SOFIA

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No sé con exactitud que pasó conmigo o cuál es la razón de estar adicta a los dulces de anís.
Diré que me encanta el gusto a aguardiente que deja en la boca, como si estuviera echando fuego por ella...
Después de semana de receso todo volvió a la normalidad y el viernes de esa semana, era halloween, así que obviamente todos se iban a poner disfraces y todo eso.
Eso no me gustaba, la verdad. Me disfracé hasta los... 13 años pero ya no quería ponerme disfraces después. Las chicas del grupo todavía se disfrazaban de sus "fandoms" preferidos o de algún disfraz mas... inusual por que, desde que salieron personas disfrazadas de tarros de Clorox y aguacates, ahora todos querían vestirse con cartones pintados de detergentes e incluso de comida o condimentos.
Entonces... si no me disfrazaba los 31 ¿Qué hacía yo en esas fechas?
Pues ir al grupo de oración. Claro está.
No es que sea paranóica de que los espíritus malignos salían esa noche, simplemente el grupo hacía la actividad ese día por la víspera de los fieles difuntos y todo eso.
Le decían Noche Blanca y lo peor era que tenía muchas y diferentes interpretaciones...
Mi familia me llevó a eso de las 6 y me dijeron que les llamára cuando se terminára todo para ir a recogerme mientras que ellos... pues se quedaban en la calle viendo disfraces y todo eso.
Ese año, según ellos, la tendencia fue Coco (la película de disney) y una muchacha que se metió dentro de un empaque de Fabuloso gigante...
Pero bueno. No me quejaba la verdad. Me gustaba estar alejada de todo ese barullo por varias razones y el lugar, que era una casa de monjas, me inspiraba tranquilidad.
Aunque no lo crean...
Podía venir cualquier persona siempre cuando pertenecieran a un grupo de oración y pues... varias personas ya me distinguían desde antes de ir a hacer tareas con Ranjit.
No conocía bien a nadie allí pero me sentía bien, hasta que pasó algo inesperado.
Nos condujeron al segundo piso a un salón grande y yo estaba metiéndome un dulce a la lengua, cuando una mano me sostuvo del brazo y me hizo tambalear...
Este sería el fin de Sofia la malacarosa pero me giré por instinto y ví a Ranjit con el índice en los labios, escondido entre la columna del final de las escaleras.
Me acercó a él para dejar pasar a la gente.
- ¿Tienes mucho que hacer?
- No- respondí yo.
- Ya casi son las 7... ¿Se dan cuenta si te escapas un rato?
- No lo creo. Solo haz cara de cristiano a las monjas. Pero... ¿Qué haces aquí?
- No preguntes... mejor vamos. Ya casi es de noche.
Me tomó de la mano y salimos del lugar para empezar a caminar hacia la avenida. Por el camino ya venían varias personas con sus disfraces de tercera, creyéndose muy bien vestidas de Harley Queen o muy interesantes con las máscaras de La Casa de Papel. Eso pasaba a menudo. Después de ver los difraces "interesantes" se volvían corrientes y perdían su encanto o lo que sea.
Eran como 5 cuadras bien grandes hasta llegar a la avenida desde donde estábamos, así que cuando Ranjit se detuvo yo estaba jadeando de lo cansada.
Ya estaba muy oscuro por que aquí se oscurecía todo desde las 6:30, y ya eran las 7 de al noche mas o menos.
- ¿A dónde vamos?
Pero no me hizo caso. Se aseguró de que no hubieran fisgones y se adentró al edificio abandonado.
- ¿Pero que haces?
Resulta que el edficio abandonado era un "elefante blanco" o simplemente una obra jamás terminada. Según las fotos, debía ser el edificio de apartamentos más alto y grande de la ciudad pero dejaron la construcción en obra negra o mejor dicho, en los ladrillos y en el pavimento.
Últimamente ya envíaban obreros ni nada por el estilo al edificio por lo que estaba abandonado, y sinceramente me daba miedo por que la gente se metía allí para hacer cosas de verdad peligrosas.
