❀¦veintidos

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10 de febrero del 2019

JungKook terminaba de revisar unos cuantos papeles, días después de haber reiniciando sus actividades laborales. Enderezó su espalda para luego posar sus manos en la parte baja y estirar un poco su columna, ligeramente dolorida.

Estar horas sentado frente a una computadora no fue buena idea, de eso estaba seguro pero quería demostrarle a TaeHyung que podía ser el mejor gerente que nunca ha tenido y aún estaba en proceso de ello. Requería sacrificios y su espalda era uno.

—¿Terminaste, mejor gerente del mundo? —preguntó JiMin a su lado y con sus mejillas un poco rosadas, arrugó su nariz en disgusto pero simplemente negó.

—Deja de llamarme así, olvida lo que te dije —pidió avergonzado volviendo su vista a la laptop terminando los pequeños detalles de la gráfica.

—Como olvidar cuando con ojitos de bambi me dijiste que le ibas a demostrar a TaeHyung que podrías ser él mejor gerente de todos —se mofó el mayor con una burlona curvatura sobre sus rechonchitos labios.

JungKook juró qué su ojo derecho había tenido un tick. Lentamente bajó la pantalla de su laptop haciendo que la misma se apagara y acercó su silla hacía JiMin, mirándole de forma amenazante.

—¿Le dejarás algún seguro de vida a YoonGi hyung? Porque no me molestaría ayudarlo para obtener el dinero ¿Sabes?

— ¿Tienes seguro? —una tercera voz se sumó a la conversación tan discreta que tenía JungKook con el de cabellos rosados junto a aquella grave voz, el sonido de la puerta cerrándose.

Ahora JungKook se alejó de JiMin fingiendo una inocente sonrisa dirigida a TaeHyung que se estaba acomodando en el asiento de su escritorio sin dejar de mirar al par frente a él, JiMin carraspeo —Tu conejito estaba atentando contra mí vida.

JungKook se sonrojó y TaeHyung tragó en seco dándole una mirada asesina a JiMin, siendo ahora su turno para sonreír de forma inocente. La tos del menor de los tres hizo que la atención se desviara a él —T-Terminé el trabajo, puede hacer la revisión antes de imprimirlo —informó con su voz suave, esa que TaeHyung le conocía solamente cuando entraba en su etapa de timidez —Con su permiso, Señor Kim.

JungKook arrastró su silla para poder pararse —Jeon —le llamó Kim con la computadora ya abierta, los ojitos marrones conectaron con los del más alto en el lugar haciéndole entender que tenía su atención — No prestes atención a las sandeces de JiMin ¿De acuerdo?

El mencionado se mostró ofendido, esto causándole gracia a JungKook quien solo sonrió hacia TaeHyung, el azabache devolviéndole el gesto en una de lado. Se quedaron unos segundos mirándose a los ojos hasta que; — Si bueno, tortolitos, si quieren les dejo la oficina para que sigan embarrando miel pero mientras estén en mi presencia, abstenganse, mocosos.

JungKook avergonzado rodó los ojos, volteandose no sin antes hacer una reverencia a TaeHyung junto a una mala mirada dirigida a JiMin y luego salir de la oficina.

— JiMin — con voz seria le llamó TaeHyung al encontrarse solos, el de cabellos rosados simplemente mostró su mejor expresión de burla.

— ¿Qué harás? ¿Despedirme? — preguntó con altanería que sacaba de sus cabales al azabache — Cariño, alguien tiene que decir las cosas como son por aquí, ese alguien soy yo. Aparte, estoy orgulloso del avance que has tenido, casi ni te reconocí cuando le sonreiste.

Fue el turno de TaeHyung para rodar los ojos — Todavía me pregunto como YoonGi hyung te soporta los siete días de la semana.

— Soy encantador, por algo soy señor Min.

sugar ➳ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora