No estoy seguro del tiempo que pasó, no pensé en el tiempo que pasaba sino en el que necesitaba.-Ya está.
-¿Ya está?
No quería despegarme de su pecho pero lo hice, tampoco quería dejar de acariciarlo.
-¿Nos vamos?
-Nos vamos.
Me ayudó a pararme y a calmarme. Tranquilamente nos marchamos. Lo que es tener apoyo. Lo que es sentirse seguro, protegido, querido.
-¿Qué hacemos?-Acaricié el volante.
-Lo que quieras.-Abrió una botella de agua.
Bebí un gran trago como el gran paso que di.-Vayamos a la devolución.
Asintió.-¿Está cargada?
Y así olvidamos el tema, lo ignoramos. Me gustó que me haya seguido la corriente, que respetara mi espacio sabiendo que era un tema delicado para mi.-Totalmente, todas las balas listas para salir.-Bromeé.
-¿Haz usado una alguna vez?
-El polígono de tiro es mi pasión.
-Te tendría que denunciar.-Sacó la caja.
No importa quién seas, todos somos tentados por un arma. Aunquesea para probar, para saber lo que se siente tener esa fuerza y ese poder. Es entretenido.-Puedo enseñarte, si quieres.
-De forma legal, por favor.
-Así es aburrid...
-Oh, para aquí.
En frente del lugar donde todo comenzó. El centro comercial.
-¿Puedo entrar a comprar algún postre?
-¿Te acompaño?-Me saqué el cinturón.
-No, no hace falta.-Abrió la puerta y me besó.
Me empeñé de más en un beso de despedida. Solo cinco minutos. Me sorprende lo enamorado y lo apegado que soy a veces. Lo besé agradecido de haberlo conocido, para que sepan.-Perdón. Este lugar es especial.
Me afectaba.-Lo sé.-Me besó otra vez y bajó con una tierna sonrisa.
Después de verlo entrar me puse a jugar al Candy Crush. Pasé varios niveles como el pro que soy. Me fijé la hora. Ya habían pasado treinta minutos rápidamente. Es que esta cosa es adictiva.
Salí, descubrí que es aburrido en un rato cuando él no está aquí. La gran puerta central no daba señales de querer abrirse.*¿Qué me has hecho?*-Me pregunté y como un gran perdedor marqué su número.
-¿Pasó algo?-Me atendió enseguida.
-Creo que estoy enfermo.-Hablaba sin quitar mi mirada.
-¿Por qué?¿Qué tienes?
-Porque no puedo vivir sin ti.-Golpeé el auto.
Veía venir infinitas sesiones de terapia.
Del otro lado se escuchó su avergonzada risa y la imágen de su rostro sonrojado apareció.-Ya te lo dije, tienes que aprend...
Como si se le hubiera ido la voz.-¿Por qué te detienes?
-No me había dado cuenta que él está comiendo aquí...-El tono de voz era otro.
La preocupación me dominó, y sé que debía tenerle confianza a él y a su seguridad pero tenía un mal presentimiento.-¿Te ha notado? Si no es así sal de ahí.
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Sol y Luna; Yoonmin (TERMINADO!)
FanfictionDos opuestos, el día y la noche, la luz y la oscuridad.