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Fui a recibir a la persona con la copa en la mano. Abrí la puerta principal, desactive la alarma del patio delantero y llegué hasta el portón. Había una chica pelirroja parada del otro lado.-Vengo por Jimin.

-Adelante.-Puse la clave y automáticamente se corrió dándole la bienvenida.

Siguió el camino de piedras hasta la entrada. Después de ver que todo estaba en orden en el patio, entré también. Estaban abrazándose, y creo que llorando. Luego, de un momento a otro, ella lo soltó y vino hacia mi para abrazarme.-Gracias, no sé que le hubiera pasado sin ti.

Se habría desmayado en medio del centro comercial y todos lo hubieran visto y ayudado. No le hubiera pasado nada, pero bueno. Me apretó un poco mucho mientras en su detrás él se frotaba los ojos.-¿Quieren quedarse a almorzar?

Cortesía se llama.

Odio que haya gente en mi casa pero al parecer la habían pasado mal... y estaba aburrido.

Intercambiaron miradas, la chica asintió decidida.-Siganme.-Tomé la botella y las copas.

-¿Cuál es tu nombre?-Me preguntó. Ayudaba a Jimin a ponerse de pie.

-Min Yoongi.

Al llegar al comedor les aconsejé ponerse cómodos y busqué el espagueti en la cocina, menos mal que ya estaba preparado.-Tendrías que haberte quedado con esa gente.-Escuché decir a la voz femenina.

No se dieron cuenta que hay una mini ventana en la pared entre la cocina y el comedor.-Me dejaste solo. Tuve un ataque.

-Tenía que hacerlo. Menos mal que te lo encontraste, sino estarías en el hospital y hubieran llamado a tu mamá. O en tu casa haciéndote... eso.

Casi rompo una copa después de escuchar la inesperada respuesta de Jimin, tenía la voz algo rota. Sacudí mi cabeza, qué me importan sus problemas. Esperé un rato más pero habían finalizado la conversación.-¿Qué quieren tomar?

Acomodé la mesa y traté de no mirar al chico... diferente.

-El vino que tomabas está bien para mí.-Respondió la chica, acariciando su mano.

-Todavía no me has dicho tu nombre.

-Camila.

-Asentí.-¿Tú que quieres tomar?-Le pregunté a Jimin.

-Agua.-Su voz volvió a la normalidad.

Traje lo pedido y empezamos a comer.

Hablamos de una variedad de cosas e incluso simpatizamos en muchas, no sé cuánto tiempo habrá pasado ni cuánto vino habremos ingerido. Él ya no tenía tanta timidez conmigo, pero no hablaba casi nada. También noté que no comió casi nada. Eran personas amables. Yo no era de conocer ese tipo de personas.

-Ya regresé, bebé.-La voz conocida se acercaba por la sala de estar.

-Hola.-Saludó Melanie.

-¿Qué haces tan temprano aquí?-Le serví vino en mi copa.

-Hubo algunos problemas.-Rió.

-El vino está muy bueno.-Me senté.

-¿Cómo estás?¿Estás mejor? Te vi estando inconsciente.-Qué considerada ella.

-Creo que ya es hora de irse.-Comentó Camila dejando su copa limpia.

-¿Quieren que los lleve?

-No, no queremos molestarte más.-Agarró su bolso y la mano de su novio.

-No es molestia.-Negué con la cabeza.

Fuimos hasta el portón.-Te vuelvo a agradecer.-Me saludó con un beso en el cachete.

-Gracias.-Dijo Jimin, y lanzó una sonrisa simpática.

Se sintió raramente bien verlo.

-Son bienvenidos cuando sea, chicos.-El portón se abría.

Cuando estaban por salir, alguien comenzó a rascarle la pierna al invitado.

-Casi me olvido despedirme de ti, Holly.-Se agachó para acariciarla.

Mi mascota no quería que se vaya. Pero se fue, dejándola llorando. Al alejarse lo observaba y recordaba lo que había escuchado. Pensé "¿Por qué le tiene que pasar a alguien así?". Volví adentro y me recosté en el sofá, casi me duermo. Casi.

Sol y Luna; Yoonmin (TERMINADO!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora