━ ❝ En la vida se necesita un poco de dulzura ❞
Diciembre en Seúl significaba como normal y mundialmente que las fiestas navideñas se encontraban a la vuelta de la esquina, para todos, todos a excepción de TaeHyung.
El como presidente de una de las...
JungKook jugaba un poco con el vaso lleno de café helado que traía mientras subía por el ascensor. Mentiría si no admitiese que estaba más que solo nervioso, no podía dejar de mover su pie contra el piso.
Por un momento su mente viajó a los primeros días de secundaria y encontraba la sensación bastante familiar en esos momentos que esta a punto de iniciar su primer día de trabajo con un jefe al cual admira desde el momento en que se introdujo en el mundo de las grandes empresas, TaeHyung es su ejemplo a seguir y daría lo mejor de si como nuevo gerente.
No se encontraba resentido por la actitud del pelirrojo el día anterior, le daba la razón de estar un tanto molesto con JiMin y bien, él está consiente que se mira como un niño de dieciocho gracias a sus infantiles facciones. Pero es algo que ya no tiene importancia en esos momentos.
Dejó de lado aquellos pensamientos y sonrió producto de los nervios. Al llegar al último piso tal como JiMin le había explicado ayer cuando iban saliendo y le dio un pequeño recorrido por el edificio. Caminó hasta llegar al puesto de la adorable chica de llamativos cabellos naranja y grandes mejillas.
—Buenos días —saludo posándose frente al escritorio de la chica y ella sonrió ampliamente aunque las ojeras adornaban su rostro—Vaya ¿Descansaste bien anoche? —cuestionó un tanto preocupado sin dejar su leve timidez atrás.
Lalisa sonrió enternecida —Ah, no te preocupes, me levanté más temprano de lo normal a causa del señor Kim. Tengo que estar a la hora que él, ya sabes —se encogió de hombros sin dejar de darle una bonita sonrisa al castaño —Puedes pasar, JungKook y por cierto, mi nombre es Lalisa, es un gusto.
El castaño sonrió sin mostrar su dentadura —Es un gusto, Lalisa y muchas gracias. Espero hoy puedas descansar bien —sin decir más, avanzó hasta las puertas al final del pasillo.
Sostuvo su café con una sola mano para tocar la puerta con dos suaves golpes, la gruesa voz de su superior se hizo presente permitiéndole el acceso. Al entrar supo que su nueva rutina de todos los días sería recordarse que no había ser humano más atractivo que ese pelirrojo que le veía fijamente con total neutralidad.
El es heterosexual, claro que lo es pero eso no quería decir que dejaría de apreciar la belleza que tiene por jefe.
Sintió sus mejillas calientes y reprochándose esto, trato al mismo tiempo de ignorarlo encaminándose hacía la silla frente al escritorio de TaeHyung.
—Toma asiento, JungKook —indico el pelirrojo mientras se acercaba y acató la orden —Hoy discutiremos tu horario y puesto de trabajo — el azabache asintió dispuesto a escuchar y organizar mentalmente todo lo que su jefe tenía por decirle.
Era toda una locura, jamás pensó que de un día para otro dejaría ese triste empleo en la cafetería para trabajar en la empresa en la que ha mantenido el ojo desde su segundo año en la carrera. Jamás pensó que JiMin le traería hasta al nivel de quedar frente a una de las figuras en el ámbito del negocio que más admiraba. TaeHyung es todo un profesional y solo estar en una sala en su presencia le hacía delirar pero no estaba ahí para actuar como todo fan cuando ve a su ídolo, debía actuar con madurez demostrando su valor como empleado y gerente, eso haría.
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—Eres un gran gerente, JungKook —halago TaeHyung al caer de la tarde y el azabache se encontraba como en la mañana, sentado frente a él. Sus facciones se encontraban mas relajadas y eso hizo sonreír ampliamente al menor, el pelirrojo notó el color en sus blanquecinas mejillas, aquello le hizo ver un tanto adorable a sus ojos —Debo felicitarte por el empeño en tu primer día. Y en otros temas, mañana mismo colocaran tu escritorio aquí mientras habilitan tu oficina.
JungKook asintió como un infante emocionado por las felicitaciones de parte de su padre —Muchas gracias, Señor Kim —sonrió aún con el sonrojo adornando sus mejillas —Y esta bien, Lalisa ya me había informado de ello. Finalice mis tareas pendientes ¿Podría retirarme? —cuestionó, su horario laboral había terminado siendo las seis de la tarde.
TaeHyung asintió sin expresion legible — Puedes retirarte, JungKook, te espero mañana a primera hora —el azabache asintió. Se colocó de pie y con una reverencia se retiró de la gran oficina.
El pelirrojo le miró irse. Ese chico tiene un gran potencial. Había terminado cada pendiente de manera brillante, ningún error en todos los documentos que entregó y eso le facilitaba el trabajo, lo que significaba que él también podía irse temprano ese día pero no lo haría, debía planificar las cosas a futuro y no podía darse el lujo de irse temprano.
Suspiró volviendo su mirada a la pantalla de su computadora.
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