La luz que atraveso su cuarto por obra de cristales magicos de luz no dejaban nada fuera de su alcance, excepto las sombras, siempre las sombras las que aun en el dia màs luminoso persistian y en ese momento persistia la silueta de una jovencita, sin dudas por lo volutuosa y curvilineo de la sombra no dejo demasiadas interrogantes al mercader de la muerte que revoloteaba su moneda de oro que no dejaba de regresar y sair despedido al aire apenas tocaba sus dedos.
Miro al frente, se encontraba una chica de un cuerpo generoso, no mayor de 20 años pero no menor a quince años, paso sus ojos desde el largo de su cabello negro, para pasar por sus ojos, su nariz, la boca, pasando por el cuello como un camino que le llevaron hasta los pechos, bajando entre si figura fina y sus perfectas caderas, bajando hasta su sexo y pasando por sus piernas, se giro con toda la calma del mundo.
-Es demasiado hermosa para desperdiciarla, servira mejor como regalo-fueron sus palabras finales, antes que la chica fuera retirada, se dirigio a la unica silla que habia sobre el cuarto mientras ahora dejaba de revolotear su moneda y la detuvo en su mano mientras la frotaba con cuidado entre sus dedos.
Miro por la ventana la noche se sentia callada de nuevo, habia pasado un tiempo en Canada haciendo negocios de armamento pesado con los nativos, bajando a Estados Unidos surtiendo a cientos de esclavistas que armaban a sus guardias por el miedo a màs rebeliones y habia bajado a Mèxico para asegurar que los negocios terminaran en buen termino.
-Listos mi señor- entro uno de sus guardias, que dejo un fajo de papeles, que rapidamente el comerciante tomo entre sus manos.
Permisos, mercancia variada, desde espadas a incluso armas de fuego, todo hecho de metales caros, enjoyado, con cuero exotico de bestias magicas.
-Me preocupa que el flujo tengra contraflujos y que todo se estanque- la moneda detenida entre sus manos recomenzo su movimiento-el estancamiento es comododidad y la comodidad es la muerte- continuo su lectura en un silencio que unicamente se oia el movimiento de las ojas y el tintineo de la moneda cuando finalmente dio una cabeceada
Giro su cabeza una ves decidido que era suficiente de entrecerrar sus ojos estaba entre descansar y evitar dormirse totalmente.
Fue hasta que solto su moneda y el golpeteo de la moneda primero rebotando y luego girando en el suelo le hicieron despertar, habia perdido de nuevo la cuenta del tiempo y ahora el sol encenguedor le iluminaba el rostro.
Y aquella noche habia terminado como esperaba....las arcas del ojo Horus llenas de mucho màs oro y tambien con las manos sueltas para hacer nuevos negocios.
Se dirigio a una bañera que contenia agua caliente, se quito toda la ropa y se avento inundandose en agua....aun sentia cansacio no habia dormido nada bien...pero a pesar de todo las camas eran mucho màs incomodas le causaban repulsiòn, incluso la idea de sentir la calidez y suavidad de una cama....le era tan repelente.....el rechinar de una cama de madera la sola idea hacia que presionara con mayor prontitud la moneda en su mano hasta que un hilo de calor corrio por su mano hasta perderse en el agua calida.
Se sumergio en el agua por unos segundos que se prolongaron en minutos antes de salir a respirar por el vital aire, y levantarse secandose con una toalla.
Tenia curiosidad por como seria el dìa, rara ves se hacia presente en los trabajos màs simples pero por esta ves, decidio ir con los mercaderes de bajo rango del ojo de Horus, puros jovenes chicas y chicos algunos nacionales pero otros extranjeros que al verlo se formaron en una linea mirandolo con temor, respeto e incluso misticismo y el odiaba la lealtad incuestionable.
-La verdad se desvia si es puesta demasiado alta- se callo mientras los miro con detalle a sus rasgos particulares y finalmente prosiguio-entonces se convierte en fanatismo-
Si aquellos jovenes le respetaban ahora sentian un respeto inequivoco y las chicas sentian que ademas de guapo era profundo una rara combinaciòn en un hombre.
