Sol y Luna; Yoonmin (TERMINADO!)

12

12:30 PM

Llegamos a mi casa. Entramos al garaje.

-¿Desde cuando fumas?-Preguntó Jimin bajando del auto y bajando las cosas.

-Desde siempre.

Entramos a casa.

-¿Que hay para almorzar?-Pregunté a Melanie, donde sea que estuviese.

-Pizza, está en la mesada de la cocina.-Apareció saliendo de allí.

-¿Ya te vas? Deja entrar a Holly para que reciba a su amigo íntimo.-Bromeé.

-Ya esta adentro.-Salió por la puerta principal.

Me dí vuelta y vi a Jimin tirado en el sofá siendo atacado por mi perra, lo estaba por devorar a besos. Él se reía con todas esas cosquillas y la acariciaba. Bastante tierno.

-Traeré la pizza.-Le dije a la nada, el invitado le prestaba toda su atención a mi mascota.

Preparaba las cosas en la cocina, los cubiertos, los vasos, el vino, etc. Tenía los mismos compañeros que en secundaria, un asco. Menos mal que Steve me salva un poco. Y Jimin también, buena casualidad esa.

Me gustaba hablar con él en clase. Se notaba que era una persona amigable. Hablamos de muchas cosas, pero evitó contarme lo que me enteré gracias a la ventana que está en frente ahora mismo. Como sea, me llama la atención así que espero forjar algo así como una amistad. Estoy aburrido.

-¿Qué pasó?-Entró a la cocina con Holly en brazos.

-Nada... solo me tildé.

Volvimos a la sala. Le dí una botella de agua fría, me había dicho que no consumía alcohol.-¿Has visto que nos asignaron?

-No, después nos encargaremos.-Me serví vino y lo tomé observándolo.

-Es mucho trabajo para el primer día.-Intentaba girar la tapa.

Tenía la piel sensible, estaba colorada del frío.-Si... haré una fiesta en unos días, estás invitado.

La pizza estaba deliciosa.-Oh.-Exclamó.

-Tengo cinco más, come lo que quieras.-Serví más vino.

Jimin dijo que sí con la cabeza pero seguía tratando de abrir su bebida. Yo comía y lo observaba, habrá pasado alrededor de 15min forzando esa porquería.-Jajajaj, dame.

La destapé en un segundo.-¿De qué te ríes?-Mordió su porción enojado.

-Eres una ternura.-Serví agua en su copa.

Comimos y hablamos. Nuestros amigos fueron el tema de conversación más extenso, él contaba de Camila y yo de Steve. Nos llevábamos realmente bien, de vez en cuando logré sacarle alguna que otra sonrisa. Me gustó hacer eso.

Habremos conversado hasta las dos de la tarde. Creo que fue la charla más larga que tuve desde que nací. Los comentarios y las bromas iban y venían, hasta que llegamos a un momento profundo, no sé cómo. Supongo que evitábamos a toda costa realizar el proyecto. ¿Cuánto teníamos de conocernos? Dos días...

Ya estábamos tirados en el sofá cuando surgió el tema.

Contó sobre su secundaría, lo que había pasado en ella. Es decir, lo mal que la había pasado. Sobre todo con ese chico: Jackson. Yo solo escuchaba, creyendo que lloraría en cualquier momento, planeando ya cómo salir de esa incomodidad. Pero no, sonreía y bebía.