❀¦ocho

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18 de Diciembre del 2018.

Sus pestañas revolotearon en sus párpados mientras la alarma no dejaba de sonar con esa canción que tan pegada tenía y que le hacia querer mover los huesos siempre que la escuchaba junto a esas ganas de cantar a todo pulmón.

You can't stop me loving myself —la siguió con todo el desgano del mundo. Podía apostar que iba a nevar por el frío que hacía, era eso o que la calefacción le estaba fallando, muy poco probable en un hotel de casi cinco estrellas.

Tanteo con su mano la mesita de noche a su lado mientras aún se encontraba debajo de las sábanas, con poco cuidado, deslizó su dedo al botón de apagado para volver a hundir su cabeza entre las almohadas, deseando conciliar el sueño y olvidando totalmente el motivo del porque se encontraba en la deliciosa cama de un hotel en lugar de estar en su cama igual de deliciosa en la comodidad de su hogar.

Para su desgracia los toques en la puerta le hicieron caer en cuenta en dónde y con quien estaba.

—Jeon, viene siendo hora que desayunes, de otra forma nos iremos importandonos poco si tienes algo en el estómago —la desinteresada, afilada y cortante voz de YoonGi fue motivo de irritación a sus oídos, también para su humor.

Deseó morder la almohada pareciendo un niño que no quería ir a la escuela y a pesar que nadie lo estaba viendo, se abstuvo a caer tan bajo. Justo quería demostrarle a ese par que no era un niño, mordiendo una almohada solo por no querer levantarse de debajo de las sábanas no era muy buen ejemplo, incluso resultaba contradictorio.

—S-Si, si, ya bajaré —contestó queriendo que su ronca y adormilada voz llegara hasta Yoongi. Cuando los pasos del mayor se oyeron lejanos pudo jurar que estaba rodando los ojos, río imaginando a su hyung totalmente malhumorado y fastidiado gracias a su retraso.

🍥🍥🍥

Traía un saco formal con unos jeans negros junto a la gabardina que le protegía del frío, ambos de un color gris sin la corbata acompañando a la camisa blanca que traía, su cabello peinado, el flequillo cayendo y cubriendo su frente en su totalidad. Algo casual para gusto de TaeHyung que lo escrutinio con la mirada.

Si, para JungKook, su trabajo bien requería formalidad pero a su gusto personal era demasiado extremo colocar más detalles como lo hicieron YoonGi y TaeHyung considerando que solo sería una reunión de mínimo dos horas.

Así que se sintió un tanto irritado por la mueca de insatisfacción dibujada en el rostro casi inexpresivo de TaeHyung. YoonGi que también había pasado su mirada por su atuendo simplemente se dedicó a no darle importancia habiendo terminado su desayuno.

—Tarde, Jeon, esperaras al almuerzo —pronunció YoonGi dejando la servilleta que era una blanca y fina tela ordenadamente sobre la mesa.

JungKook casi quería hacer un puchero involuntario. Por discutir en si dormir más o no, llegó tarde al desayuno, ahora iría con el estómago vacío.

Buscó un cambio de opinión en el rostro de TaeHyung pero se limitó a ignorarlo. Ahora si que estaba un poco molesto ¿Qué había hecho para merecer ese trato? Aunque claro, aún entraba en lo profesional siendo un castigo a su impuntualidad.

Bufo por lo bajo y esperó a que los dos salieran de la mesa para dirigirse al estacionamiento, subiendo al auto de TaeHyung que él iba a manejar, creyendo innecesario traer un conductor.

Y así su viaje a la agencia de modelaje empezó. YoonGi se mantenía en su teléfono en el asiento de copiloto mientras TaeHyung observaba la carretera parando en uno de los semáforos.

—Estoy seguro que no sabes lo que haces —murmuró YoonGi cuando el semáforo cambio de color a verde notando la ligera mirada confundida que TaeHyung brindaba a la carretera.

JungKook mostró un leve ceño fruncido al percatarse que YoonGi estaba en lo cierto. Él sabía a qué edificio se estaban dirigiendo y definitivamente ese no era el camino.

—Este no es el camino —anunció haciendo que TaeHyung alzara una de sus cejas mirándole por el retrovisor.

—Sé lo que hago.

JungKook le miró también desde el espejo pero TaeHyung volvió a concentrar su vista en la carretera —No se nota, está yendo al centro y necesitamos ir lejos de allí —discutió.

—No, la agencia que vamos a negociar se encuentra en el centro, no a las afueras —argumentó el pelirrojo ajustando el vidrio para ver mejor a JungKook cuando otro semáforo interfirió en el camino.

—¿Le duele no tener la razón en algo? —cuestionó JungKook ya un poco fastidiado —Imagino que discute conmigo por ser un niño a su  lado segun usted pero le informo que este niño es originario de Busan, este niño conoce cada calle de esta ciudad como si fuera la palma de su mano y este niño le dice que está yendo en mal camino, jefe —lo dijo con total irritación y molestia teniendo el mismo efecto en TaeHyung.

—JungKook ¿Qué osadía tienes para responderme de esa forma? —Y si, quizás estaba equivocado pero el orgullo y su gran ego no querían dejar su brazo a torcer frente aquellos ojitos de cachorro gruñón que iban más allá del cristal —Te he dicho que sé lo que hago —volvió a insistir siendo consciente de  lo pobre que era su argumento.

JungKook suspiro hastiado —Por Dios, señor Kim, esta no es la dirección, estamos perdiendo su valioso tiempo. De haber sabido que daríamos una vuelta a la ciudad desaprovechando el tiempo, hubiese dormido un poco más — el azabache apretó sus dientes sintiéndose especialmente rabioso.

Y finalmente el gruñido de YoonGi les hizo callar su discusión —Los dos son unos inmaduros de primera, más tú, TaeHyung, que quieres demostrar lo contrario pero negándote a que Jeon tiene la razón por tu orgullo. Eso te hace ver más infantil que él —dijo el mayor en el auto con su ceño levemente fruncido, molesto con la situación —Ahora toma las indicaciones de JungKook, hacemos la estúpida negociación y todos felices.

Un silencio tenso se instaló en el auto, se podría cortar con un par de tijeras perfectamente.

TaeHyung abochornado por la declaración de YoonGi, giró en u en la siguiente calle dirigiéndose a la dirección antes dada por JungKook que quería sonreír victorioso.

TaeHyung miró el leve intento del menor por alzar la comisura de sus labios y es ahí cuando se preguntaba ¿Dónde quedó aquella criatura de inocente mirada y dulce sonrisa? ¿Acaso relucía sus verdaderos colores?

Y por más que en el fondo lo negara, le ha gustado aquella actitud instalada en JungKook. Le agradaba saber que no era tan sumiso y tímido como parecía.

Eso ayudaba en los negocios, claro, no es como si eso hiciera aún más atractivo al menor, para nada.

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sugar ➳ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora