SOFIA

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Esa noche volví a casa a las 3 de la mañana casi. Todos dijeron que estaba realmente borracha pero no fue así. Estaba consciente de lo que pasaba y me acuerdo de todo lo que me dijeron para probar que estaba ebria.
Me preguntaron incluso que si era lesbiana  por que supuestamente había dicho que me besé con Juliana. Estába mareada pero no loca...
Que estrategia tan mala para saber si alguien está borracho y claro que no me gustan las mujeres.
Sólo que a veces dejo salir el lado lésbico que todas tienen.
No le dije nada de despedida a Ranjit y todos se dieron cuenta. No voy a negar que fué incómodo pero al fin y al cabo no tenía nada que decirle nada. Por lo menos no en ese momento.
En fin. Llegué esa madrugada y mi mamá no arruinó el momento.
En realidad se portó muy comprensiva y hasta me contó un poco de las fiestas en su época.
Me puse la pijama y me acosté sin desmaquillarme como siempre. Me dolían los pies por que la mayoría de tiempo la pasé de pie y los troncos que hacían de sillas, me astillaron el culo... no eran los mejores troncos para sentarse.
Pero bueno. Me quedé pensando en todo y en nada a la ves y en pocos minutos, apareció alguien en el balcón...
Como nunca lo cierro, a veces me asusto pensando que cualquiera que pasa es un ladrón y aunque mi conjunto es seguro, de todo puede pasar.
Estába a punto de conciliar el sueño pero resulta que el ser que estába afuera, ni entraba ni se iba...
-¿De parte de Dios o del diablo?-dije entre chiste y chanza por que pensé que era alguien del grupo que quería asustarme.
La figura se mueve hacia hacia adelante apartando las cortinas y aparece el hindú con una prescencia de estar como adormilado.
De pronto el viento de la noche deja de soplar y él solo me queda viendo, como esperándo a que yo hiciera algo. Yo sólo me quedó como de piedra.
Entonces él abre la boca y me dice algo pero no le escucho. Yo le quiero preguntar que quiere decir pero tampoco me escucho a mi misma y él sigue diciéndome algo con su voz sorda...
Entonces abrí los ojos y me despierto con mucho sueño. Miré el reloj y éran las 4:30.
Entonces miré hacia el balcón y un viento helado entraba sacudiéndo las cortinas. No había nadie.
No supe nunca si fué un sueño de verdad o si Ranjit estuvo en mi cuarto en serio. Nunca lo supe pero me acordé de todo en seguida.
Sus ojos como esperándo algo y sus palabras sin voz.
¿Me estába tratando de decir algo?
Pues obvio, tonta, pero que...
Me quedé pensando en eso hasta las 5:15 más o menos y casi dudándolo, salí por el balcón de mi cuarto.
No me puse nada. Sólo la pijama y ya sabiendo que la casa de él estaba como en la otra punta de mi conjunto.
Pero no me importó. Sentí la necesidad de decirle algo o despedirlo, no sé.
Caminé rápido y pensando las cosas que le diría cuando empezó a amanecer y el aire se volvía más frío todavía.
Maldita ciudad y su clima helado. Siempre.
Recuerdo que levanté la vista y la aurora estaba rayando el cielo frío muy bonito...
Estába de color azul profundo y por el lado en dónde sale el sol, se tintaba de amarillo y rosado, casi naranja.
Éra muy bonito y me dí cuenta de que nunca me había quedado a ver un amanecer.
Seguí caminado medio atontada y llegué a la casa por la parte de atrás.
Caminé lento y me dí cuenta de que había un gran camión de mudanza subiendo los sofás, las camas y otras cosas.
Eso explica por qué Ranjit estába tan... callado y pensativo desde que se acabó el año escolar.
Me acerqué un poco más, casi doblando la esquina y estába el padre ayudándo a meter todo y la mamá suplicándo a los hombres que tuvieran cuidado con los adornos de la sala.
Carájo.
¿Tan rápido se iban?¿No se quedarían ni siquiera para Navidad?
Entonces pasó un auto con una canción de despedidas tristes y pensé que esto no podría ser mas dramático...
Me quedé detrás de la pared por unos minutos cuando escuché al padre de Ranjit.
- ¡Sarya!¡Ya nos vamoooooss!
Su voz salió desde adentro.
-¡Me quedo a cerraaaaarr!
-¡No te demoreeeeeeesss!-dice la madre.
Se van en un carrito viejo alrededor de 8 o mas personas y se alejó lentamente de la casa con el padre al volante.
En pocos minutos Ranjit salió con una caja y una maleta grande y pesada.
Era la última vez, no lo volvería a ver jamás y... quise simplemente despedirme de él.
Pero no pude.
El hindú cierra la puerta finalmente y se va despreocupadamente calle abajo.
Veía su cabello siempre semi-largo y su semblante de joven reposado y tranquilo a pesar de la caja y la maleta.
Entonces me dí cuenta que apesar de los problemas que se aguantó por culpa de nosotros (los del curso), el nunca se alteró y siempre se mantuvo sereno, como siempre había sido.
Se alejaba y cada vez mas, se esclarecía el cielo.
¿Dejaría que se fuera, como lo hago con casi todo en mi vida?¿La única persona que me hizo sentir libre?
