❀¦epílogo

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24 de Diciembre del 2019

Él de ahora mechones plateados salía de la oficina de su esposo totalmente tranquilo, con una bonita sonrisa que denotaba ese sentimiento de paz que le albergaba.

Debería de estar haciendo los preparativos de la cena de esa misma noche pero su madre se había ofrecido a preparar todo mientras él se encarga de invitar a sus amigos en la agencia de los Kim y puede que haya usado eso como excusa para poder ver a su YoonGi, había estado demasiado apegado a él los últimos días.

El elevador subió hasta el piso donde la oficina de TaeHyung estaba y al salir, observó a Lalisa quién lucía su lindo cabello ahora corto de un color castaño mientras resplandeciente, sonreía a JiMin y es que Lalisa siempre había sido así, sin embargo, desde hace meses, desde que TaeHyung oficialmente empezó a salir con JungKook, los empleados se encontraban más a gusto, TaeHyung seguía siendo el mismo hombre intimidante pero de alguna forma, algo había cambiado.

Y se podía demostrar con la linda bienvenida que todos los trabajadores daban al momento de entrar al edificio.

JiMin se acercó hasta el puesto de Lalisa, salundandole con una cordial sonrisa —JiMin-ah ¿Vienes a ver al señor Kim? —la castaña cuestionó aún manteniéndose alegre en todo momento.

—¿Acaso Chanyeol ya te pidió ser su novia y no me había enterado? Estás que vomitas arcoíris —le hizo saber haciendo a la castaña blanquear los ojos mientras que con un imperceptible sonrojo negaba.

—Nadie me ha pedido nada, simplemente, estoy feliz y él señor Kim la única visita que tiene es ya sabes —tarareo posando su mentón sobre su palma abierta.

—Ese mocoso ya ni siquiera cuenta como visita, se la vive en la oficina de TaeHyung —respondió y Lalisa sonrió enternecida.

—Justo como los viejos tiempos solo que, al contrario.

Y JiMin no pudo estar más de acuerdo con ello —Bien, ojalá folles pronto con Yeol y por cierto, ambos están invitados a la cena de esta noche, si faltan haré que los despidan —su tono de voz tan suave y amable hizo peturbar a Lalisa quién se limito a asentir para dejarle ir.

JiMin camino hasta llegar a las puertas gemelas al final del pasillo que indicaban, era la oficina de TaeHyung y sin necesidad de tocar, tomó el pomo de ambas puertas haciendo una entrada digna de Elsa en Frozen.

—¡Llegó por quién lloraban! —definitivamente, JiMin supo que nadie aclamaba por su presencia al encontrar a JungKook como por milésima vez consecutiva en el regazo de TaeHyung con las mejillas rojas y él azabache quién mantenía sus grandes manos en la espalda del más pequeño le vio con todas las intenciones de matarle —No puedo creerlo Kim TaeHyung ¿¡Juto frente a mi ensalada?!

Y los dramas de JiMin ya se volvían costumbre cada vez que entraba y los encontraba en una situación comprometedora como lo era esa, el tener a JungKook sobre sus piernas y escondiendo su tierna expresión de pura vergüenza en su cuello como si fuera la primera vez que Park JiMin hacia una entrada de esa magnitud en la oficina.

—Estaré considerando el mantener las puertas bajo llave —en un suspiro susurro pero JiMin pudo escucharlo y sonrió totalmente complacido ante el fastidio de su mejor amigo.

Él de cabellos plateados procedió a sentarse en una de las sillas de invitados, cruzando su pierna —No podía dejar que vivieras en tu burbuja color de rosa, a veces hay que caer a la realidad.

—Hablas como si yo entrará a la oficina de YoonGi cada que vienes de visita para fastidiarlos, ¿Porqué a ti nadie te hace caer a la realidad? —TaeHyung continuó con voz tranquila, aún acariciando a JungKook quién se removió aún sobre sus piernas a manera que pudiera ver a JiMin —Solo quiero estar todo el tiempo con mi bebé ¿eso es malo?

Y las mejillas del castaño se tiñieron de rojo aún más intenso cosa que hizo enternecer a JiMin —Si estás todo el tiempo con él, practicamente no tendrás gerente ¿acaso quieres poner en duda mis habilidades nuevamente y conseguirte otro?

Y TaeHyung sintió aquella calidez removerle el pecho, recordando la primera vez que vio esos ojitos de bambi de los que estaba tan enamorado ahora, cuando vio a ese chiquillo que no aparentaba tener más de dieciocho. Pensar que hace un año, Jeon JungKook se encontraba frente a esa puerta como un chico indefenso que luego de poner a dudas sus habilidades mostró las garras y ahora estaba sobre su regazo con sus mejillas rojas.

—Puedo hacer mi trabajo desde aquí, JiMin hyung, solo que tomo mi descanso en mi lugar favorito —él castaño tras decir aquello posó sus labios en la barbilla de TaeHyung quién sonrió posando su mano en la cintura del menor dejando suaves caricias.

Definitivamente, era tan feliz junto a su JungKook y sabía muy bien que su JungKook era feliz a su lado.

A pesar de que hace un año parecían polos opuestos, perro y gato, todo aquello había evolucionado en algo raro hasta llegar donde estaban, donde todas aquellas pequeñas discusiones aún seguían en pié pero terminaban con guerra de besos y cosquillas por todos lados.

—Bien dicen que no hay lugar como el hogar —comentó él de cabellos plata.

Y era cierto, el lugar de JungKook era junto a TaeHyung y el lugar de TaeHyung era junto a su pequeña dulzura.

Ese pequeño dulce que le proporcionó la dulzura que hacía falta en su vida.

Muchísimas gracias por darle apoyo y amor a esta historia que totalmente disfrute escribir y pensar en su desarrollo

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Muchísimas gracias por darle apoyo y amor a esta historia que totalmente disfrute escribir y pensar en su desarrollo. 💕

Espero les haya gustado tanto como a mi. 💖

sugar ➳ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora