Capitulo 34

515 66 3
                                    

¿Esto es real?, fue lo primero que pensó Tony al despertar, viendo que estaba en la cama de Stephen y que éste seguía dormido, mientras lo abrazaba por la cintura. Ni siquiera habían desarmado la cama para acostarse a dormir un rato. Simplemente se habían acostado y se durmieron sin darse cuenta durante dos horas.

Desde la ventana, podía ver que el cielo comenzaba a perder color y se volvía más oscuro. La boca le sabía aún a ese gusto amargo que uno tiene cuando despierta, pero en ese momento, eso era lo de menos para él. Parpadeó varias veces como lo hace una persona que está sorprendida y sin poder creer lo que tiene delante de sus narices. Stephen debió haberse dado cuenta de que se movía mucho al dormir, porque Tony había sentido que cada tanto lo abrazaba más fuerte, y sin embargo, no le importaba. A pesar de que cada vez estaba más oscuro, no tuvo problema para ver bien el rostro relajado de Stephen cada vez que se giraba un poco para verlo. Lo observó unos minutos y luego volvió a mirar al frente.

De las miles de emociones que pasaban por su mente en ese momento, no estaba del todo seguro de cuál era la más fuerte. Cualquiera que lo viera en ese momento podría decir que se sentía confundido y que hasta dudaba de la decisión que había tomado al aceptar que sentía algo más que un sentimiento de amistad por Stephen. Hasta podrían decir que era precipitado.

Pero no, para Tony, no había sido precipitado. Al menos no desde su propio punto de vista sobre cómo funcionaban las relaciones amorosas. Sólo miraba por la ventana mientras intentaba asimilar todas las cosas que pasaban por su cabeza. Lo hacía un poco más fácil. Desde que lo había conocido a él, a Christine y a Wong, había visto que, en realidad, no era tan malo dejar de lado su desconfianza y conocer y relacionarse con más personas, además de con Pepper. Sin contarla a ella o a sus amigos de antes, nunca había tenido amistades tan sinceras o duraderas como las que tenía ahora con los otros tres. Sin embargo, en ningún momento había pensando en algo que le trajera de nuevo esa desconfianza hacia las personas que lo rodeaban. El haber tenido la oportunidad de acercarse a ellos y hacer tonterías juntos fueron cosas que lograron hacer que todo ese último año en el instituto fuese el mejor de todos los anteriores, consiguiendo siempre que casi todo el estrés que cargaba por el trabajo de sus padres o por pensar en los exámenes se disipara por completo.

Luego de haber estado varios minutos mirando sólo por la ventana, manteniendo en línea sus pensamientos, a Tony se le cruzó por la mente el día en que Stephen le dijo que nadie le había gustado como el gustaba él. Distrayéndose con eso, no se dio cuenta de que había puesto su mano sobre la de Stephen para acariciarle el dorso con el pulgar, y una nueva pregunta le pasó por la mente: ¿Con quiénes habría estado Stephen antes de él? ¿O con cuántos? Luego se dijo que preguntarse eso era una tontería. Lo que el moreno haya hecho antes daba completamente igual. Bien que cada uno puede hacer lo que quiera con su privacidad.

Sin embargo, el haberlo escuchado decir que nadie le había gustado así antes había hecho que Tony sintiera una extraña sensación de satisfacción. Se dio cuenta de que... compartían ese mismo sentimiento. Él, que recordaba todo, no era capaz de pensar en la primera vez que había gustado de alguien.

Y de golpe, sus pensamientos volvieron a centrarse en sus padres. ¿Qué dirían cuando se enteraran que estaba saliendo con Stephen? Aún era muy pronto; apenas habían pasado dos semanas desde su declaración. Ni siquiera habían hablado con los demás. Tony quería tomarse un tiempo y ver cómo se desarrollaban las cosas entre él y Stephen antes de hablar con Pepper, y el moreno nunca había estado más de acuerdo con él en algo. Quizás ellos no iban a tener problema alguno en aceptar esa relación, y ni hablar de Beverly, pero Howard y María eran personas poco o nada predecibles. Tony no podía especular sobre cómo iban a reaccionar cuando les dijeran que estaban saliendo. No quería admitirlo, pero le daba miedo pensar en un posible rechazo. Haber estado tanto tiempo arreglando los problemas, siendo que ellos habían vuelto a estar juntos, y pensar que todo podía terminar como antes cuando se enteraran de la relación que estaba teniendo su hijo lo desestabilizaba.

Plan de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora