Capítulo 14

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Las palabras de su jefe se repetían una y otra vez en su cabeza, haciendo temblar todo su cuerpo, haciendo cosquillear sus dedos, poniendo sus bellos de los brazos en punta, generando un escalofrió detrás de su nuca y un cientos de mariposas revoloteando en su vientre.

Su jefe la tomo de los hombros haciendo que lo mirara fijamente, Kagome tenía sus ojos lagrimosos, conteniéndose algunas lágrimas a causa de la felicidad y temor que generaba la confección de su querido jefe.

Inuyasha tenía sus ojos brillantes pero en ellos también se podía reflejar el temor y desesperación al rechazó. Kagome Higurashi era la primera mujer a la cual él, se confesaba, la primera mujer-después de su madre- que amaba con todo lo que poseía.

-¿Cómo puedo creerle señor? ¿Cómo puedo creer en sus palabras? Cuando yo sé que usted no es un hombre de rosas y chocolates. Cuando sé que usted solo le interesa el sexo. Cuando sé que cuando se aburre termina con todo lo que tiene en el momento – Kagome lo conocía muy bien, toda su vida, Kagome ya la sabía.

Avanzó hasta ella, posando una de su mano en su mejilla izquierda, elevando su cabeza, Kagome tembló por el toque pero no se apartó, Inuyasha sonrió al ver que no había ninguna clase de rechazo de por medio.

Kagome tenía miedo al momento de aceptar sus sentimientos, miedo de lo que después podía pasar e Inuyasha también tenía miedo, miedo a cagarla y a causa perder a Kagome.

-Te quiero e incluso, cada día que pasa te estoy queriendo cada vez más – volvió a confesar su sentir, con sus dedos hacía caricias en la mejilla suave de su secretaria – Intentémoslo por favor, no quiero dejarte ir. De la empresa si quieres irte, eres libre. Pero de mi vida no, no te vayas – se acercó empezando a murmurar a centímetros del rostro de Kagome.

-Señor, tengo miedo – murmuro recargando su frente en el torso de su jefe.

-Yo también, pero de perderte – la enrolló en sus brazos, sintiéndola relajarse.

-Está bien señor – acepto Kagome, decidida a arriesgarse, aceptando sus sentimientos.

-Me haces feliz – la apretó aún más a él. Kagome entonces, sonrió y rodeo la cintura de su jefe con sus brazos – Ahora, explícame que carajos hacías pasando la tarde con un hombre después de que nos besáramos- mascullo Inuyasha haciendo reír a su hermosa secretaria.

°°°

Inuyasha se había levantado media hora antes de lo normal, animado y con la idea en la cabeza de ir a buscar a su chica a su casa. El mismo conduciría su coche, Kaede sorprendida por el buen humor de su jefe le preparó el desayuno deprisa. Estaba conversador mientras comía de su desayuno.

Se encontraba frente al edificio en donde vivía Kagome, recargado en su coche, vestido con su traje costoso y su cabello plateado en una coleta semi alta. Era un jefe suculento.

Miro como a través de la puerta de cristal su secretaria salía del elevador, mientras caminaba distraídamente revisando el contenido de su bolso. Vestía una camisa blanca ajustada, con una falda color durazno y sus zapatos de punta color blanco con su cabello en una coleta dejando a la vista su cuello blanquecino.

Avanzo hasta ella al ver que salía del edificio, pero ella aún no miraba al frente, tenía su mirada en el interior de su bolso. Inuyasha se puso en frente de ella con una gran sonrisa. Kagome al seguir avanzando sin mirar al frente, choco con su jefe, ahora pareja. Inuyasha al ver que perdía el equilibrio la tomo de la cintura con sus dos manos a cada lado, acercándola.

ᴛᴇ ɴᴇᴄᴇꜱɪᴛᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora