sugar ➳ taekook

❀¦veintitres

Sus ojos se encontraron al momento de separarse, había sido un beso corto pero JungKook lo había correspondido. Ahora solo se veían indagando en los orbes del otro sintiéndose como niños de secundaria que hicieron algo malo.

JungKook no midió palabra alguna y terminó por salir del auto de TaeHyung la lluvia ya habiendo acabado. Llenó sus pulmones del frío aire de la ciudad mientras caminaba al edificio sin voltearse para siquiera despedirse completamente del azabache, simplemente adentrándose, saludando a la recepcionista y consiguiente subir al elevador al piso correspondiente a su departamento.

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18 de febrero del 2019

HoSeok entró al departamento dejando su gabardina en el perchero y luego soltando el aire almacenado en sus mejillas, alzando la mirada notando la luz del televisor alumbrando el lugar, dándole a saber que JungKook lo estaba viendo.

Cuando entró a la sala, miró una bolita hecha de sábanas y el rostro de JungKook asomando por ellas. HoSeok decidió tomar asiento en la parte libre del mueble — Se está volviendo costumbre encontrarte aquí cada que llego, empiezo a extrañar las cenas que hacías.

JungKook se acomodó sentándose en el sofá a manera de quedar junto al pelirrojo —Deja que me deprima un rato más —su voz salió ligeramente ronca, ya que, antes de que HoSeok llegara, estaba dormido.

—¿Crees que es bueno venir de trabajar hacerte bolita y deprimirte? —cuestionó mirándolo, alzando una ceja —Anda, JungKook, no conocía este lado de ti —
El pequeño castaño suspiró y volteó hacía HoSeok, mirándole con ojitos de cachorro. El mayor chasqueo un poco la lengua y abrió sus brazos, implícitamente ofreciendo un abrazo y JungKook no iba a rechazar esa oferta —Pedazo de gay de closet, si no sintieras nada por TaeHyung no estarías confundido o en este deprimente estado de pijamas junto a películas románticas.

JungKook no medió palabra, no queriendo entrar en razón. Desde aquel día había intentado evitar tanto a Kahei como a TaeHyung, siendo un poco egoísta debía admitirlo pero no sabía cómo resolver aquella confusión y sabía que ninguno de los dos merecía eso. Por tanto, la distancia y solo hablar con ambos de forma meramente profesional era la solución temporal.

Por una parte era cien por ciento heterosexual por la dulzura de Kahei, su sonrisa, lo tierna que era, le gustaba pero quien hacía que su corazón latiera desbocado era TaeHyung. Quizás la solución estaba más que clara, solo él no quería quitarse la venda.

—Callate, sé lo que hago —respondió en cambio con voz débil, hecha casi un hilo al pelirrojo que simplemente negó en desaprobación.

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19 de febrero del 2019

En la oficina todo seguía normal. Desde aquel "incidente" en el auto. JungKook simplemente trataba de ignorarlo, no tocar el tema o hablar con TaeHyung lo mínimo posible solo concentrándose en su trabajo, por consecuente mostrándose un poco más distante, cosa que al azabache en nada agradaba.

El castaño se encontraba sentado frente a TaeHyung dedicándole una de sus dulces sonrisas habiendo entregado otro exitoso trabajo, era nada más y nada menos que el cierre del trato con la sede en Busan, cosa en la que habían estado trabajando desde los últimos meses.

—Me sorprendes, Jeon —mencionó TaeHyung cerrando la carpeta entre sus manos y JungKook amplió más la bonita sonrisa de sus labios.

—Nada que su mejor gerente no pueda hacer, Señor Kim —y TaeHyung le daba la razón, lo que JungKook hacía, nadie más lo podía hacer, en todo sentido.

—El gerente de oro, mhm —las mejillas del castaño se colorearon ligeramente pero no pudo evitar reír endulzando los sentidos del azabache quien soltó un suspiro, consiguiente, un sepulcral silencio inundando la sala —JungKook, yo…

El castaño se levanto de la silla con suavidad y dirigiendo una reverencia hacia TaeHyung sabiendo a donde iba aquel vago llamdo y el azabache, rendido, pasó su mano por su rostro esperando esa reacción. Habían pasado días desde aquello y nunca hablaron del tema, creyó que mencionarlo ahí mismo era la mejor idea.

—Señor Kim, tengo trabajo que terminar.

Y creyó mal.

Sin embargo TaeHyung se levantó en cuanto JungKook le dio la espalda dispuesto a salir de la oficina, se acercó a la figura del castaño y nuevamente halo de su muñeca para darle la vuelta, sus grandes manos yendo a los brazos de Jeon que le veía con ojitos brillantes y pulso nervioso, perdiéndose en las lagunas oscuras que el mayor tenía por ojos.

—JungKook, no puedes hacer como si nada pasó.

Las piernas de Jeon temblaron pero su semblante pasó a estar más firme dispuesto a encerrar al niño tímido que quería asomarse —Y-Yo no sé por qué hizo tal cosa a sabiendas que estoy en algo con Kahei, Señor Kim pero tampoco es algo que quiera saber, sinceramente —con seriedad, respondió. Porque si, más allá de toda confusión, se encontraba molesto.

Es qué, ¿Quién diablos se creía Kim TaeHyung?

Aunque en si, estaba mintiendo totalmente, cosa que no supo esconder a los calculadores ojos de TaeHyung quien negó con la cabeza y se acercó más deshaciendo de a poco la corta distancia entre sus rostros —Si de verdad no quisieras saber, si estuvieras siendo sincero ¿Mi tacto te pondría así de nervioso? ¿De verdad que aquel beso no significó nada, JungKook? — el castaño se encogió en su lugar, su corazón latiendo tan rápido cuando TaeHyung junto sus frentes —JungKook ¿De verdad no sientes nada por mi y tus sentimientos son fieles a Kahei?

JungKook entre abrió sus labios bajo la mirada de Kim sin embargo los toques en la puerta terminaron por dar finalizado aquel íntimo momento, TaeHyung gruñendo por lo bajo para alejarse de JungKook.

—Pase —musito y consiguiente, Lalisa hizo presencia en el umbral de la puerta notando aquel ambiente tenso pero sin deseos de entrometerse mucho —JungKook, Kahei te busca afuera —mencionó la de naranjos cabellos para luego volver a retirarse.

JungKook simplemente suspiró y le dio la espalda a TaeHyung —Hasta mañana, Señor Kim.

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