12 de Diciembre del 2018.
JungKook mordisqueaba su labio inferior mientras le daba los últimos toques a la documentación que se tenía que entregar en menos de una semana. Había terminado los pendientes recientes y por ello quiso adelantar su trabajo. Al terminar de escribir soltó un suspiro de satisfacción y observo al otro lado de aquella gran oficina, porque si, se encontraba en el mismo espacio laboral que su atractivo jefe, tal y como se lo habían indicado hace una semana.
Observó con detenimiento la forma en que los oscuros ojos del pelirrojo revisaban la pantalla, una de sus manos en el ratón para ir deslizándose sobre la documentación y la otra descansaba en el brazo de la silla.
Se veía tan bien con aquel traje negro y la camiseta roja bajo el saco oscuro, haría babear a cualquiera, incluso a él que lo veía exclusivamente como una figura a la cual admirar no como una futura conquista o el mejor trozo de carne como había notado que los demás empleados le observaban.
—Jeon —la profunda voz de su jefe lo sacó de su ensoñación. Sonrojado volvió en si y dejo de estudiarlo con la mirada, sintió que le faltaba el aire cuando aquellas orbes oscuras se posaron sobre las suyas —¿Terminaste la redacción de la próxima semana? —cuestionó alzando una de sus oscuras cejas al notar el color rojo en el rostro de su gerente.
—S-Sí, señor Kim —balbuceo casi de forma tímida. Maldijo internamente al parecer una colegiala conversando con su crush que de paso es un senior y bien, la situación en su mente no se alejaba de la realidad, TaeHyung estaba muy lejos de su liga para siquiera considerar en sentirse atraído por él, además de su orientación, claro. Lo suyo es admiración, pura admiración, nada más.
Se consideraba más o menos heterosexual, en lo que cabía.
—Deberías ir a dejárselo a Lalisa. Ella lo enviará a YoonGi para darle la última revisión —indicó volviendo su atención al computador.
JungKook suspiró y empezó a imprimir los papeles para dejarselos a Lalisa, como se lo habían indicado. Cuando la impresora término, se levanto de su asiento y se encaminó hasta la puerta.
—Con permiso —pronunció y TaeHyung asintió a su dirección sin prestarle verdadera atención, sin más salió de la oficina.
Cuando la puerta se cerró, TaeHyung volvió a suspirar. Había algo en JungKook que realmente le molestaba ¿Acaso era la forma en que el niño se sonrojaba cada vez que le hablaba? ¿O lo bonito que le sonreía cuando le dedicaba un “Buenos días” o incluso un “Hasta mañana”?
Pasó sus venosas manos por su rostro tratando de recobrar la compostura. Ni siquiera lo conocía más allá de una relación laboral pero tenía ese impulso de hacerlo, de conocerlo porque debía admitir que lo bonito que es su gerente no le dejaba trabajar en paz. Además…¿Cuándo había sido la última vez que tuvo una cita?
No. Sacudió su cabeza alejando esas tonterías. Enteramente parecía un adolescente hormonal al ver a una persona bonita y él dejó de serlo hace tiempo, tenía que concentrarse en algo más importante. Miró hacia el calendario colgado en la pared a su costado, un circulo encerrando el veinticuatro de Diciembre, circulo hecho por JiMin y nuevamente volvió a suspirar.
Una promesa es una promesa. Volvió su atención a la pantalla, despojándose de cualquier estúpido pensamiento que conllevara a esa bonita sonrisa de conejito.
🍥🍥🍥
—No creo que JungKook quiera hacer eso —una mueca se formó en los labios de Lalisa soltando aquello casi en susurro hacia el de cabellos rosa que negaba con una sonrisa.
—Querida, ¿Acaso JungKook necesita saberlo?
Lalisa iba a decir algo tras captar el plan que tenía JiMin con el castaño más este último mencionado fue quien la interrumpió— ¿No necesito saber que? —cuestionó curioso juntando sus cejas en un ceño fruncido dándole una rápida mirada.
