Tomando vino.

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Livia se mostro algo molesta, realmente molesta, nadie dijo nada y nadie le decia nada, una mirada, una sonrisa, un ademan, parecia demasiado arrigesgado acercarse a la bella joven, que ahora parecia algo molesta, ahora que se estaban a unas horas de partir, llego a la comida, se sento y luego tanto la comida, huevas doradas, comio sabia bien, pero mantuvo su rostro enojado, hasta que giro, y miro a su hija, en las piernas de Vivenka, por algun extraño motivo, le preocupo esa uniòn porque penso que iriai mal.

Pero al parecer lo que habia leido era una exageraciòn, "habia reacciones interesantes cuando un Zmey y un Lidwurd se reunen" penso algo conflictivo, no empatia inmediata, tanto que no se soltaban,su Preciosa hija comento que era muy fria, muy fria, y Vivenka le dijo que su hija era muy pero muy calientita.

Por eso podria imaginar la fascinaciòn de su hija de poder comer cosas frias y la de Vivenka comer cosas calientes, pero estaba totalmente celosa, pensar que se alimentarian directamente con cucharas, miro al otro lado, encontro a la esposa Draculae, que le sonrio con una tranquilidad, se notaba que estaba acostumbrada a las miradas llenas de furia y tambien autocontrol, necesitaba mucha habilidad para controlar a sus 2 hijos.

Miro al frente el hombre ruso, principe o Duque no le interesaba recordar esos detalles, pero era fastidioso y molesto, busco a Daven entre la multitud, sequedo mirandole, se veia desde tan lejos tan encantando con la comida y parecia un tanto salvaje, el se giro de repente, lanzandole una mirada picara y seductora, ella giro rapidamente a otro lado e hizo que se concentraba en su comida, giro sus ojos, el seguia mirandole antes de volverse lentamente a su posiciòn y beber generosamente vino.

Suspiro con desesperaciòm, miro a los otros nobles, todos con sus temas y cosas de nobles, queria salir y quedarse mirando las estrellas en un campo, aquello si era lo suyo, miro a su derecha, su hija practicaba ruso con la ayuda de Vivenka metidas en su mundo.

Levanto la copa, se horrorizo "no lo tomes asi, pareces una alcoholica", la agarro tal y como no debia de hacerlo, pero a su lado estaba ya Brunilda la excentrica y desconocia pelimorada, algunos decian que era familiar de Sebastian pero tenia sus dudas, los sirvientes de los dragonesde fuego no tenian rango pero controlaban todo, su copa fue rellenada rapidamente, se quedo mirando a la chica que era muy perezosa, pero en realidad no se dejaba engañar era muy competente, organizar, acomodar, logistica y mantener la seguridad eran mantenidas por esa chica con suma habilidad, se quedo mirandole mientras Brunilda miro a todo con desinteres y bostezando, se rasco parte de su pierna, dejando un poco de su piel desnuda por el movimiento de la falda.

Despues de terminar y quedar satisfecha, al parecer los dragones no se cansaban de comer, lo sabia habia criado a una pequeña dragona, tan linda y tan cargable, pocos podrian cargarla, se levanto y se retiro seguida de varias nobles,

El pasillo de Marmol era todo un espectaculo, miro las pinturas de batallas en Veracruz, observo al Emperador Maximiliano con sus tropas, en el sitio de Veracruz, donde un grupo de replublicanos se habian atricherado en el centro de Veracruz, mientras alrededor se podria ver el avance de los soldados Imperiales, nada fuera de lo comùn, los Nobles presumiendo sus gloriosas victorias, miro la rendiciòn del ejercito Español ante Santa Anna, eran gran cantidad de pinturas, despues de revisaruna por una fue el ruido lejano y el olor a sal la que le llevo a buscar cosas menos heroicas.

Se quedo mirando al hermoso espectaculo que representaba el mar y sus olas las ventanas eran muy sugerentes con esas formar circulares todo lo circular siempre tenia sus origienes en Afrodita la diosa del amor y la belleza, necesitaba mirar afuera donde recibir luz del sol, se digirio al balcòn, era curioso pero ahi estaba un hombre, rubio, alto y sin duda europeo, miro a la ropa.

Un noble Danes u Holandes, o de esos paises, habia tantos enviados que no habia reparado en las embajadas menores y no tenia memoria para recordar las genealogias y simbolos de las casas, vestia muy modestamente, con un pantalon negro algo gastado, botas cafés, una camisa roja y una capa negra, con su mano derecha jugueteaba con una moneda y con la izquierda leia.

Gloria, Honor y Sangre!!! La caida de los Dragones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora