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Estaba medio dormido y no caía mucho en qué pasaba.-Suéltalo.-Me acerqué y tiré de él.-Hora de ir al banco.-Recogimos la mochila y fuimos al auto.

-¿Tienes agua?

-Fíjate ahí.-Señale una de las gavetas.

Puse la radio, Jimin movía los labios al ritmo de la música pop.

Su teléfono sonó.-Hola, Cami.-Respondió con su voz dulce, lo vi sonreír al recibir su llamada.-Si, a eso de las diez llegaré y te contaré.

Contarle lo que pasó. Conmigo, con él. En mi casa.

Traté de no pensar en el último acontecimiento, no quería volver en el tiempo. Ahora conocía a una persona más con ese problema, hasta me había olvidado. Aguanté la respiración (truco para no lagrimear).-Está bien, adiós.

-¿Y como está?

-¿Por qué estás por llorar?-Su expresión cambió.

-Solo bostezaba.

-Está bien si no me quieres decir.-Tocó mi espalda.

-No sé de qué hablas.-Ignoré.-¿Y Camila?

-Nada, extrañaba hablarme. Yo también la extrañaba a ella.

-Ahhh, es muy buena persona. Tienen suerte de tenerse.-Ya estábamos llegando.

-Si.

-...Sería genial si llegamos a tener una amistad así.-Y bajé del auto para dirigirme al cajero.

Hice ese proceso para sacar dinero, algo nervioso por lo que dije. No sé de dónde me nació.

Al salir lo vi apoyado en la pared, mirando el cielo.-¿Camila es celosa?-Me puse a su lado.

-Ajá.

A veces habla, a veces no.

-¿Le contarás todo?-Ojalá que cuando escuche ciertas cosas esa no lo aleje. Ojalá no sea tan inteligente.

-Si. ¿Por qué?

-No creo que sea conveniente.-Para mi.

-Nos contamos todo. Así es la relación.

-Ahh, no sé. Nunca tuve una de esas.-Saqué un cigarrillo.

Estoy jodido.

-Yo tampoco, es cosa de descubrirlo.-Sonrió perdido en sus pensamientos.

-Me gusta cuando sonríes.

Alguien se unió, a los besos. Camila. lo besaba mucho. Muchísimo.

-Te extrañé.-Le dijo agarrándolo de sus cachetes.

-Yo también.

-Hola.-Me saludó.-Hay un restaurante cerca de aquí, vayamos.-Nos arrastró.

Demasiada confianza.-Sé caminar.-Saqué mi brazo.

Me consideraba la persona más confianzuda, hasta que llegó ella ese día. Con una actitud opuesta a la de Jimin, igual que yo.

Llegamos y elegimos una mesa. Jimin fue al baño.-No quiero asustarte ni nada.-Eh.-Pero ten cuidado o despertarás atado a un árbol, en África.

-¿Qué?¿Qué piensas que le haré?-Reí. No tenemos buena química al parecer. Me gustaba más callada.

-Se me hace raro que te juntes con él.

-Solo me cae bien.

-A ti también se te hace raro.-Que antipática. 

Trajeron las bebidas.-¿Perdón?

Se me fueron las ganas de tomar. Me miraba fijo. Como si fuera una especie de enemigo.-¿O te gusta? A todos nos gusta. Míralo.

Volvió con ese atractivo que no se niega.

-¿Ya ordenaron?

-No, pero me dijeron que aquí las costillas de cerdo son las mejores.

No nos hablamos más directamente. Cenamos y hablé con Jimin de cualquier tema, junto a dos botellas de vino y unas cuantas de agua. La comida estuvo excelente, tanto como verlo comer. Demoramos alrededor de hora y media.

-Ya vuelvo.-Se retiró de la mesa. Lo seguimos con la mirada.

-Tranquila.-Dije.

-¿Acaso...?

-No pasará nada.-Bebí el último sorbo.

-¿A estado... tranquilo estos dos días?-No le quedó otra que hablarme bien.

-Eso te lo contará más tarde.

-Mmm, tú irás a la misma universidad y al mismo curso, trata de...

-Nos turnaremos para cuidarlo.-Guiñé.

Rodó los ojos.-Es tarde, debe de estar cansado. Danos un aventón.

Además es mandona.-Quería que se quede a dormir.

Para pasar una noche diferente.-No, hoy le toca estar conmigo.

Entonces me quedaba poco tiempo de vida.-Ahora soy su amigo también, recúerdalo.

Me encanta pelear un título.-¿Ya nos vamos?-Volvió el protagonista.

-Si, iré a pagar la cuenta.-Se paró Camila.

-La pagué yo al entrar.-La detuve.-Vayamos al auto, los llevaré.

Punto para mi.

Al salir, el frío nos chocó peor que cuando entramos.-Mañana a qué hor...-Estornudó.

También se resfría rápido. Anotado.-Tomarás té de miel al llegar.-Lo obligó a que apoye la cabeza en su hombro.

Había demasiada niebla, el clima está loco.-Pero no me gusta.-Estornudaba y trataba de bostezar al mismo tiempo.

-Mamá hará que te lo tragues.

Jimin se había dormido, de un segundo a otro. Lo vi por el espejo.

***

-Se sonroja, se asusta, se resfría y se duerme muy rápido.-Repasé en voz alta.

-Es alguien muy especial.-Lo tapaba con su campera.

-¿... Y va al psicólogo?-Tuve que preguntar.

-Aquí está bien, gracias.-Me detuvo en una estación de servicio.-Jimin, ya llegamos.

Se despertó pero no del todo, bajó con los ojos cerrados y hablaba de corrido diciéndole que tenía frío y que estaba cansado.-Buenas noches.-Saludó Camila cuidando del nene.

Me quedé  para observar como se alejaban, me entristecía de alguna forma. Se perdieron entre estas nubes que habían bajado, rodeados de frío y vacío. Aún con tal temperatura bajé la ventanilla y prendí otro cigarrillo.

Ahora a pensar.

Sol y Luna; Yoonmin (TERMINADO!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora