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Domingo; 8:00 AM

Llovía. Me quedé despierto viendo cómo las gotas bajaban por el vidrio de la ventana. Me sentía más liviano, más libre. Eso que no tuve acción ayer.
Su cabeza en mi brazo se movió. Volví hacia él. Podría seguir durmiendo pero me gustaba ser el primero en despertar. Así lo veía dormir, así me transmitía un sentimiento de paz. De costado con sus  largas pestañas a la vista, sus mejillas infladas y su mano puesta al lado. Su respiración lenta y su piel luciéndose de la cintura para arriba, mientras lo demás era tapado con mi sábana blanca. Podía ver de igual forma lo que había debajo, sus curvas eran notorias y también el largo de sus piernas. Podía ver perfectamente todo. Y me gustaba. Recordé que esa sería mi vista para siempre. Su mano apretó un poco mi piel y abrió los ojos. Se los frotó y después vió que estaba en frente.

-Es temprano ¿Por qué no duermes un poco más?-Acomodé su cabello.

Me miró un segundo y después bajó la vista para pensar.-Perdón.-Apenas movió sus labios.

-¿Por dormirte?-Mmm.

-Yo también quería pero no había dormido bien y en el día hicimos tanto...-Era divertido ver su excusa.

-Tranquilo. Consideraré volverte a tocar.-Bromeé. Su mano se puso en mi nuca.

Se acercó y me besó. Sus labios gruesos se disfrutaban mejor al hacerlo lento. No quedó ahí. Sin despegarse terminó sobre mi (otra vez). Empezamos bien.-¿La puerta está cerrada?

-Creo que no.

-Que pena.-Se alejó.

-¿Por qué juegas?-Agarró mis manos y entrelazó nuestros dedos.

Lo caliente en un instante desapareció. No respondió. Se quedó mirando nuestros anillos por un tiempo. Después puso los ojos en mi collar. Es bueno apreciarlos de vez en cuando.-Extraño a los niños.

Me lo esperaba.

Asentí.-Se siente la ausencia.

Parecía tonto pero era cierto. Uno se acostumbra al estar pendiente de ellos. Si están aburridos, si tienen hambre o si se lastimaron.

-Como si los hubieramos cuidado por mucho tiempo.-Lo conocía.

-Si... fueron los dos días más largos de mi vida.-Gracias a Dios se acabaron.

-Sé que te encariñaste. Yo también lo hice.

-Deja de imaginar.

-¿Crees que no ví cómo cuidabas a ambos y los vigilabas discretamente?

-Tienes una gran imaginación.

-No mientas. Llevo la cuenta de todas las veces que fuiste tierno y responsable.-Sonrió pícaramente.

-Que buen gesto.-Lo besé. Con ello ya me había seducido.

-Fue bueno tener esa experiencia. Hasta creo que nos unió más.

Yo conocía a Jimin. A Jimin le gustaban los niños. Jimin los trataba de maravilla y sentía que fue bueno para la relación. Leí su mente.

Sol y Luna; Yoonmin (TERMINADO!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora