Capitulo 17

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El jueves, justamente una semana después de que Tony tuviera ese pequeño reencuentro con su padre, Stephen había estado esos siete días sin verlo mucho o sin ir con él al instituto, aunque sí había recibido mensajes del castaño diciéndole que estaba vivo y que posiblemente se verían nuevamente como vecinos ese día. Era algo que había hablado con sus amigos para que no se preocuparan. Wong y Christine casi suspiraron de alivio cuando supieron que estaba intentando hacer las paces con su padre. Pepper, a pesar de estar un poco molesta, dijo que todo lo que quería era el bienestar de su amigo, así que si Howard demostraba que de verdad podía mejorar y ser un buen padre, todo estaría bien. Ya luego vería cómo se las arreglaba con María.

Por suerte, todos se habían mantenido en contacto por el grupo que tenían. Tony decidió evitar el tema recordándoles que ese mismo día tenían el examen de Matemáticas. Los otros cuatro enviaron mensajes de quejas, caritas llorando o calaveritas en una sutil señal de «me quiero morir». Todos habían estado estudiando y, sin embargo, no se sentían muy preparados para decir que aprobarían. Preferían decir que esperaban que el año se terminara rápido o que el viejo se fuera. Lo que pudiera ocurrir primero.

Stephen sólo se había tomado un té luego de prepararse. Su madre estaba durmiendo, así que supo que había llegado hacía poco tiempo. Su bolso estaba tirado justo al lado del sofá y su abrigo tendido sobre el mismo. Él sabía que eso sólo le pasaba después de haber tenido una agotadora noche en el hospital. Suspiró. No dejaba de sentirme mal por su madre.

Perdido en sus pensamientos por un momento, Stephen terminó levantando la vista para mirar el reloj y observó que faltaban quince minutos para entrar al instituto. Se levantó y tomó su mochila; luego, antes de salir de su casa, tomó el bolso de Beverly y lo dejó en el sofá. Tomó sus llaves y salió de su casa, cerrando la puerta con sumo cuidado, pensando que incluso el más mínimo ruido podría despertar a su madre.

Al comenzar a caminar, por inercia, miró hacia la casa de Tony y vio que las luces estaban apagadas. Suspiró. Desde que se había enterado que su compañero de clase era su vecino, se había acostumbrado a ser acompañado por él hasta el instituto. Esperaba al menos verlo ahí cuando llegara o durante la hora del examen o cuando fuera. Recibió algunos mensajes de Wong preguntándole si iba a ir al instituto. Decidió responderle que tener que recuperar la prueba la próxima semana, siendo ésta más complicada que ese mismo día, no era algo que deseara.

— ¡Stephen!—escuchó cuando estaba por entrar al instituto. Giró la cabeza y vio que Tony se estaba bajando del auto de su padre. El castaño se volteó hacia él y saludó con la mano a Howard. Al comenzar a alejarse, el hombre tocó dos veces el claxon en modo de despedida.

—Vaya, hasta que apareciste—exclamó Stephen cuando Tony se acercó a él.

—Sí, bueno... Estuve yendo toda la semana a la casa de mi papá.

— ¿Se pusieron al día?

—Algo así. Recuperar dos años en una semana no es fácil, sabes. Pero por ahora, nos arreglamos. Aunque le dejé claro que si intenta comprarme con regalos o con falsas promesas, ya no lo perdonaré ni le daré otra oportunidad.

—Eso quería escuchar—dijo Stephen, dándole una palmada en la espalda.

Ambos entraron y fueron hasta el aula. Al entrar, se sentaron y esperaron la hora del examen. Sus amigos ya estaban ahí. Christine y Wong estaba repasando y Pepper sólo miraba por la ventana estando sentada en el asiento de alguien más. Pero al ver a Tony, sonrió y se acercó a su pupitre para preguntarle cómo estuvo esa semana en la que estuvo con su padre.

Los demás, a pesar de que no entendían mucho del tema de examen, parecían muy tranquilos. Podría decirse que eran los menos preocupados. Stephen estaba un poco más tranquilo con las cosas, al punto de que sonreía con la más mínima cosa que decía o hacían los demás. Wong estaba completamente despreocupado, diciendo que si reprobaba, tenía los trabajos que aprobó, sabiendo que esos sumaban más la nota final. Christine, por su lado, estaba un poco nerviosa; había estudiado, pero sentía como si una nube se hubiese formado en su cabeza, tapando todo lo que había estado repasando, aunque sabía que sólo estaba un poco estresada. Cuando se acabara el examen, todo estaría bien. Pepper no estaba ni preocupada ni lo contrario; era casi indiferente al tema. De hecho y sin creerse una sabelotodo, sentía que aprobaría, porque el tema se había vuelto fácil de golpe para ella. A pesar de las exigencias de sus padres, para ella, aprobar o no un examen de muchos le era indiferente. Y Tony eran quien más seguro se sentía. Aunque había tenido una semana un poco agitada respecto a las emociones, no quería que eso afectara su rendimiento.

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