Capitulo 25

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- ¿Seguro que no quieres hablar?-le preguntó Pepper-. Lo de Stephen...

-Lo de Stephen da igual ahora. Lo siento, Pepper. Te lo agradezco mucho, pero la verdad, no quiero hablar ahora.

Su amiga no pudo evitar sentirse triste por las secas palabras de Tony. Desde que había llegado, hacia una hora y media más o menos, había intentado que el castaño hablara con ella para tratar de entender bien qué había sucedido, pero Tony estaba muy molesto cómo para hacerlo. Y Pepper sabía mejor que nadie que no podía forzarlo a contarle algo que él no quería contar. Lo único que había entendido hasta ahora era que había salido con Stephen y que luego, quién sabe por qué, volvió molesto hasta la casa. Y hasta diría que lucía un poco deprimido. Quería ayudarlo, pero si Tony no hablaba con ella, no sabía cómo.

Unas luces se reflejaron en la ventana de la sala y luego, el sonido del claxon sonó dos veces. Pepper supo que su padre ya había llegado por ella. Jugando nerviosamente con las manos, miró hacia la ventana y luego a Tony una vez más. De verdad que no quería dejarlo, pero ahora mismo, no podía hacer otra cosa.

-Ve. Yo estoy bien-aseguró él, mirándola seriamente.

-Sabes que te conozco más que eso.

-Déjalo así-murmuró. Parecía que estaba a punto de llorar. Sin embargo, al ver sus ojos, la rubia se dio cuenta de que no tenían muchas emociones-. No hagas esperar a tu padre. No me gustaría que luego se enojara.

-Pero...

-Pep... por favor.

Sin poder discutir más, Pepper se acercó para besarle la mejilla y se apresuró a llegar hasta la puerta. Al tomar el pomo y abrirla un poco, se giró hacia Tony para mirarlo por una última vez. Él solamente asintió y su amiga, suspirando, salió de la casa y cerró despacio la puerta.

Tony se sentó en la mesa y se quedó ahí durante un largo rato, pensando en todo lo que había pasado durante el día. Desde el momento en que se encontró con Stephen, la forma en que su salida se fue desarrollando, que sinceramente eso no tuvo ningún tipo de problema, y el final de la misma. No quería que Pepper pensara que era demasiado dramático, pero hasta ahora, no había podido pensar mucho en otra cosa.

Dio golpecitos en la mesa con su celular, meditando un poco lo poco que había hablado con Pepper sobre Stephen. No sabía muy bien qué podía hacer en ese momento.

Pensaba en ir a hablar con él, pero, en realidad, no tenían mucho para decirse. Stephen lo había llamado unas cuantas veces, pero Tony no se sintió de ánimos como para contestar sus llamadas. Hacía varias horas que no lo había visto desde que había vuelto a su casa luego de prácticamente escapar de la del moreno. Y en ese momento, ni las gotas de agua cayendo del grifo de la cocina lo podían mantener en la realidad.

Con una memoria como la suya, le iba a resultar difícil no pensar durante un tiempo bastante largo lo que había pasado. Cada pensamiento era siempre muy difícil de borrar de su disco duro y casi siempre era perseguido por ellos. Si su discusión con Stephen había pasado hacia unas horas, nada iba a hacer que dejara de pensar en ello en tan poco tiempo. Recordó que cuando se encontraron en el centro comercial para pasar ahí la tarde-habiendo ido cada uno a su casa antes y Stephen avisándole que él saldría primero para pagar unas cosas a su madre-, algo por dentro le estaba diciendo que no debía andar descuidado y que mantuviera siempre la frente en alto por alguna razón, pero la verdad, él pensó que solamente se estaba creando una historia cualquiera y que todo estaría bien durante ese día.

Y de verdad fue así durante todo el tiempo que estuvieron juntos en el centro. Al igual que con Pepper, estuvieron en la zona de juegos, riéndose, gritando cuando perdían algún juego que, se suponía, eran de los fáciles, y Tony le mostró a él también el juego que simulaba un viaje en carro por diferentes escenarios. Según el moreno, jamás lo había probado. A Christine no le gustaba por ser demasiado brusco y a Wong simplemente no le llamaba la atención. Haberse subido después de mucho tiempo fue algo que, sinceramente, le resultó divertido. A Tony no se le escapó ese detalle. El moreno parecía un poco más animado que de costumbre. Hasta diría que se veía mucho más feliz. Su primera teoría fue que la salida que tenían lo mantenía despejado del estudio y de otras cosas en su vida personal. Después de todo, Stephen no era una persona muy abierta a hablar de sus problemas, cosa en la que coincidían bastante.

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