━ ❝ En la vida se necesita un poco de dulzura ❞
Diciembre en Seúl significaba como normal y mundialmente que las fiestas navideñas se encontraban a la vuelta de la esquina, para todos, todos a excepción de TaeHyung.
El como presidente de una de las...
JungKook se encontraba mirando el ventanal que normalmente tenía a sus espaldas pero desde ayer se estaba ahogando en suspiros y le hubiese gustado que fueran suspiros de enamorado por la hermosa Kahei pero a su pena, el único pensamiento que rondaba en su cabeza era el de Kim TaeHyung.
Kim TaeHyung que no había aparecido desde el diecinueve, bueno no había sido mucho pero aún así, estábamos hablando de Kim TaeHyung el típico jefe adicto al trabajo y quien te ahorcaba por llegar dos minutos tarde, que él faltara era todo lo que estaba mal en el mundo.
Y lo peor de todo es que no tenía idea porque estaba tan preocupado. Se excusaba con el corto tiempo que habían compartido juntos, todos esos almuerzos y sus irritantes – no tan irritantes – visitas a su oficina con su casi inexistente sentido del humor y su ácido sarcasmo.
El teléfono fijo sobre su escritorio empezó a sonar y eso le sacó de su mundo, de sus pensamientos en medio del vigésimo suspiro del día siendo apenas las diez de la mañana, era un nuevo récord. Pasó su atención al objeto vibrante y chillón pulsando su dedo en el botón rojo para que Lalisa hablara.
—Señor Jeon —habló formal como solía hacerlo por teléfono, a JungKook por su parte seguía sin agradarle aquello, se sentía demasiado mayor cuando se referían a él de esa manera —La señorita Wong pide su presencia para el almuerzo.
JungKook se vio ligeramente confundido, Kahei tenia su número personal por lo cual iba a ser más sencillo esperar en la cafetería y desde ahí mandarle un mensaje para encontrarse.
—Dile que me espere ahí, pronto llegaré —dijo quitando su dedo del botón rojo colgando así el teléfono. Se puso de pie arreglando su camisa de vestir blanca y acomodando su saco negro de la mangas mientras caminaba a la puerta.
Cerró a sus espaldas yendo a paso rápido hasta donde se encontraba Kahei, cohibida y con mejillas ligeramente rosadas, un deleite a los ojos de JungKook quién le sonrió con labios cerrados hasta llegar donde se encontraba, también saludando a Lalisa que encontraba tras su escritorio, tecleando después de devolverle el gesto.
—Podrías haberme mandado un mensaje —mencionó Jeon mientras le veía, Kahei también sonreía nulamente tímida.
—Lo siento, pensaba darte una sorpresa, creí que Lalisa me dejaría pasar pero tal parece que debo tener una cita previa o algo así —avergonzada, rasco su antebrazo —Y en parte lo sabía pero creí que me dejarían pasar aun así.
Lalisa desde su lugar se tenso creyendo que JungKook le iba a reprochar o algo.
JungKook enternecido, tomó una de las pequeñas manos de la chica, con su pulgar acariciando sus nudillos, luego alzando la mirada para verle con la misma dulzura de su tacto —Es una orden que el Señor Kim tiene para los superiores, lamento que tu sorpresa no se realizara pero aún así, me has conmovido —mencionó apreciando el color en las mejillas de la más pequeña —¿Vamos a comer?
Tras el asentimiento de Kahei, aún tomados de las manos, fueron al ascensor, Lalisa totalmente aliviada tras la comprensión de JungKook en el asunto, suspiró y se pasó el dorso de su mano por la frente.
—El drama que maneja él señor Kim en su vida me está matando —dijo entre dientes.
🍥🍥🍥
JungKook y Kahei terminaban su almuerzo con una amena plática. El de cabellos castaños decidió que era un buen momento para el postre y como los días anteriores, abrió su leche de plátano bajo la mirada de la de cabellos rosados que estaba encantada con lo adorable que era el chico.
Kahei paso su mano por su propia mejilla, sosteniéndose de la misma mientras veía a JungKook —¿Cómo un chico tan tierno como tu no tiene alguna relación? —cuestionó sin vergüenza alguna, JungKook en cambio se sonrojo un poco mientras sorbía de la pajilla finalmente alejándola de sus labios.
Apretó sus cerezos entre si en busca de una respuesta, mostrándose nuevamente tímido —He tenido novia pero creo que había estado tan concentrado en mi carrera que me olvidé del tema —avergonzado confesó apartando su mirada de Kahei para volver a su leche.
El resto del tiempo, se la pasaron dando sonrisas y miradas cómplices ignorando que habían más personas en aquel lugar. JungKook para ese entonces se había terminado su leche y solo se dedicaba a perderse en los ojos de aquella preciosa chica.
Kahei tenía su mano extendida en la mesa, JungKook también y como en una típica película romántica cliché, JungKook dio el primer paso, tocando ligeramente los dedos de la chica con los suyos, un leve roce que no le causó nada pero no se preocupaba de eso, simplemente seguía en aquel plan de adolescente enamorado.
Siendo totalmente ajeno a la mirada que recibía desde la entrada de la cafetería
