Capitulo 35

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En el balcón de Pepper, los cinco jóvenes habían estado ahí desde que llegaron del instituto, sentados en el suelo, hablando y riendo como muchas veces lo habían hecho desde que se habían hecho amigos bastante cercanos. Habían acordado comer fuera y luego ir hasta la casa de Pepper, queriendo pasar la tarde ahí y tal vez merendar juntos también.

Las primeras horas de clase fueron las más aburridas, por lo que ni bien sonó el timbre de receso, fueron los primeros en salir, cosa que llamó bastante la atención de los demás, ya que usualmente, siempre se quedaban en el aula. Pero ese día en particular, quisieron salir para poder disfrutar un poco de la luz del sol y hablar de sus cosas. Fue justo ahí que Pepper dio la idea de pasar por su casa al salir del instituto, ya que, más allá de las clases y Educación Física, hacía un tiempo que no estaban los cinco juntos en algún lugar. Además, sus padres no volverían hasta la noche por el trabajo; estarían tranquilos todo el día.

Fue la primera vez que Stephen y Wong conocían la casa de la rubia. No hace falta señalar que estaban casi impresionados de lo grande que era. A veces olvidaban que sus padres también eran empresarios y que eso les permitía tener una buena posición económica. De por sí, la casa ya era grande desde afuera, y por dentro dejaba ver, lo que ellos llamarían, «fina decoración». Aunque fue la misma Pepper la que les aconsejó que no usaran la palabra decoración delante de sus padres, y todo sin borrar su sonrisa divertida.

Después de tomar algunos paquetes de galletas y refrescos, subieron al cuarto de la rubia. Allí, salieron directamente al balcón y se sentaron en el suelo, mientras hablaban animadamente de todo y de nada. Se hacían preguntas respecto a lo que pensaban sobre el hecho de que pronto comenzarían la universidad y que probablemente irían a lugares separados. Eso en sí no suponía un problema, pero sabían que no tendrían tanto tiempo para verse como ahora, que estaban en el instituto. Pepper dijo que, la verdad, intentaba no pensarlo demasiado, porque sólo estaban a unos meses de terminar el instituto y quería aprovechar eso para estar más tiempo con ellos y, a la vez, poder estar segura de que no suspendería nada para antes de que las vacaciones llegaran. Christine apoyó el comentario, diciendo que lo único que podían hacer era aprovechar el tiempo que quedaba.

El sol había comenzado a golpear sus cabezas, pero al no ser tan fuerte como otras veces, no les molestaba para nada. De hecho, los hacía sentirse más relajados. Tony dijo que su menor preocupación era el ingreso a la universidad, pero sí estaba algo pensativo sobre cómo seguirían entre ellos cinco, si podrían mantener el mismo contacto o si al menos tendrían alguna chance para seguir viéndose de vez en cuando. Stephen le dijo que, si tenían suerte, podrían verse como de costumbre los fines de semana y, obviamente, en las vacaciones. Eso ya lo verían con el tiempo. Por una vez, Wong aceptó estar de acuerdo con Stephen en ese punto; para él, nada debía evitar que se siguieran viendo, porque la verdad, no había estado tanto tiempo aguantándose a todos para que al final dejaran de hablarse. Eso los hizo reír.

Durante ratos de la tarde, Tony no había dejado de recibir llamadas de sus padres, pero no había atendido ninguna. No quería que una charla terminara en una discusión y así hacer que sus amigos y... novio se sintieran incómodos. Prefería responderles por mensaje que luego los llamaría para hablar de lo que ellos quisieran, aunque siempre que le decía eso a alguien, se convertía en una charla «de una persona con ella misma» porque Tony parecía desaparecer de ella.

-Haré café. ¿Alguien quiere?-ofreció Pepper, poniéndose de pie.

-Yo, uno cortado, por favor-pidió Christine.

-Yo no quiero, gracias-dijo Wong.

-No, porque sino luego no podré parar. Ya sabes cómo me pongo con el café-comentó su mejor amigo.

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