Capitulo 10

724 95 10
                                        


Finalmente, el día viernes, después de que salieron del instituto, los amigos se apresuraron a correr hasta sus casas para buscar sus bolsos e ir hasta la estación de tren. El viaje era a las cinco, pero ellos querían estar ahí antes para asegurarse de no hacer algo que los atrasara. Pepper dijo que se encontraran directamente en la estación y que no olvidaran llevarse algo de comer para el viaje.

— ¡Camina más rápido!—le dijo Stephen a Tony, mientras iba delante de él.

— ¡Yo tengo piernas cortas! ¡Tú camina más lento!—se quejó Tony, tratando de ponerse a su lado.

Llegando a sus casas, Stephen aceleró el paso y fue hasta la suya para dejar su mochila y tomar el bolso donde tenía la ropa y algunas cosas personales. Además, quería despedirse de su mamá antes de irse. Ella estaba sentada en el sofá, viendo televisión y cabeceando.

—Mamá—la llamó, logrando que se despabilara.

—Lo siento—dijo inconscientemente, poniéndose de pie—. ¿Ya te vas?

—Sí, los chicos quieren llegar cuanto antes—respondió su hijo, colgándose el bolso en su hombro derecho—. Seguro llegaremos el domingo antes de que anochezca.

—De acuerdo. Pásenla genial—dijo Beverly, abrazándolo y besando su mejilla—. Y envíame fotos.

—No prometo nada—bromeó Stephen, guiñándole un ojo antes de salir y cerrar la puerta.

Al llegar hasta la puerta de la casa de Tony, vio que el castaño estaba mirándolo con una sonrisa algo triste, pero no tuvo tiempo de preguntarle qué pasaba cuando se puso a su lado y le dijo que se apresuraran, porque si había algo que Pepper odiaba era la impuntualidad.

Stephen decidió dejar eso de lado y pensar en que la pasarían bien en el viaje. Por lo que Christine le había comentado unos días antes, el lugar era un campo muy bonito donde estarían prácticamente solos a menos que a alguien se le ocurriera curiosear por donde ellos estaban, pero mientras tanto, estaría tranquilos. También le informó que su tía había dicho que les hizo un precio accesible para que pudieran pagarlo a la vuelta. Stephen agradeció que se haya tomado las molestias y le pidió que le dijera lo mismo a su tía por él. Miró a Tony y vio que le estaba enviando un mensaje a Pepper para decirle que estaban en camino y que no se impacientara. El moreno volvió a mirar al frente cuando Tony guardó su celular de nuevo, suspirando.

Cuando estaban en la esquina, a punto de cruzar la calle, Tony se detuvo de golpe y le dijo que lo esperara, porque había olvidado algo importante. Al preguntarle qué era, el más bajo sólo le contestó que no tardaba. Corrió hasta su casa y Stephen se quedó mirando hacia allá, algo desconcertado por esa repentina acción. Un minuto después lo vio salir de la casa y cerrar con llave, mientras se guardaba algo en el bolsillo. Cuando corrió hacia él, Stephen notó que su ropa tenía restos de polvo y su pelo estaba algo despeinado. Parecía que se había metido debajo de la mesa o de su cama, seguramente buscando algo importante.

— ¿Qué olvidaste?—le preguntó Stephen, curioso.

—Algo para Pepper—respondió, tomando su bolso—. Ya podemos seguir.

—Qué bien—dijo Stephen, caminando delante de él.

Durante el camino, ninguno decía mucho. Ambos, a pesar de no demostrarlo, estaban bastante emocionados por el viaje, ya que era la primera vez que hacían uno todos juntos, sin sus padres ni ningún familiar mayor. No dejaban de pensar en cómo podían pasarla o en cómo podían salir las cosas una vez que estuvieran allí. Stephen, por su lado, pensó que, desde su primer encuentro, lo último que iba a querer hacer era estar cerca de una persona como Tony. No dejaba de decirse que debía estar loco. Pero, a pesar de eso, Tony no le inspiraba desconfianza ni nada parecido, pero tampoco se atrevería a decir que era su amigo como lo eran Wong y Christine. De todas formas, no quería causarles problemas a ellos y a Pepper en el viaje, por lo que prefirió guardarse sus pensamientos para él. Y Tony, por otro lado, no sabía muy bien qué pensar de todo. Debía admitir que era la primera vez en años que hacía un viaje; ni siquiera había ido a los que hacían en el instituto al que iba antes, puesto que nunca se había llevado muy bien con sus compañeros. Nunca tuvo la mejor relación con ellos, ya que casi siempre lo miraban por encima del hombro cuando estaba con personas de cursos avanzados, hablando sobre proyectos de ciencia o cuando simplemente se divertían a su modo. De todas formas, Tony no podía decir que eran sus amigos, pero casi siempre la pasaba bien cuando estaba con ellos. Era mejor que estar solo. Sin embargo, cuando no estaba con esos chicos, podía estar un largo rato hablando con Pepper por mensajes y eso era suficiente para él. Al pensarlo, se dijo que no debía comparar cosas del otro instituto con el actual al que iba. No conocía demasiado a Christine y a Wong, por lo que no quería hacer como siempre y creer algo apresuradamente. Mejor seguiría el consejo de su amiga y les daría el beneficio de la duda.

Plan de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora