9:30 am
Ya estábamos adentro del centro comercial.
-¿Vamos a una cafetería? Yo invito.-Preguntó Camila mientras caminábamos de la mano mirando vidrieras.
-No, estoy bien así.-Respondí sin darle importancia, apreciaba la ropa cara de un local.
-¿Hace cuánto que no desayunas?-Se detuvo de caminar.
-Hoy es el primer día que no lo hago.-Afirmé tirando de ella para que siga caminando.
-No sabes mentir.-Siguió sin moverse.
-¿Por qué crees que miento?-Es tan terca a veces.
-¿Olvidaste que te sonrojas al mentir?-Dijo entre risas y dio la vuelta para ir derecho hacia una cafetería.
No quería comer. Había dejado de desayunar y de cenar hace casi un mes, y estaba lo más bien. Al principio recuerdo haber sufrido, pero ahora hasta me olvido.
*Hará que trague todo...*-Pensé mientras cruzábamos la puerta.
Camila le decía lo que comeríamos a la cajera, ya que conoce mis gustos y no hacía falta que yo hable. No le presté atención pero estoy seguro de que me pidió el doble de cada cosa comestible.
Mientras ella decidía entre qué tipo de café elegiría, yo inspeccionaba el lugar. Había bastante gente, muy tranquila y la mayoría ancianos. Crucé mirada con algunos, lo que me hizo sonrojar y volver la vista hacia mi amiga un par de veces.
El lugar era acogedor, con mucha decoración y con agradable aroma.
Se sentía bien, hasta que vi en las mesas de madera del fondo.
-Vayámonos.-Le susurré.
-Ya pagué, no nos iremos a ningún lado.-Respondió con la mirada fija en el pedido.
-Fíjate a tu derecha, la mesa junto al gran cuadro del león.-Señale con los ojos, aunque ni siquiera me estaba mirando.
Recibió el pedido y puso la bandeja en la mesa más cercana. Después elevó su cabeza para chequear el lugar que describí.
-El lugar no tiene los empaques para llevar esto a otro lado... pero no importa, vamos.-Suspiró despacio.
Agh.
-Pagaste por esto... quedémonos. No creo que nos noten aquí.-Me senté dándoles la espalda.
Quise relajarme, pero mi meñique empezó a moverse inconscientemente. Puse esa mano en el bolsillo y aparenté tener frío.
Porque si Camila lo notaba, sería capaz de dejar todo e irse, y no, eso no le era justo. Además, tenía un poco de ganas de probar lo que me había comprado.
-Está bien.-Se sentó en frente y agarró una porción de pastel.
No lo notó, así intenté tomar un sorbo del café caliente y...
-Miren quién está aquí.-Se escuchó por detrás de mi hombro.
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Salí de encima de Melanie y me tiré a su lado, agitado.
-Extrañaré esto.-Dijo poniendo una pierna sobre mi abdomen y la mano sobre mi pecho.
Que flojera hablar después de coger, nadie hace eso. Creo.
-Si te refieres a lo de la universidad déjame decirte que no impedirá esto, para nada.-
-La universidad no, pero las chicas de ella sí.-Afirmó mientras acariciaba lentamente mis labios.
-Serán chicas de paso, como siempre. ¿Acaso tienes miedo de que me enamore o qué?-Reí sin entender muy bien.
-¿Tú enamorándote?-Rió conmigo.-Hablo de que tal vez encuentres mejores cuerpos ahí...-Se sentó.
-Primero y principal, solo nos acostamos por diversión. Así que tú puedes acostarte con quién quieras y yo también. ¿No lo habíamos aclarado en cuanto nos conocimos?-
-¿Cómo no te has dado cuenta de que me enamoraste?-Y de repente el ambiente cambió.
Mis ojos la miraron de otra forma, de la forma en que no quería llegar a mirarla. Con lastima, y decepción. Pensé que estábamos en la misma posición... pero resultó ser una estúpida más.
Ahora nos rodeaba el incómodo silencio que nunca habíamos tenido.
Sin opción, la abracé por su espalda descubierta.-Sabes que no estoy para ese tipo de relación.-
No me importaba mucho sus sentimientos, pero igualmente intenté ser gentil.
-Puedo esperar.-Agh, ¿por qué hacerlo más difícil?
-Mereces algo mejor.-Froté su hombro fingiendo dar consuelo y me levanté para vestirme.
Listo, me basta con robar una frase de esas películas cursis y decirla.
-¿Por qué eres tan frío?-Me lanzó una almohada.
-Ten.-Le lancé una llave.-Trae tus cosas cuando quieras y elige alguna habitación, es lo más romántico que puedo hacer por ti. ¿Satisfecha?-
-Esto no se resuelve así.-Su rostro enojado me daba un toque de gracia.
Me encogí de hombros, mostrándole indiferencia.-Cuando Marta llegue, dile que alquilas aquí.-
-¿Marta?¿Qué pasó con la otra?-El tema del amorío absurdo se esfumó rápido, por suerte.
-Renunció hace tres días, dijo que no respetaba a las mujeres o algo así.-El perfume que me rociaba olía excelente.
-¿Y por qué tengo que darle una explicación a tu empleada?-Que ganas de joder por Dios.
Era solo decirle que se había instalado y ya, pero le encanta complicarsela a los demás.
-Estoy saliendo con su hija y sospecharía de la relación si ve que una stripper vive conmigo solo porque quiere. Así que vístete antes de que llegue, por favor.-Suspiré y bajé a la sala de estar.
Me había pasado por el culo su estabilidad emocional, pero no importa.
-¡¿Es en serio?!-Su voz me aturdía.-¡¿A dónde vas ahora?!-Gritó desde las escaleras.
Su humor cambiaba rápido, pero el mio no. Seguía tan sereno como siempre, aunque ella se muera de amor, celos, tristeza o enojo. Eso es prueba suficiente de que no me conviene meterme en algo serio con Melanie ni queriendo, demasiado histérica y molesta para mi.
-¿Sabes que te amo y que eres mi mejor amiga?-Agarré las llaves de mi auto y me dirigí hacia el garaje.
-¡No me cambies de tema!¿A dónde irás?-Era muy divertido y raro el que me siga desnuda por toda mi casa.
-Al centro comercial, con mi 'pareja'. No olvides sacar tus cosas de mi habitación y cuando te mudes no dejes que un sostén se caiga por ahí ¿De acuerdo?-Encendí el auto, entré y arranqué.
-¡Eres un total idiota!-La puerta del garaje se cerraba automáticamente frente a ella.
-Lo sé.-Respondí sacando un cigarrillo.
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Sol y Luna; Yoonmin (TERMINADO!)
FanfictionDos opuestos, el día y la noche, la luz y la oscuridad.