Amagi del Edén

EN EL CAMINO

-Le pediste que viniera y no vino, ¿cierto? -pregunta Beth-; ¿por qué?

El pelinegro gruñe por toda respuesta, lleva un mes entero viajando con la chiquilla, quedándose apenas cuatro días en donde sea que encuentren, al resguardo del clima, de los caminantes o de la gente que pueda andar por allí.

Beth insiste con el tema porque pareciera que se le están acabando las conversaciones. Y el moreno de verdad quiere dejar ese tema atrás porque siempre termina sintiendo que tiene algo atorado en el pecho que le causa presión y lo hace sentir mal. Paul no vino porque no quiso venir, punto. Porque tendría algo mejor qué hacer. Porque la cárcel era cómoda y segura, razonable. Porque le prometió a Jason cuidarlo y cumplía su palabra. Porque Daryl no es su esposo aunque haya querido jugar a que sí. Tanto da su razón, no vino, no está, no volverá a estar, así que ahora da igual.

-Deberías volver por él -sigue la chiquilla.

Daryl la ignora.

-Es el hombre al que amas -insiste. Daryl se burla sin nada de gracia.

-No lo amo -espeta, no es gay-; no podemos regresar a la cárcel, si regresas... no te estoy llevando de nuevo allí, ¿o me estás corriendo?, te morirías sin mí, lo sabes. -Beth se cruza de brazos y asegura que puede arreglárselas sola, lleva un mes con ese hombre y el moreno le ha enseñado a rastrear (en lo que es asombrosamente buena), a cazar (en lo que es un auténtico desastre) y a matar caminantes (algo que definitivamente se le da fatal).

-Cierto, pero todavía así deberías dejarme e ir con él.

-Él no se muere sin mí. Tú sí.

Beth tuerce la boca, pero suspira y luego pregunta con voz amable: -¿Es por eso que me elijes a mí? Porque él sí sirve y yo no. ¿Sólo por eso? -Y Daryl definitivamente no comprende el cambio de actitud ni entiende la pregunta.

¿Hay un motivo más loable que querer mantener vivo a alguien?

Asiente y su respuesta parece molestarla, entonces le grita que no necesita que la cuide, ella definitivamente aprenderá a cuidarse sola, será incluso mejor que Paul, ya lo verá, refunfuña, y entonces el pelinegro no sólo le tendrá lástima, la querrá.

Beth detiene sus pasos en mitad de la carretera que ahora están transitando, rumbo adonde sea que se suponga que la lleva Daryl, y le enseña el dedo medio con un aire desafiante: entonces se da la media vuelta y se va por su lado gritándole que es un imbécil y que por eso nunca tuvo novia antes y que le alegra que sea homosexual para que ninguna pobre mujer tenga que andar con él y luego darle hijos...

...Rovia se deja caer en la bolsa de dormir que venía incluida con la casa de acampar que acaban de levantar. La encontraron casi diecisiete días atrás, mientras bajaban por una colina alejándose de las huellas frescas que halló Michonne, porque la mujer parece sentir la necesidad de mantener su distancia de cualquier ser viviente o caminante, y Jesús está de acuerdo con ella, Daryl definitivamente no estará rondando sitios demasiado transitados si tiene que cuidarle la espalda a Beth.

Ahora acampan en un viejo pueblo fantasma llamado Monklova, o por lo menos así está escrito en el letrero de aluminio clavado en la entrada al poblado.

No se están quedando en una de las viejas casas, pero sí en uno de los jardines de una casa con paredes en su exterior. Llevan allí algo menos de una semana, y Michonne sabe que pronto tendrán que volver a discutir, porque Rovia querrá seguir, va al norte buscando alguna señal de Daryl, absolutamente convencido de que el hombre querrá llevar a Beth a sitios altos donde la pueda cuidar y tenga qué cazar, y a Michonne le parece razonable, pero ella prefiere ir al este, buscar las costas. Han tenido esta discusión más de doce veces en un solo mes.