Miré por todos lados pero no había nadie y lugo salió Ranjit mirando al cielo queriendo tirar de mi mano.
- Ranjit no estoy para bromas.
- ¿Confías en mi?
- Eres muy corriente.
- Lo digo en serio. No te saqué de ese lugar en vano. Sé que no te gusta esta mierda.-y miró al edificio.
Puse cara de "Ok. Me rindo" y me adentré con él hacia la construcción.
El primer piso era una especie de parqueaderos, así que tuvimos que atravesar todo eso hasta encontrar las escaleras que solo estaban en el pavimento.
Ese lugar era terrorífico pero por dentro era otro nivel.
Creo que alcancé a divisar ratas a lo lejos sin mencionar la humedad del aire y en las paredes...
"Pero que romántico Ranjit"
Subimos alrededor de tres pisos en dónde se suponían los apartamentos y pasillos del edificio. Se estaba volviendo demasiado oscuro y me tropezaba con la punta de los escalones. Así que el hindú sacó la linterna del celular para iluminar un poco...
"Que considerado..."
Avanzabamos en silencio y él andaba casi a gatas agarrando mi mano...
- Ranjit... hasta donde... subimos...
Jadeaba.
- Solo un poco más...
Agh.
Habla con mis pies después de esto, Ranjit.
Andamos como 2 pisos más y nos detuvimos. En seguida sentí el frío colarse por todo mi cuerpo y me dí cuenta que habíamos llegado a la mitad del edificio. El hindú apagó la linterna y miró la hora.
- Ah. Justo a tiempo...
Se volvió a mirarme con una sonrisa triunfal y me tiró de la mano hasta llegar a una especie de balcón a medio hacer, o sea, no tenía barandas ni nada. Era como una pista que daba al suelo de la calle, que estaba desierta a esa hora.
Por la fecha, seguramente todos estarían en el centro de la ciudad, esperando a la espectativa de lo que vaya a ser el alcalde...
Ambos salímos al balcón y Ranjit se recostó boca arriba mirando al cielo. Me dirigió una mirada de complicidad y entendí el mensaje de que hiciera lo mismo.
Me acosté en el pavimento que tallaba toda mi espalda con mi cabeza dando hacia al lado de la calle y él al otro lado.
- ¡Oh! Mírala, allá está...
Señaló al cielo encapotado que se iluminó de improvisto al dar paso a la luna más llena que había visto en la vida.
- Por fin la veo. Es como la que sale en Nueva Delhi pero más simple...
Lo miré mal y le pregunté:
-¿Cómo sabías que había luna llena?
- Investigué. Además, hoy es día de cortarse el cabello...
Me mostró un mechón de su cabello que estaba un poco despuntado en las puntas.
-¿Qué?
- Es un agüero de mi mamá. Dice que si nos corta el cabello en luna llena, crece más rápido después.
- No tiene sentido.
- Dícelo a ella...
En verdad esa luna estaba muy rara. Tenía tonaciones amarillentas y eso me recordó el año en que la luna apareció con una sombra roja encima de ella y todos dijeron que se acercaba el Apocalípsis.
Ranjit se acostó a mi lado y nos quedamos mirándola mientras duró por que después se volvió a esconder entre las nubes, dejando solo un ténue resplandor borroso a comparación de su brillo...
No sabía por qué me trajo a ese lugar. Él no era romántico... ¿Qué pretendía?
-¿Por qué me trajiste aqui?
- No lo sé. Sólo pensé que querías verme de nuevo...
- La última vez que supe algo de ti, fue cuando te drogaste hace una semana...
- Ah, cierto. No he vuelto a casa desde entonces...
-¿Entonces que has hecho?¿Tus padres no te han buscado?
- Me hablo con Kali. Nada más. Le digo que le diga a mis papás dónde estoy y eso. Y pues supongo que creen que estoy bien, por que no me han buscado...
- Creen que volverás cuendo ya no estés molesto.