Terminó de acercarse a el escritorio de Lalisa, ordenó los documentos para entregarlos a la de cabellos naranjas que le sonrió tomándolos —¿Al señor Min? —cuestionó con voz dulce, JungKook asintió.
—Por favor.
Sin decir más, Lalisa se limitó a ponerse de pie tomando la documentación y darle una última mirada con amenaza a JiMin quién sonrío dulcemente antes de adentrarse al elevador. JungKook se volteó a JiMin.
—Bien ¿Qué es lo que no necesito saber? —repitió la pregunta.
—Nada importante, por cierto ¿Cómo te va con TaeHyung? —movió sus cejas de forma sugerente y JungKook no pudo evitar fruncir el ceño un tanto molesto junto a un sonrojo —Pero mira que tímido te me pones —chillo el mayor para extender sus manos hasta las rechonchitas mejillas de JungKook y apretarlas—No puedes negarme que te gusta, Jungkookie, por más heterosexual que seas, ese hombre hace que mandes muy al caño tu orientación.
—Buen intento, Min, pero no —posó sus manos sobre las de JiMin que estaban protegidas con felpudos guantes para alejarlas de sus mejillas—No me gusta el señor Kim, siquiera me atrae —mintió en lo último. Su jefe le parecía el hombre más jodidamente caliente que en su vida ha visto pero para desgracia de JiMin eso no significaba que dejara de ser hetero o eso creía —Es solo admiración, es un sueño trabajar con él, su profesionalismo es...Sorprendente, realmente es un hombre increíble.
—Fuentes me dicen que también lo es en la cama.
JungKook se sonrojo hasta las orejas —Eres un idiota, hyung —dijo entre dientes —Eso no es de mi interés y te lo deje bastante claro ¿Por qué eres tan terco?
—No lo soy, solo...pienso que los polos opuestos se atraen, Jungkookie —explico dando una pequeña mirada a la nada y volver a conectar sus orbes a los achocolatados de JungKook —Pienso que...TaeHyung esta amargo —el castaño le miraba con atención apretando sus labios entre sí —Y tú eres realmente dulce, Kookie. Es lo único que te puedo decir.
JungKook trató de refutar algo, tenía muchas preguntas después de aquello. JiMin le había dejado mucho a su imaginación, ser usado a su conveniencia por ejemplo pero simplemente guardó silencio cuando las puertas del elevador se abrieron. La sonrisa del de cabello rosa fue gigante cuando desvío su mirada hacia el ascensor y miró a quien se encontraba a un lado de Lalisa.
—YoonGi sunbaenim —saludo JungKook con una corta inclinación olvidando el mal y corto momento que pasó.
—Jeon —YoonGi se acercó y primeramente beso los labios de JiMin para dirigir su atención al castaño —TaeHyung nos quiere en su oficina, le llamó a Lalisa justo cuando me entregaba los papeles para las nuevas propiedades —informó a lo que JungKook asintió —Así que andando, a la oficina de TaeHyung —repuso con voz seria, sonando como una orden.
YoonGi sostuvo las mejillas de JiMin y volvió a besarle, despidiéndose. para empezar a caminar al fondo del pasillo. Lalisa suspiró como enamorada, JiMin observó a su esposo desaparecer por aquella puerta a la oficina principal y JungKook suspiró pesado.
Antes de empezar a caminar, miró a JiMin —Tenemos bastante que hablar —musito entre dientes. Estaba molesto y su seriedad le delataba. Sin más que decir, siguió los pasos de YoonGi desapareciendo por el pasillo.
Será un largo Diciembre.
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sugar ➳ taekook
Fanfiction━ ❝ En la vida se necesita un poco de dulzura ❞ Diciembre en Seúl significaba como normal y mundialmente que las fiestas navideñas se encontraban a la vuelta de la esquina, para todos, todos a excepción de TaeHyung. El como presidente de una de las...