-Retirense a sus puestos- se dirigio a una habitaciòn directamente a una reuniòn que no le interesaba.
-Viejo Hannibal- dijo mirando fijamente al hombre alto y musculoso, y tambien con sus cabellos blancos que bañaban su cabello corto y su rostro entre arrugado y lleno de cicatrices, cuantas batallas y combates conocia, habia disminuido de altura ya no alcancaba el uno noventa ahora estaba con uno ochenta, algo encorvado pero la letalidad y peligrosidad no dejaba de emanar.
-Comerciante- el hombre sonrio pero sus ojos no sonreian-pense en verte antes que empiece mi ultima campaña-
-Que te lleva ante mi- el Holandes tomo una botella de vino antes de servirse en una copa, era inusual que 2 lideres del ojo de Horus se reunieran y màs que uno de ellos...estuviera a punto de unirse a una guerra con miles de mercenarios y tambien un ejercito formado de todos lados, el nivel de poder y habilidad que habia tenido que usar al ojo de Horus habia provocado que estuviera exhausto por la energia incluso el se encontraba cansado pero miro de frente a Hannibal.
-Hoy he venido a contestar tu pregunta y negar tu respuesta- dijo con una muestra de cinismo y desprecio en sus palabras-la fuerza lo es todo, ni el oro, ni los rangos, el poder de la espada es el poder que alimenta al mundo, mira como la fuerza doblega a los dragones- se acerco desafiante al rostro del comerciante que se mantuvo impasible ante la fuerte amenaza del viejo-solo quedate mirando desde cerca y mira como cambio el mundo- finalmente al anciano se retiro mientras sus soldados y guardias desaparecian.
Todo se lleno en un silencio total...hasta que finalmente el estallido de carcajadas apago el silencio cinico que se habia quedado en el ambiente.
-Jajajajajajaja, no hay mejor respuesta la que se contesta sin pensar- finalmente se tranquilizo-claramente si piensas contestar sandeces-
Se dirigio por si mismo antes de notar la mirada interrogativa de uno de los guardias.
-¿Què domina el mundo?- los soldados a las esquinas del sitio se miraron entre ellos y luego cayaron mientras el comerciante de la muerte se sentaba de nuevo y tomaba la moneda que habia guardado.
-La fuerza-
-El imperio Azteca tenia un poderoso ejercito, invicto y el miedo de sus enemigos pero no tardo demasiado en que los cientos de pueblos bajo su dominio se rebelaran, sin duda la fuerza no es ese poder-
-La sabiduria-
-Los atenienses fueron sabios muy sabios pero cuando llegaron los ejercitos Macedonicos nada pudieron hacer y no sirvio mucho despues cuando fueron las legiones romanas cuando llegaron en Atenas-
-Miedo-
-Caligula era el Emperador màs temido del imperio Romano tanto por su propia locura creyendose un dios pero al final sus propios hombres le mataron, a veces matar al monstruo es lo unico que debe hacerse-
El silencio se apodero del sitio una ves màs.
-Las monedas son el poder màs grande sobre la tierra, el oro es màs dulce que la miel, màs diabolica que una sirena y tan efectica como una espada, con una puedes desvertir a una mujer, con una docena desviar la justicia, con cientos contratar un ejercito y con miles forjar un Imperio- finalmente a modo proclamo el axioma màs importante no solo para los comerciantes era un axioma que corria desde el màs humilde sirviente al màs poderoso rey-Las monedas deben fluir-
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Gloria, Honor y Sangre!!! La caida de los Dragones.
FantasiEl Imperio se fortalece mientras afila sus cuchillos, mientras Inglaterra ha llegado su hora de actuar, Francia prepara meticulosamente su venganza contra el Imperio, Italia dividida se desgarra en una guerra civil, Rusia un nuevo poder emerge y se...