- Si. Siempre creen que soy predecible...
- Pues tal vez sea por que es verdad.
- Bueno como sea. También quiero decirte una cosa...
-¿Qué es?
Se incorporó y se quedó apoyado en su codo, mirándome a mi. Dijo:
- Tal vez ya sabes que me voy a casar.
Estallé en risas y le dije que no era cierto pero me detuve al ver que él ni sonreía, tenía lágrimas en los ojos e intentaba sonreir sin mostrar los dientes.
- Ammm... ¿Es en serio, cierto?
Asintió con la cabeza.
La idea de que alguien en el siglo XXI se case a los 18 años me parecía sumamente divertido, pero era extraño que Ranjit le hubiera tocado hacer eso.
Todos lo podrían hacer, si querian. Pero Ranjit no quería...
- Wow -dije- Disculpe señor. Estoy hablando con todo un hombre de familia.
Sarcásmo.
- Oye, es en serio. Jamás te volveré a ver ni podremos estar juntos de nuevo...
- Es verdad, pero... ¿No se siente genial saber que tienes un futuro hecho?
- Claro que no. ¿Sabes acaso con quién me voy a casar?
- Con tu prima lo sé...
- ¿No te parece anormal eso?¿En serio?¿Quién te lo dijo?
- Ya me lo habían dicho, pero no te diré quién. En mi familia también hay incesto, es algo normal para mi...
- Pero no para mi.
- Ok. Digas lo que digas, te felicito. En serio me alegro mucho por ti.
Silencio.
Volteé a verlo y tenía los ojos en blanco, como si lo hubiera decepcionado o como si estuviera esperando algo más de mi.
-¿Sólo eso dirás?
Lo miré sin poder creerlo.
- Si...
Él no podía dar crédito a lo que yo le estaba diciendo. No sabía qué quería que le dijera.
- Oye, si creías que yo podía cambiar tu destino, estabas muy esquivocado. Somos lo que somos, y así se debe quedar...-le dije.
- No. Creía que te compadecerías... por lo menos lástima debiste haber sentido.
- No, ¿por qué lo estaría?
- Por que tú eres la que me detiene...
¿Qué?
-¿Cómo así?-le dije yo.
- No me quiero casar con ella por ti. Pensé que lo solucionaría yo sólo, que yo mismo podría hacerme cargo de mis estúpidos sentimientos, pero no. Apareciste tu y... se volvió personal. Creí que me entenderías, que tu también me...
Un escalofrío pasó por mi espalda.
-¡No lo digas! Por favor... no a mi. No de esa manera...-dije.
Otra vez tenía la expresión de no entender nada y recordé las tardes en las que le ayudaba a hacer tareas y él no me entendía.
Sentí que como si algo se le hubiera roto a él.
- Entonces...¿así estamos?
Asentí.
- Pero que estúpido...-murmuró- Perdón, Sofi. Pensé que teníamos... eso en común. Pero tienes razón, me equivoqué. Todo es mi culpa, perdón...
Se levantó con dificultad y se dirigió dentro al edificio.
- No. Ranjit...
Me levanté también.
- No, no digas nada. Esta bien.-estaba molesto, un poco- Vamos, tengo que llevarte abajo...
- Yo... me quedaré sola aquí un rato más.
- Cómo quieras...
Se giró y se fue con la linterna encendida.
¿Qué pasó? No sé.
Tendría que pasar en algún momento, creo.
Pasó de ser mi... lo que éramos antes, a ser un completo desconocido.
La había embarrado en serio y no quise hacerle eso. No a él.
Eso es lo que te pasa por decir lo que piensas de verdad. Como si te suicidáras. Y lo más curioso es que no lo había hecho con ninguna persona antes, pero si con él.
Sofia, la imprudente, había vuelto.
Si señor.
Me recosté unos instantes y aunque estaba congelada y entumecida, la luna estaba de verdad hermosa.
Una noche así, sola. Sin besos ni nada...
Con clase... ¿no?


QUACKERZ (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora