GOBERNADOR

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-¿Te irás con ellos?

-¿Dices?

La tormenta prometida alcanzó Woodbury la mañana siguiente después de que llegaron al pueblo y cayó el día entero encerrando a la gente en sus casas y despejando las calles, sólo los pobres desgraciados que debían montar guardia sobre los muros y entre carros y tanques militares tuvieron que improvisar toldos para resguardarse; el lugar era demasiado agradable, gente común intentando fingir que más allá de los muros no pasaba nada, jugando a que ésta vida era real y tranquila, mientras los que sabían usar armas cuidaban y custodiaban; a Jesús lo hizo pensar un poco en Alejandría y eso le causó un escalofrío en los huesos, porque el tal Philippe también era agradable, algo que no podía ser verdad en estos nuevos tiempos, porque Jesús era agradable, pero era un personaje, y tipos buenos como Rick tenían que ser desagradables y tipos desagradables como Daryl resultaban ser demasiado buenos: Woodbury le hace pensaren una tumba revestida con oro en cuyo interior se pudre el muerto, y sabe que el pelinegro piensa lo mismo porque la semana entera la pasa rondando la calle, silencioso, observador, decidiendo cosas que sólo él entiende. La gente parece buena, en todo caso.

Paul ha hecho lo mismo que Daryl, apenas termina la tormenta sale a recorrer las calle, sólo que usa su máscara de Jesús para saludar, sonreír, preguntar, conocer.

Por alguna curiosa razón, gracias a Philippe o a Merle, en una de sus caminatas por las calles fue abordado por la única pareja homosexual del pueblo, entre los treinta y los cuarenta, ni altos ni guapos, delgados y bien vestidos con ropas de chamarras plásticas a juego, la pareja lo saludó con esmero y le hicieron una conversación sobre esta nueva vida y lo poco que había cambiado todo con respecto a ellos en este nuevo mundo: la gente seguía mirándolos raro y comentando cosas por lo bajo, incluso la vieja Susana Sanni los miraba comentando a buena voz que para como estaba el mundo los gais deberían dejar de serlo y ayudar a repoblar. A Jesús le dio risa el comentario, pero a la pareja parecía realmente ofenderlos.

Esa noche, antes de dormir, le contó su charla con la pareja al moreno, quien no le encontró la gracia, pero sí le pareció una idiotez, entonces Merle intervino diciendo que había que matar a la vieja, con esa idea suya capaz que intentaba también a ayudar a repoblar y eso era demasiado asqueroso para la imaginación, y Jesús se desternilló tanto de la risa que Merle creyó que se mearía encima. Con todo, Paul siguió frecuentando a la pareja, porque entrados en confianza parecían listos para soltar cualquier cosa, por pequeña o extraña que pareciera, en tanto que el arquero hermano de Merle se infiltró entre el grupo de guardias y ayudó en los rondines, nunca preguntando nada, pero sí mirando atentamente a todos lados.

En general la semana transcurrió con esa pausada gracia y la humedad embotando el calor por las tardes, Jesús y el moreno casi no se encontraban, excepto cuando desayunaban juntos y si por casualidad se topaban en las calles Jesús iba a saludarlo como viejos amigos guardándose de coquetearle para no comenzar rumores y que Merle no lo supiera.

Cada noche han dormido separados soportando las peroratas de Merle y sus ronquidos, se turnan el dormir en el sofá y en el piso porque el castaño no acepta un no por respuesta. Pero esta noche Merle está de guardia y de pronto Daryl abandona el sofá y se tumba en la colchoneta junto a Paul dándole la espalda, fue hasta ese momento en que comenzó a hablar.

-Con lo gais -aclara Daryl.

-¿Mudarme con Bill y Lukas?

-Oí cuando te lo ofrecieron-; y aunque no había entrado a su casa, estaba seguro deque era mil veces mejor que la pocilga de Merle, y pese a que él no trataba a la pareja, tenían que ser una mejor compañía que su hermano y él-, no estás amarrado aquí, puedes largarte cuando quieras.

Amagi del EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora