40. La promesa.

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-¿Puedes repetirlo?

-Ese, el que va a tu mismo curso ¿Lo ubic...

-Tengo que colgar.-Colgué.

-¿Qué te hiciste?-Preguntó Jimin, yo fuí al baño donde obviamente había vendas.

-¿Esto? Me lastimé sin querer.

No dije nada, solo envolví fuerte su muñeca e ignoré su otra mano que quería evitarlo. Sigo sin saber nada de ello, así que se lo dejé a Jimin.

*Acaso una enfermera no la controla*-Pensé mirando ese botón que los pacientes pueden oprimir.

-¿Dónde está?-Jimin no parecía triste. Estaba preocupado mirando para todos lados. Ah, claro.

También urgé las pocas cosas que tenía esa habitación, al sacudir la almohada cayó en el piso y el sonido metálico fue lo único que sonó.

-¿Lo robaste?-Un bisturí.

-Lo tomé prestado.-Respondió sin expresar nada.

-¿Qué pasó?-Se sentó frente a ella.

-Nada. ¿Por qué?

¿Yo tendría que salir de la habitación?-Dime.

Salí, no era algo que debía escuchar. Sonó un trueno, las luces parpadearon. Sonó otro, mucho más fuerte, después escuché gritos dentro de la habitación. Lo que faltaba.

-Permiso, permiso.-Me corrió una enfermera de la puerta. Me permití entrar también.

-¡¿Por qué tuviste que nacer?!-Gritó su madre, arrojándole un florero.

La enfermera la tomó de los brazos.-¿Qué...?-Me acerqué.

-¡No lo toques!-Se tiró de la cama.

Golpeaba a la enfermera tan fuerte como el día que la conocí, pero la chica era más joven y capaz, hasta pudo inyectarle algo en la espalda. Después cerró los ojos y la chica la recostó y tapó.

-¿Estás bien?-Le preguntó la enferma a Jimin.

-T-tuvo un ataque.

-Después la revisaré. Dormirá hasta mañana.-La chica se retiró.

-¿Qué fue lo que pasó?-Jimin se sentó al lado de la camilla.

-Creo que... recordó algo.-Tomó un papel y una lapicera que había por ahí.-Recordó como papá nos abandonó.

No sabía en qué concentrarme, en lo que acababa de escuchar por teléfono o en lo de la mamá de Jimin.

-Empezó a temblar y a repetir que el ruido del trueno era muy molesto. Me insultó y se puso agresiva.

Jugaba con la lapicera, hasta que decidió qué escribir. Yo solo pensé que entonces la verdadera madre de Jimin, la que si se acuerda las cosas, también le tiene odio como él a ella. Estaba recuperando la memoria. Si es así como digo... cuando la recupere del todo no se llevarán muy bien. Ahora tenía miedo, dudé si tenía que recordar o no. ¿Qué sería lo mejor? A nadie le gusta una madre que no recuerde a su hijo pero tampoco una madre que odie a su hijo.

-¿Nos vamos?-Se paró y dejó el papel dentro de la bolsa del regalo.

-¿Qué dice?

-Instrucciones de como usarlo y mi número.-Caminó a la puerta.

-¿Estás bien?-Sé lo que había oído, tenía que dolerle.

Sol y Luna; Yoonmin (TERMINADO!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora