RESPIRA

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El hombre se monta sobre de Jesús acariciándole la piel expuesta con las manos de dedos gruesos y ásperos, consiguiendo un suave gemido mientras las manos del más joven se aferran a sus anchos brazos clavándole las uñas sin consideración alguna.

-Cinco minutos -susurra el pelinegro contra la oreja de Paul y el aludido asiente. Para como están las cosas, cinco minutos serán más que suficientes, y separa las piernas dejando que el moreno se acomode en medio. Sus piernas se atoran con fuerza en la cintura de Daryl y sube la voz cuando siente el miembro entrar en su cuerpo.

***

-¿Todavía no? -se burla Frank-. ¿Por lo menos ya sabemos qué es?

-No -bufa Rick intentando no sonreír.

Desde que obtuvieron ese carro de transporte escolar, Abraham ha estado obsesionado en repararlo sin ayuda de nadie para que Rick no le pueda cobrar la mano de obra, sin embargo, cuatro días después todavía no parece ni siquiera saber exactamente qué anda mal con el motor. La única ayuda que acepta es la de Lizzie, que parece aburrida de muerte y últimamente pasa el rato intentando hablar con caminantes o jugando a las correteadas con ellos, y su último amigo casi la muerde, por lo que Carol mató a todos sus nuevos amigos y le prohibió volver a salir de la iglesia sin supervisión.

-Deberías resignarte, fortachón -le dice Tyreese cruzándose de brazos.

Pero Abraham no se está resignando.

-Aunque sea ve y pídele ayuda o un consejo a Daryl, él parece saber de carros -sugiere Michonne.

-No -repite tercamente el pelirrojo-. Ya casi averiguo qué tiene.

-Alguien debería hacerle un favor a Abraham e ir a pedirle ayuda a Daryl -suspira Amy, sentada en las escaleras exteriores de la iglesia, en el mismo momento en que se abre la puerta a sus espaldas y sale Paul recogiéndose los cabellos en una cola y sentándose a su lado, ignorando la sonrisa de la chica que, evidentemente, nota el chupetón en el cuello.

-Mierda, ¿sigue con eso? -pregunta, en cambio, Paul.

-Ve y dile a tu hombre que ayude a Abraham -pide la chica, pero Rovia niega con la cabeza.

-Abraham tiene serios problemas con su carácter y su orgullo, si no puede ponerse de rodillas terminará quebrándose las piernas.

-Por no mencionar que Bram no le pide ayuda porque tu chico fue quien le metió una flecha en la mano -masculla Maggie desde el otro lado del patio. Vuelve apenas de entrenar a Gabriel y a Noah para que aprendan a disparar.

-Le salvó la vida a Eugene y Dios sabe a quién más; cualquiera que se hubiera acercado a intentar detener a Ford de cerca habría terminado siendo a quien decidiera golpear, una flecha o una bala eran la solución más lógica a la distancia. Abraham no le pide ayuda a Daryl porque lo lastimó y no puede pedirle ayuda a Eugene porque por poco y lo mata a golpes, bien, entonces que lo resuelva solo.

-Solo no va a resolver nada -niega Glenn, el otro encargado de entrenara los nuevos.

-Su problema, no el mío -se encoge de hombros Paul.

-¿No se supone que el sexo te pone de buen humor? -suelta Tara, divertida.

-Entonces tendrás mucho tú si andas siempre tan alegre, pero que Alisha no se entere o te mandará al diablo -sonríe Carol.

-Discúlpenme si ese es mi carácter y yo no tengo una vida sexual tan ocupada -haceuna trompetilla Tara-, habemos gente que sí necesitamos dormir, comer o descansar.

-Siento pena por ustedes -canturrea Rovia y saca de entre sus ropas un dulce de anís.

-Pensé que tenían prisa por irse a Washigton -espeta Daryl saliendo de la iglesia y mirando hacia el carro amarillo-. ¿Si sólo lo mira va a componerse?

Amagi del EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora