DIOS PROVEERÁ

264 24 42
                                    

Bobb escapó de la prisión en el camión y del camión volcado consiguió salir y sacar al viejo Jacob de allí. Andubo todo ese tiempo con el anciano sin un rumbo claro hasta que vieron el letrero de Terminus y supusieron que tal vez habría gente refugiada allí dado que era una terminal que iba y venía de cualquier lugar entrando y saliendo de Georgia.

—Maggie y yo pensamos lo mismo cuando logramos huir —explica Glenn, es de tarde, oscurece nuevamente y permanece de pie mirando aturdido e incrédulo al grupo completo—. Veníamos a Terminus por la carretera cuando escuchamos gritos y pelea y entramos al bosque intentando ayudar... pero cuando llegamos esa... gente ya se estaba comiendo a Jacob y otros estaban mordiendo los brazos de Bobb mientras peleaban entre sí tirando de él...

Intentaron ayudar, pero no lo consiguieron, fueron muchos los Lobos y pronto los rodearon y los llevaron a las jaulas del campamento discutiendo comércelos a la mañana siguiente en alguna especie de festín. Por suerte, esa misma noche llegó uno de los líderes, Gared, diciendo que había encontrado más comida y todos se fueron y luego volvieron asustados y se quedaron lamiéndose sus heridas...

Al otro día no se los comieron porque pasaron el día entero discutiendo si era mejor irse o quedarse. Decidieron quedarse y esa misma mañana volvieron a discutir usar a Maggie para comer, habían cortado los brazos a Bobb para usar los huesos en un caldo y querían cortar algún cacho de Maggie diciendo algo sobre la capa de grasa extra de las mujeres.

—Gracia a Dios... vinieron ustedes.

Sacarlos fue fácil, llevarlos por entre el bosque cuidándoles las espaldas, también. Volvieron con el resto del grupo, corrieron escapando de los Lobos que pretendieron cazarlos y no se detuvieron sino hasta que llegaron a un claro despejado fuera del bosque, y ahora están allí.

Bobb sigue desmayado y Maggie ruega para que no se despierte. Prácticamente Abraham lo cargó durante todo ese tiempo y ahora Bobb yace tumbado en el pasto.

Hay que discutir ahora qué va a ocurrir, sin brazos no conseguirá sobrevivir, no tiene con qué defenderse, pero matarlo sin haberse convertido es no darle una oportunidad para intentarlo. Carol es de la idea de que más vale una muerte digna que un intento de vida fallida, Michonne prefiere que lo dejen vivo y lo intente. Beth propone que lo dejen despertar y que él decida, y esa es la voz popular.

Oscurece y en medio de la nada se enciende una fogata que alimenta Mika mientras ayuda a cuidar la herida de Beth y los vendajes de Bobb, hay un silencio en el grupo mezcla de miedo, enojo y cansancio; Tara y Alisha montan guardia vigilando por si un Lobo sale del bosque y viene a ellos o algún caminante perdido nota el fuego, pero no se ve movimiento ni ruido en kilómetros a la redonda, y más allá Glenn está recostado intentando dormir agitado, en medio de sus propias pesadillas.

Bobb despierta cuando la oscuridad es total.

—El grupo se hace más grande y aquí no hay nada para comer —se queja Abraham.

El gemido de Bobb atrae la atención de Beth, que se levanta y va con él anunciando a los demás que el hombre despertó; dos minutos después, el hombre en el suelo y con los muñones de brazos vendados, mira al grupo entero y sonríe preguntando si está muerto y todos están muertos también.

Está vivo y todos están vivos, le dice Carol apretando una sonrisa en los labios; habría preferido matarlo mientras dormía y jamás se habría enterado. Ahora que está despierto no hay muchos que se atrevan a hacer nada más por él. Incluso si Bobb decide morir, no tiene manos para matarse a sí mismo. Es Tara quien se acerca, se presenta con su mejor sonrisa triste y le explica la situación a bocajarro. El hombre escucha, se mira los muñones y se queda pensando. No será de ayuda sin manos, de hecho, será una carga, todavía así, no quiere morir: en su silencio, mira al grupo cara tras cara, observa a Jesús recostado entre las piernas del pelinegro, quien a su vez está sentado con la espalda contra un árbol solitario y mira su daga al rojo vivo con que cauterizaron lo último de sus brazos cortados, y mira a Eugene que se pasea nervioso y hambriento, y observa detenidamente a Maggie la cual ya está llorando.

Amagi del EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora