Amagi del Edén

SUSURROS ALREDEDOR

Paul está sentado detrás del escritorio del estudio.

Anochece rápido y Hilltop va deteniendo su vida despacio, septiembre está comenzando y el clima se hace tibio.

Los pálidos ojos azules de Paul permanecen fijos en la oscuridad del cuarto, detesta esto y piensa desesperadamente en un modo de salir; en lo más hondo de su ser sabe que el sueño se está convirtiendo en pesadilla. Los Salvadores y los Susurradores juntos, Negan y Alpha al mismo tiempo, y Daryl está secuestrado en el Santuario impidiendo que Paul pueda hacer nada, forzar ahora el encuentro entre ambos bandos pondría en peligro al moreno.

Se frota el puente de la nariz; podría sentir venir un dolor de cabeza en cualquier momento, pero antes de que el dolor llegue, quien llega es Tim.

-Llegaron -le avisa asomando la cabeza-. Simon y otros nueve Salvadores. Dicen que quieren verte.

-Y yo a ellos -asiente levantándose.

-Gregory no habría... -duda Tim mientras lo acompaña por el pasillo-, acabamos haciendo exactamente lo que Greg estaba haciendo. Dijeron tus amigos que se encargarían de los Salvadores...

Al final, piensa Jesús con amarga ironía, terminaron exactamente igual que los planes de Gregory, sirviendo a los Salvadores y con Daryl entregado. Si cabe una diferencia será que, cuando menos, Daryl está vivo y con Negan, Simon lo habría matado, y en lo que a Jesús respecta, ese simple cambio es el más importante de todos los que podría haber logrado.

En el patio están los Salvadores y sus carros, llevan una camioneta de carga y Simon está allí de pie recargado fumando un cigarro.

Fuera de la camioneta se apilan las dos cajas con vegetales recién cosechados y nueve sacos enteros de harina, es más de lo que acordaron, pero queda por entendido que se trata de una especie de tributo para que Negan mantenga el acuerdo.

Simon lo mira con cuidado y asiente, Rovia es un tipo pequeño y musculoso, pero sus ropas holgadas y azules impiden que se note demasiado, y sus largos cabellos sueltos y su barba bien cepillada le dan apariencia de hippie, sin embargo, bajo la playera lleva por lo menos un par de cuchillos con los que puede matar a Simon y un par más de Salvadores antes de que lo derriben a él.

-Veo que te quedó clara la lección -sonríe Simon.

-Muy clara -dice Jesús-, Hilltop está cooperando a cambio de su protección, el extra es por Daryl.

-Eso creí -fuma-, y ¿sabes qué?, Negan sabía que lo harías, así que te manda un regalo.

Y no parece contento de decir aquello, como no parece contento cuando se acerca a la camioneta y abre la puerta. Rovia mira en las penumbras más profundas del interior del vehículo y el corazón se le desboca en el mismo instante en que distingue a cierto moreno sentado en el interior. Es difícil verlo, pero sabe que es él.

-Nos vamos aquedar esta noche -anuncia Simon con peor talante.

-¿Y él? -inquiere Jesús.

Simon asiente, entra al vehículo, coge de las ropas al pelinegro y lo empuja afuera apremiándolo para que se vaya con su novio, una noche y estarán custodiados por cuatro de los Salvadores.

-Usen la noche como quiera, mañana nos lo llevamos, y si la próxima vez lo haces igual de bien, lo tendrás otro rato, pero si no, aquí mismo voy a cortarle una mano y dejártela de regalo -dice Simon-. Los demás, suban las cajas a la caravana, nos iremos mañana apenas amanezca.

Jesús asiente, siempre controlado, va a donde está el mayor, lo coge por una mano con cuidado y le ordena a Weasley que les dé habitaciones en la mansión a los Salvadores, luego se vuelve hacia Simon y le aclara que no les darán de cenar, eso sería gastar en ellos más de lo acordado, así que si quieren cenar tendrán que agarrar de lo que acaban de darles, pero les presta las cocina externas para que se preparen algo.