Capitulo 20

536 66 13
                                    

- ¿Entonces fue bien tu primera sesión de estudio?-le preguntó Wong. Por como hablaba, Stephen supo que estaba sonriendo.

Lo había llamado para hablar un rato y de paso contarle que todo había ido genial mientras estuvo estudiando con Tony. Wong parecía animado por la pequeña noticia.

-De verdad, todo salió bien. Hasta intercambiamos pequeñas anécdotas.

-Tendrás que contarme alguna después-dijo Wong, riéndose ahora. Stephen sabía que su mejor amigo quería que él y Tony se llevaran bien, igual que Pepper y Christine-. Espero que sigan así. ¿Piensas devolverle el favor?

-Estaba pensando en eso. Quizás le de algo que le guste luego de la segunda sesión o lo que sea. Y ya se me pegó decirle así. ¡Es tu culpa!

-Ah, claro. Siempre es culpa mía. ¿Es porque soy chino, verdad?

Stephen soltó una carcajada ante las palabras de Wong. Recordó que ellos habían visto el chiste original juntos y de ahí quedó que el asiático lo usara cuando le reprochaban cosas tontas.

-Oh, lo siento, Stephen. Me tengo que ir. Mis padres sólo me dieron diez minutos de descanso con el estudio-bufó Wong-. Te llamo en cuanto termine.

-Está bien. ¡Suerte!-dijo antes de colgar la llamada.

Stephen dejó el celular y su mesita de noche y se sentó en la cama, mientras miraba por su ventana el cielo. Sonrió al recordar que Wong le había dicho una vez que él y Tony iban a terminar por llevarse bien. Si las procesaba en ese instante, sabía que él tendría razón, aunque nunca se lo diría en la cara. Ni por teléfono. Después de todo, ni él ni Christine pensaron mucho en el primer encuentro que ellos dos tuvieron. Se preguntó qué habría pasado si él no le hubiese hecho ese comentario y si Tony no se hubiese molestado tanto con él como para golpearle la cara. ¿Habrían hablado como lo hacían ahora? ¿O se habrían ignorado incluso cuando sus amigos se juntaban? Para él, era más probable lo segundo. Ambos tenían ese orgullo de no dar el primer paso con esas cosas. Tony sólo lo había hecho porque Pepper se lo había mandado.

Pensando en ella, Stephen se dijo que no había vuelto a pensar en los supuestos sentimientos que Tony tenía hacia su mejor amiga. Se dijo que había estado imaginando cosas, porque Tony no había mostrado más que un amor de hermano hacia ella. Antes ni siquiera le había preguntado porque ya se imaginaba la reacción: lo miraría como si fuese un extraño y luego sólo negaría con la cabeza, provocando que él bufara-se conocía demasiado bien cómo para saber qué haría y qué pasaría- y que se fuera por su lado con una expresión muy molesta en su rostro, consiguiendo que las personas se quitaran del camino para evitar cualquier cosa. Stephen se dijo que ya no debía pensar en eso, porque había mejores que cosas que hacer que un grupo que estar preguntándose por los sentimientos de un miembro.

Su propio pensamiento lo hizo esbozar una sonrisa al imaginarse la reacción de Tony si llegaba a preguntarle. Lo que antes había considerado una necesidad se había convertido en un simple pensamiento que, en realidad, no le afectaba en nada. Sin embargo, había unas pocas veces que se seguía preguntando lo mismo, aunque de una forma casi temerosa de la respuesta. A veces le preocupaba preguntarle a Tony, o incluso a Pepper, sobre sus sentimientos hacía el otro y recibir como respuesta que era algo más que una fuerte amistad.

Con los ojos un poco caídos, salió de su cuarto y fue hasta la cocina. Quería hacerse un té y luego quedarse en su cuarto el resto del día y evitar molestar a su madre, por si ella prefería estar tranquila antes de irse a trabajar. Ella se estaba duchando y ya se había preparado todo para llevarse esa noche, así que Stephen prefería aprovechar eso para hacerse algo. El estante había quedado abierto, cuando Beverly había sacado las cosas para prepararse la comida. Vio la caja de saquitos de té y se sintió tranquilo. Si no había, no iba a querer ir a comprar. Se acercó caminando en silencio, puso a calentar el agua y, mientras tanto, puso el saquito de té y un poco de azúcar en una taza. Mientras miraba por la ventana hacia la casa de Tony, escuchó el ruido del agua cesar y el de las cortinas siendo corridas de forma un poco brusca. Faltaban unas horas para que su madre se fuera, por lo que no entendía por qué la prisa. Se dijo que, a lo mejor, se vería de nuevo con una compañera del trabajo. O quizás había conocido a alguien y aprovechaba las horas que tenía libre y que no estaba cansada para verlo. Aunque dudaba un poco de lo segundo, puesto que, conociéndola mejor que nadie, ella le habría dicho si había conocido a alguien además de sus compañeros de trabajo.

Plan de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora