El castaño le miro con reproche y JiMin simplemente se alzó de hombros —¿Qué? Te juro que es mala persona, por eso no la salude.
—No es excusa.
—La muy indecente le coqueteó a YoonGi hace unos días ¡Yo estaba ahí! —exclamó indignado. El castaño iba a refutar pero el mayor alcanzó su muñeca cuando las puertas volvieron a abrirse en el último piso y lo arrastró por el extenso pasillo.
JiMin detuvo su andar al estar frente del escritorio de lo que el menor dedujo, es la secretaria del hombre más importante en el edificio, es decir, el dueño y presidente de la empresa. Palideció casi tres tonos entrando en un estado de nervios al pensar que hablaría directamente con uno de los grandes empresarios del mundo; Kim TaeHyung.
Empezó a halar la pequeña manito de JiMin como si de un infante se tratase para llamar su atención. El de cabellos rosados en respuesta sacudía constantemente su agarre y seguía intercambiando palabras con aquella linda chica de cabellos naranja.
—Entonces ¿Es él? —sus rojizos labios se abrieron en sorpresa y lanzó una carcajada al ver que JiMin asintió con orgullo, ante eso, ella casi salta de emoción en su asiento y rápidamente marcó un número en el teléfono fijo que reposaba en el escritorio — Pasa adelante, no hay nadie aparte de él dentro.
JiMin sonrió cómplice, la de cabellos naranjas le devolvió la sonrisa —Gracias Lisa, te debo una —sin nada más qué agregar, el de cabellos rosados llevó casi a rastras al castaño hasta la oficina principal pero el menor le retuvo antes que aquella pequeña mano tocara el picaporte.
—Estas demente, de ninguna forma haré esto —dijo casi en pánico —N-No lo haré aunque sea una gran oportunidad, algo me dice que hay gato encerrado en todo esto y no quiero, JiMin.
El de mechones rosáceos sonrió con dulzura mientras le oía hablar, el castaño creyó por vagos momentos que finalmente el mayor había caído ante la voz de la razón o quizás mera compasión, no importa qué haya sido, solo quería salir de ahí.
Pero JiMin abrió una de las puertas gemelas de madera barnizada que daban paso a una de las oficinas más grandes y que ni en sus mejores sueños pensó que lograría conocer en persona.
—Ups, no hay vuelta atrás.
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sugar ➳ taekook
Fanfiction━ ❝ En la vida se necesita un poco de dulzura ❞ Diciembre en Seúl significaba como normal y mundialmente que las fiestas navideñas se encontraban a la vuelta de la esquina, para todos, todos a excepción de TaeHyung. El como presidente de una de las...