Entonces, digamos que hice lo que siempre hago en momentos así: en el último momento lo llamé y me acerqué corriendo.
-¡Raaaanjjjjiiiiiiiitt!
Se giró y estaba a unos pasos de él.
No sabía que decirle.
¿Qué habría que decirle?
Me miró y pude ver la cara que mostró desde el primer momento. El misterio en sus pupilas mirándome desde lo lejos...
- Ehh... hola...
Su sonrisa solar se abre y me ilumina de repente.
- Que tal...
- Bien... emm... sólo quería... despedirme.
- Ok. Cuídate mucho.
No quería sincerarme en ese momento. Detesto decir lo que siento realmente por que me hace sentir vulnerable.
Larga historia...
Pero lo hice.
- Ok. Te diré la verdad...
-¿De que hablas?
- Anoche soñé contigo... -cara de poquer. Así que sigo.- Tu entrábas por el balcón y me decías algo pero no te escuchaba...Pensé que era una señal...
Me eché a reir.
Ranjit no desvanece su sonrisa.
- Creo que se te pegó lo isotérico...
- Tal vez sea por culpa tuya.
-¿Te has dado cuenta que no me hablas por mas de un mes?
- Si. Solo quería saber si en realidad tu entraste a mi habitación.
- Pusieron celador en tu conjunto.
Ah, cierto.
-¿No podrías intentar de arreglar las cosas?
-¿Que cosas?
- Ya sabes... entre tu y yo...
Silencio.
No quería tener esta conversación.
La verdad es que intento evadir muchas cosas en la vida que son... "importantes".
Siempre me centro en cosas sin importancia.
Suspiro y entonces él habla.
- Mira yo... pues... no tengo de que arrepentirme.
-¿Ahh?
- Simplemente que no puedo hacer nada ya... Derrumbé todos mis puentes aquí... en especial contigo.
-¿Podríamos no hablar en clave?
- Está bien. No tengo nada que hacer contigo. Me voy en paz.
Silencio. Otra vez.
O mas bien... en shock.
-¿Si?-dijo él.
- Ok... -suspiro por segunda vez.- Recuerdo la vez que nos dijeron que... la gente suspira por falta de oxígeno en el cerebro.
- Entonces te va a dar un derrame cerebral.
- Eso no pasa cuando el cerebro no tiene oxigeno...
-¿Entonces que pasa?
- No lo sé.
Logro divertirlo un poco pero caigo en cuenta que debería estar en el terminal de autobuses para ir al aeropuerto en Bogotá...
-¿No tienes que estar allá?
- Ellos saben que me voy a demorar...
-¿Ah si?
- Es que... tengo planeado darles el último adiós a algunos que viven cerca... Restrepo, Paula, Dani...
- Ah, claro.
- Esta bien. Así que...
- Ok... no te molesto mas...
Se acerca para darme un abrazo gentil y yo dejo mis manos abajo.
- Hasta pronto.
- Dirás hasta la otra vida.
- Ojalá.
- Que seas muy feliz...
Me mira por última vez y se gira tranquilamente. Su porte de un ángel del cielo nunca lo deja.
Camina como si tuviera claro para dónde va y al mismo tiempo como si no tuviera ningún peso encima.
¿Hindú?
¿Eres tu?
Me doy cuenta también que puedo hacer lo que quiera por que jamás lo voy a volver a ver.
Desde ahí, apredí a valorar las cosas y a dar las gracias por todo por que te das cuenta que nadie es como tú y que nunca hay suficiente tiempo para apreciar lo que tenemos.
Nunca hay tiempo.
Entonces agradecí a mi estúpido colegio, a esta ciudad tan fría y horrible, a los Quackerz y a todas esas personas que nunca mereciéron coincidir conmigo, en especial a Ranjit...
-¡Hinduuuuuu!
Él se detiene en seco al final de la calle, antes de doblar la esquina y se devuelve un poco.
-¿Siiii?
Hace como si estuviéra muy muy lejos...
- ¡Lo siento. ¿Si?! Me doy cuenta que me equivoqué y que nunca supe lo que tenía hasta que lo perdí. Ahora lo sé. Eres una persona increíble y no se que hice para que me conocieras... Soy una tonta por todo y por qué todo lo hago mal... No sabes lo mucho que te extrañé y que yo de verdad te...
En menos de un segundo está al frente mío y me besa la boca. Nunca me olvidé de sus besos pero en especial nunca olvidaré ese. Y juro que nunca nadie me besará así otra vez...
Dios lo había extrañado tanto...
Entonces me dí cuenta que acababa de amanecer y aue nos veíamos como dos idiotas o tal vez como la parejita tierna que se tiene que separar y se dan su último beso que no es para nada carnal.
Cuando se separa me apresuro a decile lo que le iba a decir antes...
- Yo te...
- Lo sé... -me interrumpe- Yo también. Pero nunca se lo digas a cualquiera. ¿Si?
Solo asiento para decile que si.
Me sonríe por última vez y se gira nuevamente.
Demasiado tiempo tuve que resistir el remordimiento de consciencia pero al final si supe decile lo que sentía por él.
¿Era mucho pedir?
Si.

Lo malo de las personas pesimistas e introvertidas es que cuando te enamoras, tienes todas las de perder pero estás bien por que tienes la seguridad de ser alguien que ama de verdad.

Jamás lo comprendí hasta que conocí a Ranjit. Me quedé en mi puesto hasta que lo ví regresar a la esquina y antes de voltear, se gira y me grita:
-¡Heyy! ¡Por una vida mejor!
Si Ranjit.
Por otra vida mejor....

QUACKERZ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora