Capítulo 20

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-¡Buenas tardes, seré su guía en estos cortos días! Mi nombre es Jinenji– se presentó un joven adulto muy animado frente a los trabajadores de la empresa y el jefe, quien estaba un poco fastidiado pero feliz por compartir su tiempo con su hermosa secretaria - ¿Quién de aquí es Kagome Higurashi?

-Soy yo ¿Qué pasa? – Kagome se apartó del lado de su jefe y se acercó al joven guía.

-Cuando contrataste el servicio dijiste que tú sabías un poco de excursión – se apartaron un poco para hablar. Ah Jinenji con tan solo mirarla le había gustado.

-Hice un corto curso de supervivencia, lo básico – sonrió Kagome feliz de que le hayan prestado atención a la pequeña historia que había soltado cuando contrataba el servicio por teléfono.

-Estaría bien, que tú me ayudarás. Algo así como Capitán y co-capitán ¿Qué dices?

-Me gustaría, trabajemos juntos entonces – ambos se sonrieron, cosa que a cierto peli plata celoso no le gusto para nada.

°°°

-De este lado podemos observar el lago Killl...

Pero Inuyasha no escuchaba nada, tenía su mirada afilada en la figura del guía turístico quien no dejaba de sonreír y hablar con su azabache. Al parecer ella se había olvidado de él, al menos eso parecía y le hacía creer porque desde que comenzó el recorrido- 2 horas- no le había dirigido la palabra ¡Ni si quiera una mirada!

-Señor... ¿podría animarse por favor? Siento frío al estar a su lado...

-¿Y quién te dijo que estés a mi lado? – de reojo lo fulmino.

-Entonces... me voy – con sigilo, Jaken se fue alejando de su lado para unirse al grupo de trabajadores de su jefecito.

-Kagome... - mascullo.

No soportaba ver como ella reía con otro, pasaba tiempo con otro... ¡Su propósito de hacer este viaje era para pasar tiempo junto a ella! Y... hasta ahora nada de eso estaba pasando, bueno, omitiendo el momento de ellos dos en la cabaña ¡Momento que no olvidaría nunca!

-Muy bien chicos – se detuvieron y Kagome con una sonrisa se volteó y llamo a todos – Subiremos al cerro San Bernardo y allí vamos a merendar ¿Bien?

-¡Sí! – exclamaron todos menos Inuyasha y aquello Kagome lo noto y lo miro con detenimiento.

-Entonces ¿En que estábamos? – Jinenji la llamó al verla concentrada en algo más que él.

-Sí... En un momento, iré a hablar con mi jefe – Kagome sin esperar respuesta fue cuesta abajo y empezó a caminar lentamente al lado de Inuyasha, quedando atrás de todos - ¿Señor? – pero Inuyasha mantuvo la mirada del lado contrario de donde estaba Kagome - ¿Le ocurre algo?

-¿Sí me pasa algo? – bufo y sonrió con burla – Me pasa algo Kagome...

-Y... ¿Se puede saber?

-¡Estoy celoso! – confeso apretando los dientes y cerrando los ojos.

-¿Celoso? – Kagome sonrió como boba al escucharlo - ¿Y porque? – lo reto.

-¿Me tomas el pelo? – Inuyasha entonces al fin la miro con ojos furiosos – Vine aquí para que pases tiempo conmigo ¡No con ese! – señalo fugaz de mala manera al guía.

-Señor... - Kagome se colgó de su brazo con entusiasmo – No se enoje, ya le dije que usted es el único – Inuyasha la abrazo desde la cintura, estaban demasiado alejados por lo que ella y él estaban aprovechando aquel acercamiento.

-Tutéame – Inuyasha acercó su rostro al de ella sonriente.

-No estoy acostumbrada – también sonrió.

-Hace unas horas cuando estábamos...

-¡Kagome! – a la lejanía se escuchó la voz del guía.

-¡Ya voy! – respondió la azabache – Señor...

-No te vayas – le sostuvo del brazo.

-No, usted vendrá conmigo – y sin dejarlo responder empezó a correr sosteniéndolo de la mano, adelantaron todo lo que les faltaban para poder llegar a los compañeros del trabajo y ambos se posicionaron al lado de ellos.

-Así que le dije "¡Pum! Aquí estoy señor, deme mi aumento" – todos se carcajearon del chiste que uno de ellos habían dicho.

-¿De qué hablan? – se metió Kagome sin hacerle notar la presencia de su jefe a su lado.

-De cuando al fin le pedí al Jefe un aumento... - dijo Shippo.

-No recuerdo que haya sucedido así – hablo Inuyasha haciéndose notar.

-¡Señor! – exclamo Shippo al escucharlo – Yo solo... le agregue algo de humor señor Taisho.

-No se preocupen de hablar de más, aquí no puedo despedirlos – sonrió radiante Inuyasha para volver su vista al frente. Todos enmudecieron al verle tremenda sonrisa en los labios de su jefe.

Siguieron caminando cuesta arriba por 30 minutos más, los empleados intentaron estar tranquilos pero la presencia de su jefe les dificultaba aquella tarea. Jinenji se les había unido poniéndose del otro lado de Kagome, hablando grupal o también solo con ella ignorando al completo la presencia del peli plata.

-¡Llegamos! – anunció el guía al llegar a la cima – Aquí disfrutaremos de la vista, descansaremos, merendaremos y después nos iremos. Kagome ven.

Y nuevamente Inuyasha puso su cara larga ¿Qué pretendía aquel guía turístico debilucho?

°°°

¿Y mis queridos? ¿Cómo están? 

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¡Nos leemos! 

ᴛᴇ ɴᴇᴄᴇꜱɪᴛᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora