Capítulo 16

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16

Inuyasha no estaba a centímetros, estaba en dirección recta con sus ojos furiosos pegados a ella, sintiendo como su mirada se sentía a centímetros. Kagome frunció su ceño, ¿Quién se creería para mirarla de aquella manera?

Blanqueo los ojos y con profesionalismo camino hacia él, quedando frente a frente. No se dijeron nada, solo se miraban. Inuyasha había observado a la distancia todo lo sucedido entre su pareja y su rival. De por sí ya estaba molesto con solo verlos juntos y hablando su furia aumento en cuanto observo como Bankotsu le daba un beso en la mejilla, un beso nada amistoso, había sido lento... muy lento.

-El almuerzo con los rusos – recordó Kagome en un tono profesional, frío y distante. Inuyasha la escuchó pero no respondió, en silencio salió del salón siendo seguido por detrás por Kagome.

Subieron al coche en silencio, ambos en los asientos de atrás, Kagome no dijo nada y solo se dispuso a repasar los documentos en sus muslos ignorando la gélida mirada de su jefe. Inuyasha estaba aún más molesto al verse ignorado por su pareja y cerró sus ojos en busca de paciencia.

-¿Iras al almuerzo? – pregunto en un tono secó pero amable.

-No señor, no iré. Debo de realizar informes – informo de la misma manera mirándolo.

-Hazlos en oficina y espérame allí, hasta que llegue - sonó autoritario.

-Sí, sí señor...- con desinterés y una sonrisa para tranquilizarlo le respondió pero la verdad que el tono demandante le había molestado.

°°°

Llego a la empresa después de haber dejado a su jefe en el restaurante internacional en donde su jefe y los empresarios rusos tendrían su reunión. Se dirigió directamente a la cafetería y compro una ensalada con pollo al horno puestas en una bandeja para poder llevársela a su oficina.

Su jefe le había ordenado quedarse en su oficina, pero él no estaba aquí así que... haría lo que quisiera, aunque... aun si su jefe estuviera presente ella haría lo que quisiera, tal y como todo seguía siendo.

Con su bandeja de almuerzo aun costado empezó a rellenar planillas y terminar informes, todo aquello siguió hasta casi cumplirse las dos horas, miro su reloj, su jefe ya debería de estar regresando de la reunión.

-¿¡Dónde está!? – un grito agudo femenino se escuchó en todo el piso, logrando que dejara de lado su trabajo poniéndose de pie.

-Señorita, señorita baje la voz no puede gritar – unos de los trabajadores del piso trataba de tranquilizarla.

-¡Nadie me dice que hacer! ¡¿Dónde está él?! ¡¿Dónde está Inuyasha?! – la mujer que gritaba era la última conquista de su jefe, Kikyo Miko.

-¡Señorita Miko! – le exclamo Kagome al ver como ella sin detenerse venía hacía la oficina de su jefe.

-¡Kagome! – Kikyo la miro como si fuera su hermana mayor y corrió hacía ella. Kagome ya la había consolado una vez después de que ella había tenido una discusión con su jefe y desde entonces Kikyo la miraba de aquella forma.

-¿Por qué haces un escándalo? – reprochó Kagome quedándose con ella y con la mirada apartando al trabajador de su jefe.

-¿Dónde está? – pregunto Kikyo y ambas tomaron asiento en la oficina de la azabache.

-¿El señor Taisho?

-¡Sí, ese! – con molestia exclamo – Desde hace semanas que me ignora y me ignora y me ignora ¡Porque!

Kagome se sentía usada. Su jefe no había terminado la relación que tenía con la joven muchacha que tenía en frente de ella, Inuyasha Taisho simplemente la había ignorado y eso le incrementaba su molestia.

Usada y como un pasatiempo pasajero, así se sentía.

-Trata de tranquilizarte y no grites por favor – con amabilidad la trato, después de todo la joven Kikyo no tenía la culpa de las andanzas de su jefe.

-Pero es que... él me ignora y me siento mal, yo lo quiero mucho – empezó a sollozar en frente de Kagome, su rutina de consolar a las conquistas de su jefe había iniciado... después de semanas de no hacerlo.

-Él ya está por venir, habla con él y... sí es posible, arréglenlo. No te lastimes más Kikyo, ninguna, NINGUNA mujer debe de llorar por un hombre que no valora lo que es – le dijo en consuelo para la joven y para ella misma.

Kagome no lloraría ni reprocharía nada. Desde un principio sabía lo que su jefe era y como era. 

°°°

Mis queridos, recuerden que está semana actualizare Miércoles, Viernes y Sábado y dependiendo de las leídas y votos de mis obras, decidiré los días que serán para actualización.

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ᴛᴇ ɴᴇᴄᴇꜱɪᴛᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora