Capítulo 19

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19


-Para que le crea, de alguna manera deberá de demostrármelo. Con permiso – Kagome se zafo del agarre de su jefe y esquivándolo se alejó de él, llegando hasta la puerta de la cabaña – Vamos, hay que hacer el almuerzo señor.

Inuyasha suspiro y le siguió por detrás.

°°°

¿Por qué había empezado con la idea de este viaje de recreación? ¿Por qué debía de estar conviviendo con gente que ni conocía? Ah, sí... cierto, para pasar tiempo con Kagome, pero... ¡¿Era necesario que lavará las hojas de lechugas?!

-¡Kagome! – mascullo con los dientes apretados.

-¿Sí, señor? – con una sonrisa divertida Kagome lo miro desde la poca distancia que los separaba.

-Maldita... - murmuro por lo bajo, apenas había mirado a la azabache y su queja quedó trabada en su garganta. No podía quejarse ante tan rostro angelical que su azabache poseía... aunque semejante diablilla era.

-Cuidado con el vocabulario señor – Kagome lo había escuchado y ahora lo mataba con la mirada.

Termino de lavar las hojas de lechuga y se acercó a Kagome quien estaba sentada viendo como el resto de los hombres asaba la carne en la parrilla, ellos hablaban, reían y bebían de una lata de cerveza.

-¿Qué miras tanto? – pregunto a su lado el peli plata, tomando asiento muy a su lado.

-A los hombres, se ven tan bien fuera del trabajo – provoco.

-Te recuerdo que soy tú único hombre Kagome – choco levemente hombro con hombro Inuyasha celoso.

-¿Y yo? ¿Soy su única mujer? – Kagome giro para preguntarle aquella pregunta, quería ver la verdad en los ojos dorados.

-Eres mi única mujer Kagome – sin titubear, sin dudar y mirándola fijamente a los ojos le había respondido. No tenía por qué mentir, Kagome era la única mujer y lo será por mucho tiempo para él.

Kagome agradeció que estaba sentada porque sintió como su cuerpo se relajó al extremo al escuchar tales palabras del peli plata, si hubiera estado parada habría caído al suelo de tierra. De la alegría Kagome empezó a llorar, cubrió sus ojos y se puso de pie, camino rápido en dirección a su cabaña, Inuyasha con preocupación la siguió.

-¿Kagome? – Inuyasha cerró la puerta de la cabaña y detuvo su paso al ver a su azabache de pie en medio de la habitación, sus hombros se movían al ritmo de sus sollozos - ¿Dije algo malo? – con duda avanzó dos pasos, quedando a tres de Kagome.

-No... - hipo y trato de tranquilizar su llanto de alegría – Dijiste lo correcto – segundos larguísimos después dijo mientras se daba la vuelta. Su llanto había cesado, sus ojos azabaches brillaban de alegría y sus mejillas rosadas las tenía.

-¿Lo correcto? – Kagome asintió y corrió hacía él, saltó enrollándose en las caderas del peli plata, Inuyasha rápidamente la sostuvo de sus muslos y glúteos.

-Sí, lo correcto. Usted es mi único hombre – con una sonrisa le confesó e Inuyasha no pudo estar más feliz.

-Y tú mi única mujer.

Kagome se apegó aún más y junto sus frentes y se miraron a los ojos, afirmando con la mirada lo que ambos querían, lo que deseaban... con sincronía chocaron sus labios, en un pausado beso de amor que segundos después se volvió rápido y lujurioso. Inuyasha avanzó y no supo si fue en su cama o en la de Kagome en donde ambos cayeron sin dejar de besarse.

La azabache metió sus manos por debajo de la camiseta del peli plata, tocando su piel bronceada y caliente en el momento, poso sus manos en la cintura del pantalón, desabrochando los dos botones. Inuyasha desprendió la blusa de su Kagome, pasando sus manos delicadamente por el inicio de sus senos, ella suspiro anhelante de más caricias y él entonces hizo a un lado el sostén y acaricio su seno enteró. Con su dedo índice jugaba con el pezón y con el resto de la mano lo acariciaba y apretaba escuchando gemidos de su azabache.

-Kagome... - suspiro Inuyasha en cuanto sintió sus pantalones ser bajados hasta su rodilla y quedándose con su bóxer cubriendo sus atributos.

Kagome paso su mano por encima de la tela del bóxer tocando el palpitante miembro de su jefe escuchándolo suspirar más alto por el toque. Sin bajar el bóxer Kagome metió su mano en el interior y sintió el miembro de su jefe, caliente, duro y con la necesidad de complacerse.

-¡Dios Kagome!

Sostuvo el miembro entre sus manos y lo empezó a mover de arriba abajo escuchando a su peli plata maldecir, suspirar y gemir de placer. En todo aquello, ninguno de los dos aparto su mirada del otro.

-Te necesito... - pidió casi en un ruego Inuyasha.

-Lo sé... - y ella lo necesitaba a él.

Inuyasha desprendió el pantalón de Kagome y con desesperación lo bajo junto con su diminuta ropa interior. Kagome se acomodó con las piernas abiertas y entre ellas se posiciono Inuyasha, ella le bajo y retiro su bóxer y su miembro dio un salto al ser liberado de aquella celda de tela.

-¿Está listo? – con su respiración entrecortada Kagome le pregunto sosteniendo el miembro de su hombre en sus manos, con la punta del pene acariciaba su entrada vaginal.

-Se supone que yo debo decir eso... - rio levemente Inuyasha.

-No está vez... Inuyasha – y Kagome adentró el miembro e Inuyasha empujo su cuerpo, entrando de una sola estocada.

Ambos tenían la parte superior del cuerpo con su prenda aun puesta, desprendida pero puesta, Inuyasha la beso mientras movía sus caderas a la par de su mujer, adelante y atrás, el mismo baile por minutos. Con sus manos libres se acariciaban, en silencio se apreciaban y se decían lo que las palabras no podían demostrar. Inuyasha con su boca chupaba, mordisqueaba y mamaba cada seno dejándoles marcas y satisfaciendo a su mujer.

En las últimas estocadas lentas, después de haber llegado al éxtasis juntos, Kagome le sostuvo el rostro y acaricio su perfil, corriendo mechones de cabello, no dejaba de apreciarlo con la mirada y de sonreírle. Inuyasha abrazando su cuerpo y moviéndose recibía felizmente las miradas de cariño de su azabache.

-Lo qui...

-No – le callo Inuyasha, Kagome frunció su ceño con miedo.

-¿Qué?

-No digas te quiero. Di te amo, porque yo te amo Kagome – y Kagome se relajó nuevamente y sonrió más enamorada que nunca.

-Te amo Inuyasha.

°°°

¡Mis queridos! ¿Creen que fui demasiado rápido? Porque si quieren a partir de ahora iré lento... XD 

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¡Nos leemos!

ᴛᴇ ɴᴇᴄᴇꜱɪᴛᴏ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora